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Viernes, 6 de noviembre de 2015

Cuarenta del Icomos

Hay una variante del setentismo de la que nadie parece acordarse, y la del fervor por crear instituciones culturales de los años antes del golpe. En 1975, por ejemplo, se hizo la primera feria del libro porteña, inaugurada nada menos que por Isabel Perón. Y el 21 de mayo de 1973 se creó la filial argentina del Icomos, el International Committee of Monuments and Sites, Comité Internacional de Monumentos y Sitios, una red dedicada en todo el mundo a estudiar, preservar y rescatar el patrimonio.

Entre los que firmaron el acta original figuran nombres como el de Ramón Gutiérrez y Jorge Gazaneo, lo que da una idea del vuelo del asunto. A todo esto, el Icomos todavía no había cumplido diez años y recién en 1965 se había hecho, en Polonia, su asamblea constitutiva. La idea era una sugerencia de la también joven Unesco a los profesionales reunidos en Venecia para un congreso internacional de arquitectos y de técnicos especializados en monumentos históricos. No extraña que el Icomos sea uno de los órganos asesores en la compilación de la lista de Patrimonio de la Humanidad. Y no extraña que tenga hoy cien delegaciones nacionales con más de doce mil miembros.

La sección argentina publicó un libro para festejar el aniversario, editado por el flamante ex presidente, Rubén Vera, y el flamante presidente, Pedro Delheye, y con 43 artículos sobre temas de patrimonio. Hay una historia de la fundación y otra de los primeros años, hay reportes sobre las seis regiones en Argentina, hay textos sobre nuevas normas, ideas y conceptos, y hasta hay invitados como la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, en la persona de Jorge Tartarini. En fin, un libro para entender un capítulo poco conocido de los que se dedican a esto de salvar nuestra historia.

Alegrías del MNAD

El Museo Nacional de Arte Decorativo acaba de tener fiesta propia para festejar dos recuperaciones. Una es la mansarda principal, sobre el acceso en la esquina, que en los ochenta había sufrido una intervención patética que terminó en la remoción de sus pizarras negras y una cara nueva de chapas soldadas y pintadas de negro. Como el fantasma del arquitecto René Sergent no tenía paz, el Museo juntó fondos por la ley de mecenazgo, recibió el patrocinio de American Express y el toque benefactor de Telecom y el Deutsche Bank, y tomó la sabia decisión de llamar a los Dorfler, ases del tema. La cúpula luce ahora exactamente como era en 1916, cuando se abrió el palacio.

La segunda alegría está en los fondos del palacio y es una verdadera rareza en esta ciudad maltratada. Resulta que los Errázuriz habían encargado un jardín formal para su bella residencia al renombrado Achille Duchene, por entonces un cincuentón en el tope de su carrera. El proyecto era sencillo y elegante, muy en la escala del espacio disponible, y se centraba en una pileta ornamental, con un parterre rectangular que diera forma y estructura, y broderies simétricas en cada lado.

El jardín, cuenta el director del Museo Alberto Bellucci, se fue como degastando en este siglo casi exacto hasta quedar más como una memoria que otra cosa. Por suerte estaban los planos y había fotos, y con la ayuda de la Asociación de Amigos y de American Express fue posible reconstruirlo. Visitarlo hoy permite entender cómo funciona un jardín francés en esta tierra de jardines criollos, a lo sumo ingleses y generalmente caóticos. Francamente, no hay nada mejor para las fachadas formales del palacio que esta continuación vegetal del diseño.

Para mayor coincidencia, cuando estaban trabajando en la replantación del jardín los del Museo se enteraron de que se acababa de formar la Asociación Duchene, creada por el marqués Patrice de Biliotti, que reúne a los que tienen o disfrutan de jardines del maestro –y de su padre Henri– en todo el mundo.

Espacios verdes

El Observatorio del Derecho a la Ciudad y la Red Interparques y plazas van a realizar este martes una mesa de trabajo para preparar una ley de espacios verdes de la Ciudad. La idea es que la ley sea una expresión comunitaria, concreta, variada, que exprese las necesidades reales de cada barrio, sector y grupo de la Ciudad. Por eso la invitación es a todos los grupos, personas y ONG que quieran presentar un contraproyecto a la ley macrista que ya trajina la Legislatura.

La cita es en San Juan 2491, casi Alberdi, este martes a las 18. Quien quiera ir adelantando sus ideas puede enviarlas a [email protected]. Y quien quiera seguir la evolución de este y otros temas puede ir a la flamante página web del Observatorio, www.observatoriociudad.org

Una pregunta

Esta semana se le escaparon dos maras al Zoológico de Buenos Aires, y una murió atropellada por el intenso tránsito de Plaza Italia. Si esto hubiera sido planeado por un grupo ecologista anti-zoos, no hubiera podido salir mejor. Pero es otra muestra de la decadencia de lo que fue una institución nacional.

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