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Jueves, 21 de junio de 2007

CRITICA 1: EL SONAR ANTES DE BAIRES

Al ritmo del dubstep

 Por Yumber Vera Rojas

Desde Barcelona

Poco antes de que el Real Madrid le arrebatara el título al Barcelona, concluía el Sónar 2007, el encuentro de música avanzada y arte multimedia más importante del mundo. Con los Beastie Boys encabezando el line up, el hip hop fue protagonista y sirvió de escenario para la vuelta de los legendarios Devo a Europa luego de 17 años. Ofreció también una muestra de la sensación de la electrónica británica, el dubstep, y apostó sus fichas en los boricuas Calle 13 como la innovación del reggaetón.

También, con la inclusión de bloques de artistas amparados bajo una misma discográfica, el festival reveló la importancia de los sellos independientes, y hasta hizo un guiño a la influencia en el dance actual de Daft Punk y su disco debut Homework, a dos lustros de su aparición.

Entre el 14 y 16 de junio, hubo unas ochenta figuras entre el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona durante el día y la Fira Gran Vía 2 para las de la noche. Convertida en una especie de Torre de Babel, en la jornada inaugural del festival deslumbraron los chinos FM3 y White, y los nipones Kazumasa Hashimoto y Piana. El groove lo impuso Mica & The Cluster y la fiesta la encendió James Holden con un inolvidable set. Pero las estrellas fueron los Beastie Boys quienes, más tarde, amenizaron un show especial en el que adelantaron su nueva producción, The Mix Up. Con nueve años sin pisar suelo español, repitieron el viernes rememorando sus discos Check Your Head, Ill Communica-tion y Hello Nasty.

Esa misma noche, los franceses Justice lucieron su chapa de sensación –demostrando, como los teutones Digitalism, cuán influidos están por Daft Punk–, así como los ingleses Simian Mobile Disco, los alemanes Modeselektor y el canadiense Richie Hawtin. Además, el japonés Cornelius brindó una exquisita performance, mientras que As One puso a brillar su jazz house, Dizzee Rascal arengó un contundente show de grime y rap beligerante y Kode 9 & The Spaceape demostró por qué es el principal embajador del flamante dubstep.

Antes de que todo esto sucediera, en el CCBA la frialdad nórdica se tornó en cálido soul y electrohouse con los finlandeses Nicole Willis & The Soul Investigators y Accu. Esta versión del Sónar también recibió al venezolano Spyro y al argentino Sebastián Escofet, junto al español Carlos Casas. Luego del debut del Sónar el año pasado en Argentina, el NO supo que está prácticamente confirmada la segunda edición en Buenos Aires, para septiembre.

En la noche del cierre, unos Devo, pese a las canas y la gordura, lúcidos, desfachatados y en overol, como en el clímax de la new wave, arremetieron con una catarata de hits que incluyó los himnos Whip It, Girl U Want y Jocko Homo. La Mala Rodríguez y Fangoria fueron las atracciones locales en la clausura, los escoceses Mogwai se anotaron un concierto emocionante, el estadounidense Jeff Mills dictó una cátedra de minimal techno y los galos Black Devil Disco Club redimieron la disco italiana. Al final, Calle 13 advirtió: “Aquí llegaron los sudacas”, y Altern8 sacudió la pista al clamor de la rave, mientras un grupo de ingleses abandonaba la Fira con remeras en las que se leía “We Love Your Sónar”.

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Imagen: Leandro Teysseire
 
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