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Jueves, 30 de octubre de 2008

JASON PIERCE, LIDER DE SPIRITUALIZED

Flotando en la sala de emergencias

El ex Spacemen 3 se desmarcó de su disco más exitoso y logrado, no sin antes comerse una internación por neumonía doble. Pero, afortunadamente, sigue vivito y rockeando. Consejo de la casa: no se pierdan su show.

 Por Roque Casciero

”Señoras y señores, estamos flotando en el espacio”, decía la voz femenina al comienzo del disco que se llamaba, precisamente, Ladies & Gentlemen We’re Floating in Space. Y vaya si lo estaban los Spiritualized en 1997, el año en que publicaron esa obra descomunal. Se trataba de un disco cuyo arte de tapa, igual que el debut de los locales Cienfuegos, reproducía uno de esos medicamentos de los que suele hablar Jason Pierce, cantante, guitarrista y cerebro del grupo inglés. El tipo ya tenía historia haciendo rock entre las nubes narcóticas: venía de los abrasivos Spacemen 3, que había formado junto al bajista Peter Sonic Boom Kember y con los que había publicado álbumes con títulos tan explícitos como Sound of Confusion, The Perfect Prescription y Taking Drugs to Make Music to Take Drugs to. Tras la desintegración de esa banda, Pierce (que suele firmar sus trabajos como J. Spaceman) armó Spiritualized y ganó adeptos con Pure Phase y Lazer Guided Melodies, aunque nada hacía prever el impacto de Ladies & Gentlemen, un trabajo en el que el soul, el space rock, el vudú de Dr. John y la psicodelia se cagaban a palos con el free jazz y la electricidad protopunk de los Stooges. Para Pierce, sin embargo, se trató de un disco más: “Fue tan exitoso como el disco anterior o el que le siguió”, le asegura al NO a través del teléfono. “Todos los discos son difíciles de hacer y de terminar, y todos traen el peso de las expectativas. A veces la gente malentiende el éxito: lo comercial que pueda ser un disco no tiene nada que ver con lo que ese trabajo significa para el artista.”

Lo cierto es que Ladies & Gentlemen se convirtió en una referencia insoslayable en la historia de Spiritualized, que tras un álbum en vivo estalló en pedazos: Pierce echó a todos los integrantes del grupo, que habían amenazado con hacer un paro porque cobraban poco. Let it Come Down y Amazing Grace fueron, en buena medida, intentos de amplificar lo ya hecho, en un caso con orquesta multitudinaria y coro gospel, en el otro con el énfasis en el soul y las descargas eléctricas. “A veces las canciones ni siquiera terminan del mismo modo en que las había planeado originalmente”, explica Pierce. “Lo que hago es intentar algunas cosas y lo que encaja, queda. En realidad, me parece que es la propia canción la que decide. Uno puede aplicarle artilugios de estudio o ideas de sonido, pero la canción encuentra su propio espacio.”

Justo cuando Jason parecía atrapado en la maravillosa telaraña que él mismo había creado, Songs in A&E lo muestra libre de ataduras, con el atrevimiento para reinventar su sonido una vez más. “No creo que sea tan importante que el público entienda mi viaje personal”, se planta él sin mala onda. “Hay gente que encuentra el camino hacia mi música en cualquier etapa o sólo tiene uno de mis discos. En realidad, podés ir para adelante y para atrás en la discografía de cualquier artista, porque los discos ya no son sobre su vida sino que tienen que ver con lo que le resuena al que la escucha. Eso pasa con todo el arte, pero especialmente con la música. Por ejemplo, si escuchás a Ray Charles cantando I Can’t Stop Loving You, no pensás en quién será la mujer a la que Ray Charles no puede dejar de amar sino en cómo esas palabras se relacionan con tu vida, con la persona que vos amás. Cuando escucho Search and Destroy, de los Stooges, supongo que habla de Vietnam, pero yo no estuve ahí y mi relación con la canción tiene que ver con cómo hace que mi corazón lata más rápido.”

Songs in A&E es un título con doble sentido: además de las notas musicales La y Mi (A y E en el cifrado americano), A&E es la sigla que en los hospitales británicos se usa para abreviar “Accidentes y Emergencias”. Lo cual cobra sentido cuando uno se entera de que, antes de terminar el álbum, Pierce pasó varios meses internado por una neumonía doble. Sin embargo, risueño, el cantante asegura que el título del disco no tiene que ver con que las canciones sonaran en su cabeza durante el tiempo que estuvo hospitalizado. “Tuve un buen descanso para despejar mi mente de todo eso, ni siquiera me parecía importante volver a las canciones. La única razón por la que lo hice fue porque conocí a Harmony Korine por accidente y me encargó hacer la música para su película Mister Lonely. Lo mejor que tuvo trabajar en eso fue que no tenía que explicar qué estaba haciendo, ni encontrarle justificación; simplemente hacía música de un modo muy simple, como la haría un chico. Y al trabajar de esa forma, esas atmósferas empezaron a funcionar muy bien con las canciones que ya había grabado para Songs in A&E.”

–Pero, ¿ya habías decidido archivar todo el disco?

–Sí, varias veces. Era muy difícil tratar de continuar, pero también archivarlo.

–¿Cuál era el problema? ¿Las canciones te resultaban viejas?

–Sí, algo de eso hubo. Pero, de un modo extraño, a veces tu trabajo se convierte en algo más importante que lo que vos realmente habías hecho. Es decir, a veces cobra un significado más grande que lo que vos produjiste. Y eso hizo que me resultara imposible volver a escucharlas. Una vez que tuve ese parate, no podía retomarlas como si nada.

–Claro, porque cuando las escribiste eran canciones sobre personajes ficticios, pero después de la enfermedad resonaban como muy personales. ¿Serás clarividente o algo así?

–(Se ríe) Como decía, cobraron un significado distinto. No sé, ahora se pueden entender de otra forma porque pasé por todo eso.

–Algunas imágenes que usás en las letras son recurrentes: Jesús, el Diablo, la medicina, el fuego, el alma... ¿Son parte de tu imaginería o de tus obsesiones?

–Probablemente tiene más que ver con lo segundo. Son cosas de las que es difícil deshacerse, ¿no? Ese es el problema con el Diablo: no quiere irse (risas). Creo que tiene sentido que use esa clase de lenguaje en mi trabajo, puedo expresar más claramente mis ideas de esa forma. Además son temas más profundos que lo que uno habla todos los días. Igual, tiene que ver con cómo se dan las cosas. Por ejemplo, en este disco hay tres canciones que hablan de fuego (I Gotta Fire, Soul on Fire y Sitting on Fire): traté de cambiar eso, sentía que no podía tener tres temas con la misma palabra en el título. Para peor, cuando armé el orden del CD me quedaron muy cerca uno de otro. Pero no hubo nada que hacerle, salió de esa manera y no tenía sentido cambiarlo.

–¿No pensaste en poner la palabra “fuego” en el título del disco, directamente?

–Lo que pasa es que Songs in A&E es un título tan bueno... No podía dejar de usarlo.

* Spiritualized tocará el viernes a las 21.25 en el escenario Motorokr del Personal Fest.

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