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Sábado, 3 de abril de 2004

CON NOMBRE PROPIO

Para la cocina

Los personajes de Yael Frankel llegaron a la cocina, en una línea de utilitarios con mucho de lúdico para los chicos.

 Por Luján Cambariere


Yael Frankel es una de tantos diseñadores gráficos que cruzaron a la vereda de los productos. Amante del dibujo, empezó en gráfica de un modo totalmente autodidacta, hasta que hoy, con 36 años y diez de trabajo, está terminando la carrera.
Su familia (dos niños de 9 y 5 años) ya hace tiempo se resignaron a ceder parte del living para que ella pudiera tener su estudio. A cambio, varios de los personajes que asoman en sus productos les son dedicados.
Primero, hace unos años, junto a una socia, llegó Matilde. Una muñeca que nació articulada y serigrafiada en cartón y que dio vida a calendarios para armar, libretas, juegos de cartas, memotest y abecedarios imantados. El año pasado fue el turno de los Palominos, niños símil mounstritos o mounstritos símil niños, quién sabrá, de ojos y cabezas gigantes, que animaron juegos de ta-te-ti, sellos, delantales e individuales en PVC, molinetes para armar de acetato y tazones en acero inoxidable. Hoy, Frankel mete sus diseños en la cocina creando nuevos personajes.

3;21
Un conteo hacia atrás. 3, 2, 1, un despegue. Ese es el nombre que eligió para el desarrollo de estas colecciones de productos más personales que presenta en ferias o vende a locales. “Como soy muy inquieta, me propuse cada año, además de dedicarme a trabajar para mis clientes y responder a sus necesidades, producir una serie de elementos que sólo
respondieran a mis gustos y requerimientos personales”, señala Frankel.
En este 2004, la fuente de inspiración fue la cocina. “La gastronomía y sus secretos. Los olores, los sabores, las esencias, los placeres de la vida, la comida, las recetas... en fin, el arte de la mesa. Eso sí, una vez más, los destinatarios son los chicos. Porque me sale así, porque cuando quiero producir algo a lo grande me sale para chicos y cuando pienso en ellos, me inspiro. Y porque cada vez que hago algo por y para chicos, me deleito también yo”, relata.

¡A comer!
Así se llama la nueva línea de baberos y delantales de cocina en PVC impresos en serigrafía, juegos de individuales en polipropileno, recetarios y libros plagados de originales personajes creados mediante técnicas de collage digital. “Esta vez el guiño cómplice o gracioso pasa por armarlos mediante elementos habituales de la cocina”, detalla. Así, los personajes tienen cabeza de sartén con ojos de huevo frito, zapallo, tostadora o tapita de gaseosa. Cuerpos de rayador, silla, pava o tetera. Brazos de tenedores, palos de amasar o cuchara y pies de helado, sandías o tijeras. Diseños que entretienen y suman humor a la cocina.
Por último, frente a la pregunta de por qué aplica la gráfica al diseño de objetos es contundente: “Necesito hacer utilitarios. Más pensando en los chicos que tanto lo disfrutan y agradecen”, señala.

* 3;21 Diseño, 4701-2461,
www.321diseno.com.ar

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