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Jueves, 12 de febrero de 2009

GENE SIMMONS, DE KISS, MUEVE SU FAMOSA LENGUA PARA HABLAR CON EL NO

“Tenemos que estar a la altura de nuestra leyenda”

Bajista, cantante, empresario, inventor, entertainer, máquina sexual, actor, escritor, mito viviente: cualquiera de esas palabras le caben a Gene Simmons, el “Demonio” de KISS, pero ninguna alcanza para definirlo. Pensándolo bien, ¿cómo se puede abarcar a un tipo que de chico soñaba con ser Dios y que a punto de cumplir 60 dice que ese sueño se le hace realidad en cada concierto?

 Por Roque Casciero

Veinte minutos. Ese es el tiempo convenido para hablar por teléfono con Gene Simmons, que volverá a tocar con KISS en Buenos Aires el 5 de abril, como parte del Quilmes Rock. Pan comido, ¿no? Como si ese plazo alcanzara para preguntarle todo a un tipo que dice haberse acostado con más de 5 mil mujeres, que nunca revela cifras pero ostenta su vida de millonario, que patentó varios conceptos novedosos para el rock y para el negocio del rock, que se inventó primero como monstruo escénico para luego mostrar –reality mediante– su faceta de padre serio y jodón, que habla con orgullo de sus veintipico de años “felizmente no casado” al lado de la ex conejita Shannon Tweed, que es hijo de una sobreviviente del Holocausto y de un padre que lo abandonó, y que inventa cada día una nueva forma de sacarle el jugo a esa marca registrada que lleva 35 años de existencia: KISS.

Veinte minutos, entonces, en los que Simmons jugará con su personaje a rajatabla cada vez que use la palabra “chicas” en español, enviará mensajes a sus fans del modo más previsible (“ir a la Argentina significa todo para nosotros”, “¿cómo podríamos dejar de ir si hay chicas hermosas?”, etc., etc.), no dejará margen para las dudas con la entonación de sus “sí” o sus “no” como únicas respuestas en ciertas ocasiones (así se hable de la paz en el mundo) y en los que hasta sorprenderá con una frase impulsiva o un chiste (en él) extrañamente espontáneo. Los veinte minutos de comunicación telefónica no alcanzarán para construir la más reveladora entrevista a Gene Simmons de todos los tiempos, básicamente porque Gene Simmons parece imposible de abarcar en sus múltiples dimensiones, así se disponga de veinte días. Ni siquiera puede llegarse a tanto si uno ve su reality Family Jewels, escucha cada disco y ve cada DVD de KISS. Ni si además revisa su página web (donde dice que está estudiando mandarín y que en el futuro lo hablará con fluidez, sin dudas) y compra hasta el último artículo de merchandising (“último”, en este caso, significa un ataúd kissero). Entonces, ante un personaje inabarcable como Gene Simmons, lo mejor es aprovechar los veinte minutos para sacarse algunas dudas, especialmente en los momentos en los que él abandona el casete y nos deja hurgar detrás del maquillaje.

–En una entrevista dijiste que cuando eras chico querías ser Dios. ¿En qué momento te sentiste más cerca de cumplir ese sueño?

–Cuando me monto sobre la iluminación, a 75 pies de altura, mientras canto God of Thunder y todo el mundo enloquece: en esos momentos me siento como Dios.

–El 25 de agosto vas a cumplir 60 años. ¿Cuáles son los planes para el festejo?

–Voy a coger (risas).

–O sea que el sexo es lo único que no puede faltar en la fiesta ideal de Gene Simmons.

–La fiesta ideal de Gene Simmons es conmigo y muchas chicas (en español).

–Tal vez 60 chicas el día de tu cumpleaños.

–¡Buena idea! Voy a tenerla en cuenta...

–En tu reality Family Jewels, tu mujer dijo que no sabía si te interesaba más el dinero o el sexo. ¿Y el rock?

–Lo primero que necesitás es dinero: eso es lo más importante. Incluso en la iglesia Dios te pide la limosna. Antes de que el padre empiece a hablar de Jesús, te ponen una bolsita enfrente y te piden que pongas dinero ahí dentro. Todo cuesta dinero: la comida, los medicamentos, la vida... Incluso las chicas cuestan dinero. Si le preguntás a una chica si te ama, seguro vas a preguntarle: “¿Cuánto me amás?”. No querés saber si te ama, querés saber cuánto te ama. Cuanto más tenés, más atractivo sos. Escribí un libro llamado Sex Money KISS (Sexo, dinero, KISS). Lo que el hombre quiere es sexo, pero para eso necesita dinero: para un departamento, una casa o una habitación de hotel, para invitar a la chica a cenar, lo que sea. Así que para el hombre es sexo, dinero, KISS. Pero las chicas quieren amor, entonces es dinero, KISS y amor. Mirá, si dos tipos están hablando y uno le dice al otro: “Compadre, tengo una mina para presentarte”, lo que responda su amigo será: “¿Qué tal está la mina?”. Pero si la misma conversación es entre dos chicas, va a ser hacer así: (aflauta la voz) “Tengo un tipo para presentarte”. “¿Sí? ¿A qué se dedica?”

–Por cómo va la venta de entradas, seguramente agotarán una vez más las localidades de River. ¿Todavía te sorprende el poder de KISS o es algo a lo que ya estás acostumbrado?

–No, no puedo acostumbrarme, es increíble. Es un honor y un privilegio que tenemos haber estado rockeando durante 35 años. Muy pocas bandas se las arreglaron para sobrevivir tanto tiempo: los Stones, los Who... U2 lleva 25 años, así que son muy pocas bandas en la historia las que llegaron a durar tanto. Nuestra filosofía es que tenemos que estar a la altura de nuestra propia leyenda. Los fans gastan mucho dinero para comprar la entrada y nuestro trabajo es ofrecerles el mejor show que hayan visto en sus vidas. Y para eso hay que tener orgullo, respeto por uno mismo y entender que los fans son los jefes: uno simplemente trabaja para ellos.

–¿Pensás en qué lugar ocupará KISS en la historia del rock?

–No sé, no me preocupa eso. A lo único a lo que le presto atención es a los fans, no a lo que piensa el resto del mundo. No es que a todos les gusta Jesucristo, tampoco, así que no podés preocuparte por gustarles a todos. Lo que sí sé es que cuando ves a los Stones, a Paul McCartney, a Nickelback o a cualquier banda, y hay fuegos artificiales sobre el escenario, vas a pensar: “Uh, igual que KISS”. Lo mismo si ponen un gran logo de la banda en el escenario o si montan todo un show teatral. Y la razón es que hace 35 años pensamos en el escenario como un lugar sagrado, la iglesia eléctrica, al que muy poca gente puede acceder. Nuestra responsabilidad cuando estamos ahí, por una cuestión de respeto y dignidad, es entregarle a la gente algo a la altura de lo que pagó. Porque cuando venís a un show de KISS también traés tus ojos, no sólo tus oídos. El 50 por ciento es para los oídos y el 50 por ciento para los ojos.

–¿O sea que sólo la mitad del fenómeno KISS tiene que ver con la música?

–Eso depende de cada fan. Lo que sí sé es que cuando fui a Guadalajara, México, a la entrega de los MTV Latinos, los premios que se llevaban los artistas eran mi lengua. Es por eso que tenemos una responsabilidad. Está muy bien ser los Ramones, los Sex Pistols, los Clash o la banda que sea, cada uno hace lo suyo. Nosotros tenemos una mirada más amplia: no es sólo cuestión de estar sobre el escenario, queremos estar en tu comida y en tu tarjeta de crédito, quiero que haya un planeta llamado KISS. Tenemos un apetito mucho mayor, no es sólo cuestión de música.

–Pero, después del ataúd KISS, ¿todavía hay alguna franquicia que les quede por inventar o ya las hicieron todas?

–Oh, no, hay muchas más... Este año vamos a sacar disfraces de KISS para niños, para que los chicos de 10 años puedan vestirse como nosotros, con las plataformas y el maquillaje. Y acabo de sacar el Gene Simmons Axe Controller, que se vende a través de mi página web: es como los controles para jugar al Rock Band o a Guitar Hero en la PlayStation o en la Wii, pero es más grande que las guitarras usuales que vienen para esos juegos. Se puede hacer cualquier cosa, es cuestión de imaginar.

–Pero debe ser difícil para vos encontrar nuevos desafíos: visto desde afuera, la sensación es que hiciste de todo.

–Todavía no. Quedan muchas cosas por hacer y hasta ahora me resulta muy divertido. Estamos por empezar el KISS Las Vegas Show en Tokio, vamos a hacer un dibujo animado de KISS... Podemos hacer de todo.

–Después de 35 años, ¿se mezclan en tu cabeza las imágenes de los shows o te acordás de cosas específicas de cada uno de ellos? Por ejemplo, de tus visitas a la Argentina.

–Lo que realmente recuerdo son las chicas. Tenemos videos de los shows y fotos... Cuando pasás algún tiempo con una o dos, te acordás de conversaciones, de comidas, de olores, de sabores. Y es por eso que yo saco fotos y atrás escribo los nombres de las chicas.

–Después de la gira sudamericana tenés que grabar la quinta temporada de tu reality, pero Paul (Stanley) y vos prometieron que este año finalmente habría un nuevo disco de estudio de KISS. ¿En qué quedó eso?

–Vamos a hacer un disco nuevo producido por Paul, porque yo no tengo la paciencia para meterme en un estudio y quedarme a vivir ahí durante seis meses. ¿Quién mejor que Paul para eso? La idea es hacer el disco rápido, como en la época de Destroyer, Rock And Roll Over y Love Gun. Pero para eso tenemos que estar preparados, así que ahora estamos trabajando en las canciones cuando tenemos tiempo. Quizás en marzo nos metamos en un estudio y grabemos dos o tres temas. La idea es trabajar así, de a poco, porque no podemos estar mucho tiempo en el estudio, tiene que ser rápido.

–Dijiste muchas veces que no iban a sacar material nuevo por la piratería online. ¿Se cansaron de esperar a que la industria discográfica encontrara una solución?

–La situación ha cambiado. Ahora podés comprar los discos de The Eagles y algunas otras bandas grandes en cadenas como Wal Mart o Best Buy. Ahora que vemos que es posible, vamos a sacar un disco nuevo. Si trabajás muy duramente y nadie paga por lo que hiciste porque directamente se lo roba, ¿por qué deberías trabajar?

–Ya que mencionás los “robos”, hay cierta controversia con la canción Outlaw Pete, de Bruce Springsteen, que se parece mucho a I was Made for Lovin’ you. ¿Escuchaste su tema?

–Por supuesto, es la misma melodía.

–¿Y van a hacer algo al respecto?

–No, Bruce necesita el dinero, vamos a dejarlo en paz (se ríe). Bruce es un buen tipo, quizá no la conocía, aunque es exactamente la misma melodía.

–Supongo que todo el mundo debe preguntarte esto, pero en todo caso insisto: ¿creés que será posible una gira más con la formación original de KISS?

–Bueno, todo es posible, pero Ace (Frehley) y Peter (Criss) han abusado de las drogas y el alcohol durante 30 años. Estar en KISS no es lo mismo que ser parte de los Stones, donde sólo necesitás tres chicas y una remera: para poder correr por el escenario en botas con plataforma tenés que ir al gimnasio todos los días. No sé si Peter y Ace puedan hacer eso...

–Más para Peter, que tiene que tocar la batería.

–Peter lleva treinta años siendo un borracho, así que lo dudo.

–¿Todavía te ves con ellos dos?

–¡No! Los invité a mi programa de televisión y ambos se negaron. Creo que ahora son más felices que cuando estaban en la banda, porque no tienen presión, pueden quedarse en casa, grabar demos en un estudio... No todo el mundo está hecho para las giras. En los tours, el único policía que tenés sos vos mismo, nadie más va a evitar que te drogues.

–¿Vos sí estás hecho para las giras?

–Yo estoy hecho para cualquier cosa que quiera hacer.

–Ahora Eric Singer y Tommy Thayer usan los maquillajes originales de Peter y Ace. ¿Imaginás un futuro en el que otro use tu traje para que la leyenda de KISS continúe?

–Sí.

–¿No sería demasiado extraño?

–Para nada. Tal vez sí para los viejos fans, pero no para los nuevos. Cuando vas a ver a los Stones y toca Ron Wood, vos no preguntás: “¿Quién es ese tipo?”. Pero cuando yo era más chico en los Stones tocaba Brian Jones y después Mick Taylor.

–Bueno, pero no hay otro Keith Richards, como no puede haber otro Gene Simmons. Vamos, sos irremplazable en KISS...

–Oh, te sorprenderías tanto... Nosotros llevamos de gira por primera vez a AC/DC: se les murió el cantante y consiguieron otro, y más tarde cambiaron al baterista. Yo descubrí a Van Halen: se fue el cantante y pusieron otro, se fue el bajista y consiguieron otro. No hay reglas, todo el mundo puede ser reemplazado.

–Pero KISS sin Paul y vos sería como una banda tributo.

–Para vos, que conocés a los originales. Los nuevos fans sólo juzgarían por lo que ven.

–A propósito, ¿qué te parecen las bandas tributo a KISS? En la Argentina hay varias.

–Son fantásticas. Existen porque nosotros las dejamos, ya que somos los dueños de nuestra imagen, logos y demás. Pero lo sentimos como un gran honor y les seguimos los pasos para ver en qué andan. Nos parece sencillamente genial.

CLINTON, BUSH Y OBAMA

Voto demoníaco

—¿Qué opinás de las primeras decisiones de Barack Obama como presidente de Estados Unidos?

—Lo primero que tengo que decir es que en Estados Unidos todo es posible. Imaginate que el padre de Obama vino de Kenia, Africa: vivimos en un mundo racista, pero en Estados Unidos podés ser presidente. El mundo soporta muchos problemas, así que Obama tendrá mucho trabajo. ¿Si espero que le vaya bien? Claro, pero no podrá hacerlo solo, todos vamos a tener que ayudar.

—¿Votaste por él?

—Sí.

—Antes habías votado por Bill Clinton y George W. Bush, siempre la pegás con los que ganan. ¿Sentiste que era necesario un cambio?

—Mirá, la vida es así... Si vas a meterte de noche en una favela y tenés la posibilidad de llevarte un perro, ¿vas a elegir un chihuahua o un perro grandote, amenazador y violento? El chihuahua está bien para cuando vas a visitar a tu madre, pero no para meterte en la favela. Por eso, para tiempos de guerra, George W. Bush; para los de paz, Clinton u Obama.

—¿O sea que se vienen años de paz?

—Sí.

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