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Jueves, 13 de octubre de 2005

M.I.A. TRAE SONIDOS MIXTURADOS

“Mi identidad es lo que aprendí”

Un mestizaje de músicas marginales, de una mujer nacida en Sri Lanka, que cantaba No llores por mí, Argentina cuando era demasiado joven. Tuvo que dejar todo, irse de su país y volver a empezar en Londres. Hace un tiempo había compuesto una canción premonitoria, que decía “Tengo las bombas para hacerte volar”. Estará en el BUE.

 Por Roque Casciero

Después de que ella buscara una definición para su música durante mucho tiempo, M.I.A. (por Missing In Action, “Desaparecida en acción”) la encontró de boca de un periodista brasileño: “Es un collage de todas las músicas marginales del mundo”, repite la chica nacida hace 27 años, en Sri Lanka, como Maya Arulpragasam. “Pero, más allá de eso, es música para bailar, es optimista.” Lo del collage tiene sentido, como se podrá apreciar el 29 en el Festival BUE: el beat incitante de M.I.A. cruza dancehall con ritmos orientales, bases como las de su amiga Peaches y hasta de reggaetón. Pero lo de “optimista” hace un poco de ruido cuando se escuchan los tracks de Arular, su disco debut, porque las letras mezclan la incitación a moverse con la dinámica violenta de la vida en Londres, rapeadas con acento mestizo. Tiene su lógica, porque el padre de Maya (llamado... Arular) era un líder guerrillero, y su madre y ella debieron mudarse constantemente para evitar que las mataran. Finalmente recalaron en Londres, pero la chica siguió moviéndose: estudió en una escuela de arte en Los Angeles, donde conoció a las Elastica. Precisamente, Justine Frischman fue quien le regaló un Roland 505 y la alentó para que hiciera música. “Un día estaba aburrida y me puse a programar bases”, recuerda. Y así pasó del embole a un disco nominado al premio Mercury 2005.

–La identidad es uno de los temas dominantes de tu álbum. ¿Tendrá que ver el hecho de que te lo pasaste viajando mientras crecías?

–Sí. Cuando crecía en Sri Lanka, mi identidad era lo más peligroso, porque por ella querían matarme. Además, debido a mi identidad, tuve que irme, perder todo lo que tenía en la vida y empezar de nuevo en Inglaterra. Allí la gente pensaba que era paquistaní. Después, debido a mi identidad, me hice amiga de gente de Trinidad y de Jamaica. Al encontrarme con gente de tantas culturas, fue como si pudiera deshacerme de mi identidad, porque yo era muchas cosas diferentes. Amo mis raíces, por eso hablo siempre de que soy de Sri Lanka, pero creo que mi identidad es todo lo que aprendí: eso es lo que me hace quien soy. Y las canciones que hago tienen que ver con lo que me pasó en la vida.

–¿Qué cambió en la vida de los inmigrantes desde los ataques terroristas en Londres?

–El año pasado, cuando salió Sunshower (uno de los singles de Arular), todo el mundo decía: ¿por qué canta sobre eso si la vida es maravillosa?”. Sentía que la gente pensaba que yo era oscura, ridícula. Y ahora, cuando escucho ese tema, es el escenario de lo que le pasó al chico brasileño a quien mataron pensando que era musulmán. Cuando pasó eso, empezaron a llamarme periodistas de toda Europa para preguntarme cómo me sentía viviendo en Londres y cantando “Tengo las bombas para hacerte volar”. Y les contestaba: “Bueno, pero el verso siguiente dice: ‘Tengo los beats para hacerte saltar’”. Quería hablar de lo que estaba sucediendo en Inglaterra precisamente porque estaba sucediendo. Ahora mi música significa más para Inglaterra que el año pasado.

–Hace un año sólo eras conocida en el underground; ahora el diario The Guardian dice que sos la nueva reina del hip hop, y tus conciertos se llenan de celebridades. ¿Cómo te manejás con la fama?

–No sé bien cómo hacerlo. Todo pasa muy rápido, pero como estoy metida en el medio, no pienso en eso. Además, todo el tiempo salía con Diplo (su productor y ex pareja), así que no lo sentía. Pero ahora ya no estamos juntos, así que cuando vuelva de la gira seguramente me va a golpear. Voy a tener que cambiar mi estilo de vida. Tengo que comprarme algún lugar donde vivir, porque todavía soy una homeless. No he hecho cambios a mi vida como cualquiera que se hace famoso, así que todavía tengo que pedirles ropa prestada a mis amigas porque no tengo nada. Y me bajan de los colectivos porque no tengo suficiente cambio.

–¿Alguna vez te imaginaste que ibas a hacer música en la Argentina?

–Siempre soñé con lugares como la Argentina. Cuando tenía diez años llegué a Inglaterra y al mes tenía un concurso de talento en la escuela. Mientras todo el mundo cantaba canciones de Madonna o Bananarama, yo canté No llores por mí, Argentina. Y como no sabía inglés, inventé las palabras. No tenía sentido, pero me dieron un premio por lástima. La vergüenza que sentí hizo que no volviera a involucrarme con la música hasta que compuse las canciones de Arular.

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