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Jueves, 22 de enero de 2004

THE DARKNESS-BLACK EYE PEAS, LOS NUEVOS DUEÑOS DEL PODER, EN DISTINTAS DIRECCIONES

Rock and roll

The Darkness es una banda tan esteroetipada en sus gestos públicos que semeja una parodia al estilo “Spinal Tap”. Así y todo, lideran en Inglaterra el regreso de un tipo especial de rock cirquero: shows extravagantes, canciones con títulos provocativos, pose de estrellas, declaraciones rimbombantes. Y ese falsete de su llamativo cantante... Demasiado.

Si es una broma, es una de las mejores de la historia del rock. Por supuesto, para que surta efecto es imprescindible que los implicados sostengan que no hay ninguna broma de por medio y que hasta se ofendan cuando les pregunten si no ven su propia ridiculez. Se trata de cuatro veinteañeros ingleses llamados The Darkness, aunque de oscuridad no tengan más que el nombre: son la banda más ostentosamente glamorosa, bombástica y llamativa desde los lejanos tiempos de Mötley Crue, los que mayor cantidad de nominaciones recibieron para los canónicos premios Brit Awards 2004. ¿Retro rock? Claro, pero no del que se basa en los pilares de Velvet Underground y The Stooges, sino uno que tiene como referencias a Bon Jovi, Def Leppard, Van Halen, Queen, Whitesnake y AC/DC. Y si todo esto no es más que una joda, ya son demasiados los conspirados que aguantan la risa para largarla al final: Permission to land, el álbum debut de The Darkness (editado en Argentina), llegó al primer puesto del chart británico, mientras la banda amenaza con conquistar Estados Unidos y, desde ahí, el resto del mundo.
¿Por qué todo parece una broma muy bien planeada? Cualquiera que haya visto el apócrifo documental This is Spinal Tap podrá reconocer muchas similitudes entre los Darkness y los hilarantes Spinal Tap, una burla al hair metal de los ‘80. A ver: el cantante y guitarrista Justin Hawkins –dueño de un falsetto agudísimo– parece una cruza entre Angus Young, Freddie Mercury y David Lee Roth, pero con el peinado de Robert Plant en sus primeros años en Led Zeppelin. El tipo sale a escena calzado en un enterito de lycra –con estampado de leopardo, nada menos– pegadísimo al cuerpo, o deja ver un tatuaje con llamas que suben de su entrepierna. Y además escribe canciones con títulos como “Love on the rocks with no ice” (Amor en las rocas sin hielo), “Get your hands off my woman” (Sacá las manos de mi mujer) y “I believe in a thing called love” (Creo en una cosa llamada amor). La banda se completa con el guitarrista Dan Hawkins (hermano de Justin), el baterista Ed Graham y el bajista Frankie Pullain, que porta un bigotazo igual al de su colega de Spinal Tap. Y hay más: llegaron a su show en el último Glastonbury en helicóptero, planean construir un Arse de Triomphe (un Culo del Triunfo, en lugar de un Arco) como escenografía y hasta ven cercano que el Estadio Wembley sea rebautizado Estadio Darkness después de que ellos toquen dieciséis noches seguidas. “Spinal Tap es divertido porque es verídico”, dice Justin. “Todo el mundo quiere ser parte de una banda porque eso significa que no tenés que ser una buena persona que tiene control sobre su responsabilidad. Es un escape. Y en ese ambiente, cosas que le pasan a Spinal Tap también nos pasan a nosotros. A veces”.
Estos cuatro tipos arrogantes detestan que se los considere un chiste, una suerte de “metal irónico”. “No hubiéramos pasado tanto tiempo haciendo esto si sólo fuera una joda”, responde Justin. “No hubiéramos viajado tanto durante tres años para tocar sin que nos pagaran un centavo. Si fuéramos irónicos, pasaríamos el tiempo en vinerías o viendo películas de Fellini. Nuestra motivación básica cuando tocamos es asegurarnos de que todos los que están viéndonos estén pasándola bien. Y hay varias puntas para nuestro ataque; una es la performance, otra es el vestuario, o la solidez de las composiciones. No hay muchas bandas que sean tan extremas como nosotros, pero nunca pensamos que fuéramos ridículos”. Y su hermano menor completa: “Extravagantes, quizá, pero nunca ridículos. Muchas bandas piensan que ser cool es más importante que disfrutar de la vida”.
Justin, el hombre de las muñequeras y los catsuits la tiene clara con respecto al valor de su imagen y sus actitudes para entretener a públicos masivos: “En los viejos tiempos, Van Halen tenía un frontman que se lo pasaba saltando y todo eso, y apenas lo echaron la banda se convirtió en una mierda. Aun cuando, en esencia, seguían tocando la misma música. VanHalen es una puta mierda porque ya no tiene a David Lee Roth, que era el que le aportaba extravagancia. Y eso es lo que a mí me excita”.
The Darkness surgió de Lowestoft, una zona rural inglesa, donde soñaban con un futuro de sexo, drogas y rocanrol tocado a lo grande, con riffs adhesivos y ganchos inmensos. Y ahora que las revistas los ponen en la tapa, el sueño se les ha hecho realidad. Aunque todavía reaccionan como fans cuando telonean a artistas como los Rolling Stones o Def Leppard, ya abrieron el último Glastonbury y telonearon a Robbie Williams ante 350 mil personas. “Siempre nos comportamos como rockeros de estadios, incluso cuando tocábamos en pubs”, afirma Justin. “Ese es nuestro feudo: el rock de estadios para pasarla bien. Música legítima y bombástica que conecta con la gente.”

Vuelven todos

El fenómeno-Darkness superó cualquier previsión en la Gran Bretaña y puso en serios aprietos a buena parte de la prensa especializada y “seria”. Sin dejar de mencionar el costado aparentemente paródico de la formación, sus canciones y sus acciones públicas (la del helicóptero en Glastombury es sólo una de ellas), los críticos de The Guardian, el Daily Telegraph y The Times elogiaron las buenas canciones de la banda y su espíritu a prueba de ridículo. Algo así como: son grasas y bastante básicos, pero entusiastas y en cierta medida, hasta inocentes. Paralelamente, al compás de los millones de copias vendidas de Permission to land, resurgió el gusto por el rock and roll básico, rutero y rimbombante de los años setenta y ochenta, con sus bandas-icono. Así es como el Reino Unido, tal como puede leerse en la última página de la revista Mojo, se editó un disco doble titulado justamente Permission to Rock con canciones de Judas Priest, Motorhead, Rainbow, Alice Cooper, Van Halen, Poison y Bad Company, entre otros. Pero las zanahorias del disco son los superhits I believe in a thing called love y Get your hands of my woman, ambos de ya saben quién.

Rap and pop

Black Eye Peas elude los traumas y bravuconadas del común de la escena hip hop, a caballo de un mensaje pacificador y un sonido decididamente radial. Ahí está si no "Where's the love", uno de los hits del verano argentino, en donde comparten voces con el joven maravilla Justin Timberlake. Pero hay más que eso: un alegre homenaje a las raíces funk de sus ancestros

Un latino, una chica blanca, un filipino y un afroamericano: semejante confluencia sólo pudo haberse dado en Los Angeles. Precisamente de ahí son los Black Eyed Peas, un cuarteto de hip hop que con su tercer álbum, Elephunk, apareció en lo más alto de los rankings de Estados Unidos e Inglaterra. El disco, que ya se editó en Argentina y contiene uno de los hits del verano (ver recuadro), es una combinación de elementos tan dispares como los árboles genealógicos de quienes lo hicieron. Hay bases de hip hop festivo y radiable, con samples pero también con una poderosa banda funk (que los acompaña en vivo), algunas melodías latinas (con Sergio Mendes en piano), un par de letras en español y en dialecto filipino, una colaboración bien pop con Justin Timberlake, y la visión del estado del mundo a cargo de cuatro angelinos que preferirían como gobernador al Arnold de Blanco y negro antes que a Terminator.
“Este es un disco de hip hop pero no fue concebido con el hip hop en mente”, explica Will.i.am, uno de los productores del grupo. “Pensábamos más en buenas canciones, en buena música. No queríamos decir nada remanido, tipo ‘mi estilo es éste y mis rimas son así’. Algo de eso puede haberse metido, pero estábamos cansados de hablar de cosas así.” Es que los muchachos han recorrido un largo camino hasta llegar al éxito actual. Will.i.am y Apl.de.ap (el otro productor) se conocieron en 1989, cuando estaban en la secundaria, y comenzaron a presentarse como Atban Klann, aunque no llegaron a grabar. En 1995 se incorporó el MC Taboo, cambiaron el nombre a The Black Eyed Peas y consiguieron su primer contrato discográfico. El debut, Behind the front, llegó en 1998. Allí, igual que en Bridging the gap (2000), participaba como invitada la cantante Macy Gray. Los dos trabajos le significaron a la banda el reconocimiento dentro de la comunidad hip hop, sobre todo entre los seguidores de bandas como The Roots y A Tribe Called Quest, más cercanos estilísticamente. Parte de la esencia de los Black Eyed Peas es salir a tocar con una banda. “Nos gusta el error humano”, asegura Will.i.am. “Nada debería ser perfecto, jamás. Si nuestro baterista se manda una cagada y sale adelante, es como un logro. Eso hace que cada show sea diferente, por la espontaneidad y por la posibilidad de parar, bajar el ritmo, elevar o disminuir el ritmo.”
Después del segundo álbum, las cosas no funcionaban en el frente interno y los integrantes del trío sentían que les faltaba algo. Una noche, en una discoteca, conocieron a la cantante de soul Stacey Ferguson, a quien Will.i.am invitó a participar de un proyecto solista. Fascinados por la voz de la chica, los tres BEP la invitaron a sumarse al proyecto. No sin antes rebautizarla, por supuesto: ahora se la conoce como Fergie. “Es una cantante fantástica, lo que nos permite salir de la monotonía del rapeo”, asegura Will.i.am. “Cuando tenés una cantante tan buena se te hace más fácil agregar sabores. En cierto sentido, que Fergie forme parte del grupo nos hace sentir completos. Siempre colaboramos con vocalistas, como Esthero o Macy Gray, y muchas de las canciones de nuestro primer disco tenían muchas partes cantadas, pero nunca por un miembro de la banda. Así que Fergie nos ha completado porque podemos salir de gira y lo que se ve en vivo representa nuestra música.” La cantante pasó una prueba de fuego: su primer compromiso en vivo fue en la gira estadounidense en la que BEP abrió los shows de Justin Timberlake y Christina Aguilera. El resultado de la movida, arriesgada para un grupo con raíces hip hop, debe haber dejado contento al cuarteto, porque en este momento está repitiendo la experiencia en Australia.
A todo esto, ¿qué significa Elephunk? Una cruza de elefante y funk, neologismo de cosecha propia “para representar el sonido elefante, un sonido funky grande y profundo”, dice Will.i.am. “Todo el mundo cree que el rey de la selva es el león. Pero si se lo piensa bien, no conviene hacer enojar al elefante, porque sale en estampida y entonces sí que no hay escapatoria posible. Así nos sentimos respecto de nuestra música: es como una estampida.” La imagen del elefante en la cristalería sirve como analogía para lo que Black Eyed Peas ha hecho con los rankings (fueronnúmero uno en Inglaterra durante seis semanas consecutivas, algo que no sucedía desde 1998), pero la inclusión del chico pop Timberlake y el sonido radiable del álbum también les trajo críticas desde la ortodoxia del hip hop. Y Taboo lo sabe: “Cada persona con la que hablo me pregunta si nos consideramos unos vendidos. No lo entiendo. ¿Vendidos? ¿Será que vendemos muchas entradas? Todavía hacemos la música que queremos y nos mantenemos fieles a lo que siempre hemos sido.

El amor está

Muchachos fiesteros conocen a otro muchacho fiestero: los Black Eyed Peas descubrieron que quien hacía breakdance en el centro de la pista de una disco de Los Angeles era ¡Justin Timberlake!, el chico pop del momento. “Nos intercambiamos nuestros números de teléfono y desarrollamos una relación como seres humanos, no como estrellas. No debería importar que él sea quien es y que yo sea un mexicano de Los Angeles Este. Sólo queremos hacer música juntos. No voy a juzgar a las personas por cuánto dinero tengan ni nada de eso”, se planta el rapero Taboo. La amistad entre el ex de Britney Spears y el cuarteto resultó en “Where is the love”, uno de los hits del verano argentino. La letra de la canción refleja cómo se sienten los BEP en los Estados Unidos (y el mundo) pos 11 de setiembre: llama a no discriminar y a que “tu alma tienda hacia el amor”. Rápido de reflejos, el sello discográfico Universal envió a las cadenas de videos locales una versión subtitulada en español del clip correspondiente al tema, no sea cosa que a alguien se le pase el mensaje políticamente correcto y pacifista.

 

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