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Jueves, 6 de septiembre de 2007

“INTERIORES”, TEATRO INTERACTIVO

Esa cosa fisgona

 Por Sebastian Ackerman

La propuesta de Interiores es así: desde el C.C. Rojas se camina hasta un edificio cercano donde se le da a cada uno un reproductor mp3, en el que están contadas las distintas historias que se podrán observar. A partir de allí, cada espectador arma su propia obra. En cinco departamentos del edificio y en la terraza se producen “situaciones”, donde cada cual podrá entrar y salir, moverse, revisar el lugar, convertirse en un voyeur invisible en una casa ajena, espiar la intimidad de un extraño en su ámbito más privado, su hogar. “Nos interesa correr al espectador del lugar tradicional del que se ve una obra, pero también corrernos nosotros del lugar tradicional del que se produce teatro. Trabajar en un espacio real, con el espectador a 30 centímetros, nos lleva a laburar desde un lugar completamente distinto del que si se montara en una sala. Es una obra en la que sólo se produce lo que se produce en un edificio”, dice Mariano Pensotti, el autor de Interiores al NO.

“Hay algo en esas historias que, si bien no tienen continuidad, van armando la historia de ese edificio en ese momento. Ese es el punto de partida de la obra”, explica Pensotti. Las distintas situaciones poseen alguna característica que la hace atractiva para la forma de representarlas (desde el que no quiere ir a una reunión de egresados del colegio porque su vida es un fracaso, pasando por quienes planean una revolución o una ruptura amorosa, por ejemplo), que además resaltan ese lugar extraño que ocupa el público. “Lo interesante es el lugar raro en el que uno queda: por momentos, te sentís invadiendo un lugar ajeno. Eso es lo mejor: la gente se mete mucho en las situaciones, a mirar, a tocar, sentarse en la cama, abrir el ropero. Pone al actor en el desafío de tener que adaptarse a lo que se está generando en ese momento sin perder su estado interno, sin un espectador ideal”, resalta.

Esta forma de intervención rompe con varios estereotipos teatrales: desde el lugar del actor sobre el escenario y del espectador en la platea, hasta la linealidad de una historia o la planificación de un guión. ¿Por qué hacer una obra así? “Cuento historias desde un lugar totalmente distinto –-señala Pensotti–. Por otro lado, a los actores les plantea el desafío de actuar con el público muy cerca, desde un lugar más cinematográfico; y además actuar sin un frente: el público lo rodea. Eso lo lleva a tener que construir una especie de espacio total, sostener esas situaciones y un estado anímico en el tiempo mientras el público va entrando y saliendo”, sostiene.

La idea salió de llevar Marea, una intervención en el espacio público que hizo en 2005, a un ámbito privado para que el público pueda meterse en la obra. “Nos interesa poner al espectador en ese lugar de voyeur, cumplir un poco esta fantasía de meterse en la casa de algún desconocido a ver qué pasa. Y nos interesa también la interacción que se arma entre el espectador, la situación y el espacio en sí. Hay algo que genera un efecto interesante cuando se meten en una ficción, pero que se produce en un espacio real, lleno de objetos reales. Además para incentivar un poquito esta cosa fisgona que todos tenemos: ir a la casa de un amigo y revisar el botiquín, o empezás a salir con alguien y le revisás los cajones para ver qué tiene. Son cosas que todos hacemos y que nos aporta información sobre la otra persona. En este caso, aporta sobre los personajes”, concluye.

* Interiores se presenta en el marco del C.C. Rojas los sábados a las 19, domingos y lunes a las 21 en Av. Corrientes 2038. Llegar 20 minutos antes de la función, capacidad limitada.

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