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Sábado, 20 de febrero de 2016

De viaje a Milán

El salón Satélite recibe en abril trabajos de Leko, la etiqueta de los diseñadores industriales Leandro Leccese y José “Koko” Domínguez.

 Por Luján Cambariere

En un mundo saturado de objetos, los diseñadores industriales de Leko se preguntan si son necesarios más. La respuesta es positiva y se materializa en una colección de productos como el escritorio Didrik, de cuerpo de chapa y madera de lenga de la Patagonia, con un contenedor de objetos personales y cablerío debajo del plano de trabajo. Y luego está la estilizada luminaria Eiko, como para crear una unidad. La idea es hacer que nuestro entorno se más funcional.

“Si vamos a hacerlos, que valgan la pena”, sostienen Leandro Leccese y José Dominguez, siguiendo con esto del exceso de objetos. “Que sean lindos sin seguir los vaivenes de la moda. Que sean actuales, atemporales, lo suficientemente particulares como para no ser confundidos, universales para llegar a la mayor cantidad de gente, ingeniosos. Que en eso radique su belleza. Objetos funcionales y dinámicos, productos que se adaptan y se ponen a disposición de las personas. Sustentables, pero en el verdadero sentido, perdurables y que se embellezcan con el paso del tiempo. Nos gusta que nuestros objetos hablen por nosotros, que sean ellos quienes te convenzan.”

Estas ideas convincentes fueron volcadas en objetos que en breve viajan a Milán, seleccionados para participar del próximo Salón Satélite, en abril, donde el universo design da cuenta de sus nuevas promesas. Leccese cuenta la historia

¿Cómo nace Leko?

–Leko nace en el 2011. Comenzamos juntándonos varios compañeros de la facu (Fadu, UBA) con la idea de hacer algo y con el tiempo en esas reuniones quedamos sólo Domínguez, Koko, y yo, ahí empezamos a ver la posibilidad de hacer algo juntos. El nombre es muy simple, pero es corto, fácil de recordar y suena casi igual en todos los idiomas. Viene de nuestros nombres.

¿Cuál fue el primer producto?

–El escritorio Didrik. Como el motor en las cosas que elegimos hacer somos nosotros mismos, para comenzar arrancamos diseñando cosas para equipar el monoambiente de Koko, que no tenía dónde usar su compu.

¿Por qué eligieron los materiales y tecnología que utilizan?

–En cuanto a los materiales, usamos los que tenemos más al alcance de la mano por nuestra capacidad de producción. Igual que las tecnologías, son procesos que nos permiten acceder a producir pequeños lotes y poder costearlo, en ese sentido tratamos de mantener la simplicidad. Hay una búsqueda de durabilidad también. Somos low tech se podría decir.

Contanos de ellos...

–El escritorio está constituido por cuerpo de chapa, que hace a la vez de estructura (lo cual permite utilizar menos madera) y de contenedor, está dividida en dos, adelante una zona para guardar objetos personales y en la posterior un espacio para ocultar el cablerío, este sube a la superficie de apoyo a través de una ranura, la idea es que el plano de trabajo se mantiene horizontal para que puedas abrirlo sin tener que sacar las cosas de encima. Eiko fue pensada para acompañar al escritorio y hay varias ideas condensadas en su diseño final. Por un lado está realizada con perfilería standard de aluminio y de nuevo resuelta con procesos simples. Hay una idea de continuidad, de reducir a lo indispensable el movimiento y mucho hincapié en los detalles.

Además de un bello chanchito...

–Es una alcancía martillo. Cuando se llena es muy fácil de romperse a sí misma. Parte de una idea que estaba perdida por un cuadernito hace mucho. Es de gres y el mango de lenga.

Ustedes hablan de no generar nuevos productos en el planeta si no son bellos... ¿Esa es la premisa más importante?

–En realidad, como diseñadores, a la hora de encarar un nuevo proyecto, siempre nos aborda una pregunta: ¿Una mesa... vamos a hacer una mesa más? ¿Para qué? ¿O por qué? Si ya hay miles. ¿El mundo necesita más mesas? Probablemente la respuesta sea no, pero nos gusta hacerlas, así que de ahí surge un poco la premisa, si vamos a traer objetos al mundo, que al menos para nosotros valgan la pena y todo lo que sigue después, por eso lo de lo bello, por eso lo durable, por eso lo simple. Quizá suene a mucho, pero en realidad es una premisa para poder plantarnos frente a lo que hacemos.

¿Qué recepción tuvieron las piezas? Ahora viajan a Milán...

–La repercusión fue muy buena. Al margen de la prensa y los visitantes, obtuvimos varias licencias. Eiko es una de ellas, la va a estar fabricando CB2 y la posibilidad de diseñar para otras marcas, es una apuesta a largo plazo. Estamos trabajando con una empresa americana en nuevos diseños de lámparas y lo mismo con otra empresa italiana que estamos en proceso de generar una nueva familia de luminarias. En abril estamos viajando nuevamente, vamos a estar en el Salone Satélite, ahora estamos corriendo con pruebas y prototipos. Tenemos intenciones de llevar unas lámparas de madera, bibliotecas, poltrona y contenedores. Para llegar con lo máximo posible, cruzamos los dedos para que todo salga bien.

https://www.leko.com.ar

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