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Jueves, 27 de julio de 2006

LA ENCARNACION ESCANDINAVA DE SUMO

Luca vive (en Suecia)

 Por Javier Aguirre

La ginebra se congela solita en los vasos de los clubes de la helada Suecia, donde SUMO –así, todo mayúsculas– es una de las bandas más calientes. Unos Sumo suecos, claro. ¿Da para tocar La rubia tarada en un boliche nórdico, a riesgo de arruinar la onda con un público de doscientas suecas desprejuiciadas (y seguro rubias, y quizá, encima, taradas)? ¿Es cierto que Llegando los monos se convierte en Llegando los vikingos? ¿Se cubren de escarcha los corpiños en la madrugada? ¿Mañana en el Abasto se traviste en Mañana en Estocolmo? Y la lista podría seguir.

La verdad es que entre estos paisanos (ya no de Hurlingham sino de Estocolmo) no hay Lucas, Mollos, Arnedos, Sokoles, Nuttales, Daffunchios ni Pettinatos. Los SUMO escandinavos son un dúo dance, conformado por el DJ y programador Alf Tumble y el saxofonista Combo, cuya música va y viene sobre el jazz electrónico, el disco y ciertos ritmos latinos y afros que aporta el percusionista invitado Thomas Eby; más cantantes que, según el caso, son MCs hip-hoperos, recitadores, o vocalistas de samba y salsa.

Pregunta: ¿conocerán estos blondos SUMO la existencia de la mítica banda argentina del mismo nombre? “Sí, hemos oído hablar de ellos –admiten, en diálogo con el NO–, aunque lamentablemente no hemos escuchado su música aún. Nos encantaría. Eran una banda grande, ¿no? Estaría bueno poder hacer algunos remixes de los Sumo argentinos. Quizá podemos intercambiar discos, o alguien desde la Argentina nos puede mandar algún material”, se tiran el lance, acaso revelando que instituciones como el mangueo y el luqueo no son patrimonio exclusivo de las pampas sino también de los pueblos nórdicos. “En realidad –siguen–, somos muy curiosos, porque nos gusta encontrar nuevas fuentes de inspiración. Así que quisiéramos escuchar música argentina, de la que sabemos muy poco en Suecia, más allá -obviamente– del tango, y de saber que tienen buena música electrónica local.”

Después del Mundial de fútbol del 2002, cuando Suecia eliminó a la Selección de Bielsa, hubiese sido más incómodo recibir comentarios futboleros provenientes de suecos. Pero ahora no hay resentimientos a la hora del segmento deportivo post-Alemania ‘06: “A nosotros nos gusta mucho mirar fútbol. Muy mal que Suecia y Argentina hayan quedado afuera del torneo tan pronto, los dos equipos –en especial, la Selección Argentina– tenían más para dar. Aunque seguramente los argentinos deben estar más decepcionados que los suecos, porque ustedes esperaban más”.

Con una producción ininterrumpida de sesiones bailables desde el 2001 -cerca de 40 títulos, la mayoría editados a través del sello que ellos mismos conducen, Heya Hifi–, los SUMO suecos acaban de lanzar su primer álbum oficial The Danceband, que podría traerlos a la Argentina. “Ya hemos estado en Brasil y en Venezuela, pero todavía tenemos pendiente ir a la Argentina. Nuestro percusionista Eby pasó un mes en Buenos Aires y habla maravillas. Estamos con muchísimas ganas de tocar allá, todos dicen que es una de las ciudades más calientes si tenés un trabajo creativo, como ser músico, diseñador de ropa o director de arte. Sabemos que la escena de clubes es fuerte. Y, por supuesto, tienen la mejor carne y buenos vinos.” ¿Vuelve Sumo a Cemento? Suena doblemente difícil.

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