m2

Viernes, 9 de agosto de 2002

Historia en construcción

Preguntas e ideas para una mirada crítica sobre la historia y la práctica de nuestra arquitectura.

Por Matías Gigli

El edificio de las Torres Petronas en Kuala Lumpur de César Pelli, ¿es arquitectura argentina? El Edificio Malecón, enlatado por HOK y desenlatado por el Estudio Aisenson, ¿qué es? ¿Cómo definir nuestra arquitectura? ¿Sólo nos sentimos en el buen camino cuando construimos una arquitectura ladrillera? ¿Hasta qué punto nuestro medio y nuestra nacionalidad cuentan a la hora de caracterizar nuestra producción? ¿Elaboramos una arquitectura argentina por el solo hecho de ser de esta nacionalidad y ejercer aquí la profesión?
La pluralidad, la diversidad y la heterogeneidad de situaciones producto de un mundo cambiante e injusto producen cada día situaciones nuevas e inesperadas. Los efectos también se observan en la arquitectura.

De lo construido a lo escrito
No siempre los arquitectos sintieron la necesidad de pensar en su producción y organizar ideas que avalen sus obras. Quizá por la falta de trabajo o por la proliferación y la demanda de palabras por parte de los medios gráficos, es que hoy los arquitectos debemos explicar y básicamente explicarnos lo que hacemos.
En otros tiempos algunos arquitectos desempeñaron tareas académicas a la par de las profesionales, como Martín Noel, que fue director de la Academia de Bellas Artes. Eso lo llevó a responder con tinta a los problemas de nuestra arquitectura. Valiéndose de relevamientos, documentos y dedicados bocetos, documentó el patrimonio histórico en obras como Contribución a la historia de la arquitectura hispanoamericana, de 1923.
Juan Kronfuss, otro gran dibujante, contribuyó a nuestro acervo con material gráfico de excepción en obras como Arquitectura colonial argentina. Nuestra arquitectura no estaba reseñada aún y esa era la forma de acercarse y reflexionar de la década del veinte. Eran los inicios de la lenta construcción de nosotros mismos.
El motivo de tan determinada búsqueda en esos tiempos era la necesidad de fundamentar su producción y articular un discurso en donde la obra fuera entendida y valorada. Los cincuenta años de gloria (1880-1930) del eclecticismo en nuestro país estaban llegando a su fin y el catálogo de estilos que se manejaban para los grandes edificios y palacios de nuestra ciudad no eran tan fáciles de aplicar en construcciones más modestas y menos solemnes, como viviendas, o cuando los presupuestos eran más reducidos.
El eclecticismo y su gran bagaje cosmopolita empezaba a ser revisto. Es así que se remonta a la valoración de una arquitectura previa, en donde lo colonial era entendido como marca de nuestra identidad.

Lo escrito: origen de la crítica
La investigación en la arquitectura como búsqueda de materiales para conformar un corpus en donde trabajar, y la crítica como forma de reflexión, no cuentan con una historia de larga data entre nosotros.
Debieron pasar algunas décadas más hasta que a fines del cuarenta y con la fundación del Instituto de Arte Americano Mario Buschiazzo diera inicio a una nueva disciplina que no se concentra en la producción arquitectónica sino en el estudio de su historia. Es que dentro de la pluralidad de imaginarios vernáculos han existido a lo largo del siglo que ya pasó ideales y caminos que llevaron por rumbos de lo más diversos a la especulación teórica: si se debía responder a nuestras raíces; la arquitectura autoritaria de los grandes edificios de oficinas estatales, priorizando frentes de fachadas continuas; responder al pensamiento democrático y pluralista del movimiento moderno, dando una respuesta pintoresquista más comprendida y valorada por la gente; y vuelta areinterpretar las raíces coloniales ya desde la modernidad. Un ciclo que hace recordar la cinta de Moebius.

El estado de las cosas
Desde otro lugar, Pancho Liernur, director del Area de Arquitectura de la Universidad Di Tella, razona en cuanto a las dificultades de caracterizar a la producción arquitectónica en nuestro país según pautas fijas e inamovibles. Sobre la dificultad de encontrar una arquitectura que nos represente y sobre un ideal colectivo único vinculado a nuestra nacionalidad. ¿Tanto necesitamos definirnos y diferenciarnos? Evidentemente el camino de la investigación y la crítica, sin una meta y un resultado único, angustian más que las certezas.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
  • Historia en construcción
 
M2
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.