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Jueves, 26 de febrero de 2009

GOOGLE, ELECTRONIC ARTS Y MYSPACE, TRAS LOS JOVENES ARGENTINOS

Chabones 2.0

Google y MySpace se instalaron en la Argentina para operar hacia toda América latina y un poco más también. Electronic Arts lleva beta testers a La Plata para probar sus jueguitos. El NO se mete en la cocina local de estas empresas globales en las que los jóvenes son insumos, targets y objetos de estudio y se pregunta si el trabajo puede ser el remedio contra el aburrimiento.

 Por Federico Lisica

GOOGLE

Superlógico

Si uno googlea “Dr House” y “Perón” juntos, asomará un post perdido en un blog sobre series de TV. Ok, en la web, Google ofrece conexiones tan llamativas como certeras, pero en su espacio físico las ligazones también están determinadas por obra de alguien. La foto del líder de sonrisa campechana combate en un mismo escritorio con el gesto taciturno del médico de ficción. Casi no hay un metro en el piso que la base local ocupa en Puerto Madero sin este tipo de imágenes pop modernas. Los muñecos de peluche cuelgan de cintas azules, rojas, amarillas y verdes; cada laptop tiene su conexión a una pantalla más amplia, y cada uno de los que está frente a ellas puede juguetear con algún almohadón o pelotas enormes. Un paneo de 360 grados por el lugar le dará la razón a Daniel Helft, Senior Product Manager de Google Argentina, acerca de la búsqueda de entornos amigables para laburar: playrooms con mesa de ping pong y playstation, comida hecha por una nutricionista, dispensers de golosinas y hasta un sillón masajeador que haría babear a Homero Simpson. “Visité otras oficinas de Google en el mundo, y ésta no tiene nada que envidiarle a ninguna. Igualmente es sólo la carcasa de algo mayor”, dice cual empleado de inmobiliaria en medio de la recorrida.

La sala Miguelito es la elegida entre otras (Clemente, Hijitus) para charlar sobre el arribo de este emporio tecnológico y de información con ánima rockanrolera (según la acepción hecha por uno de sus jerarcas locales y que Helft traduce como “ir para adelante”). El estreno oficial se produjo hace unos meses, el real data de más atrás. “Esta es la oficina más importante para todo el mercado hispanoparlante, y la elección se dio por la disponibilidad y capacitación. La performance fue la esperada. No hubo necesidad de redirigir el barco pese a que el contexto es más duro. Tal vez sea una isla, pero acá la crisis no llegó a la orilla. En sí, Google es una empresa muy joven y el espíritu es siempre el de crecer”, explica Helft.

Más de un centenar de personas, en su mayoría de la categoría sub-30, pasan sus horas en la ribera de la ciudad. Atención: además del desempeño académico se buscan “entusiasmo, iniciativa, poder gozar con la libertad de alcanzar objetivos y no fichar tarjeta”. “Y no todo el mundo está preparado para esto. Dentro de esta cultura hay un sentido interno y cercanía muy fuerte, se apunta a colaborar en equipo antes que a la hipercompetitividad.” Cerca del 70 por ciento de los empleados son universitarios de la misma nacionalidad que las fotocopiadoras (bautizadas Fangio, Los Pumas, Batistuta y Maradona). Pero ojo, en la oficina dedicada al mercado mexicano cuelga un colorido poster de Los Tigres del Norte. Los unos y los otros tiene el principal objetivo de fomentar la difusión de los servicios online comercializándolos con publicidad, además de la mirilla atenta a lo relacionado con el mapeo (el peso de las búsquedas por el “dónde”).

Otras cosas no cambian. Dentro del zeitgeist argento aparecen rankeados bien alto Boca, River, dólar, Facebook, juegos y YouTube. Claro que esta guía de búsquedas anual “no incluye pornografía porque siempre está arriba de todo”, dice Helft entre carcajadas. Algo del hábito en lo aleatorio iza bandera en Google: metas a cumplir con sudor, ocio y creatividad canalizable (por eso los empleados disponen del 20 por ciento del tiempo para desarrollar sus propias ideas). Lo sintetiza Helft: “Esta es una compañía que produce software, cosas divertidas, y también útiles, que generan desarrollo económico. Sí, los nerds cambiaron, pero hay nerds... Es lo lógico”.

¿Y SI ATAHUALPA SUENA EN ROCK BAND?

De quién son las vaquitas

Tres empresas globales presentes acá (MySpace dentro de las redes sociales, Google en información y EA en software dedicado al entretenimiento), distintas pero liadas dentro de una misma sinfonía 2.0. La canción (informática) no sigue siendo la misma y da para entusiasmarse. Los que tocan y diseñan sus composiciones, y les pagan por ello, son parte de una camada antes invisible; el google map se orienta hacia este rincón que brota como “caos creativo”. Pero el pentagrama tiene sus cosas. La reciente gaffe de Facebook explicita que las herramientas de democratización digitales (y que estas empresas encarnan) tienen su dueño . Los contenidos y las privacidades son, entonces, materia de discusión de las que se saca provecho. Eso allá afuera. Adentro también se gana al moldear un nuevo ABC del trabajo. En el futuro cercano, El arriero en versión de Divididos podría escucharse en Rock Band. ¿Qué botón habrá que tocar cuando suene eso de “las vaquitas son ajenas”?

ELECTRONIC ARTS

Joysticks en el currículum

El cartel delante de la pantalla lo solicita entre signos de exclamación: “¡Apagá la play después de usarla!”. Ahora está prendida. Los autos vuelan bajito por la autopista, y el juego Burnout cumple su función al máximo: que a nadie se le queme la cabeza. Para varios de sus empleados es el momento de descansar en el “Chill Out” que Globant dispone en sus oficinas en La Plata (además de un golfito, las infaltables mesas de pool y ping pong... la batería está en Capital). Esta es la compañía argentina que eligió Electronic Arts para desarrollar y testear (y a futuro cranear) los videojuegos más utilizados en todo el mundo. Algunos pisos más arriba, alrededor de 170 personas están apretando botoncitos a lo pavote, aunque en su caso no es como relax sino como trabajo. “Esperamos llegar a 400 empleados, por lo que vamos a ser el centro de game testing más grande de América latina. La idea es seguir expandiéndonos el año que viene, así nos convertiríamos en el segundo centro mundial de testeo”, asegura sin mosquearse Lisandro Dorfman, Project Manager a cargo de esta operación.

Electronic Arts (EA) nació en 1982, pero a mediados de los ‘90 se colocó a la cabeza en desarrollo, edición y distribución de juegos para computadoras, consolas, Internet y otros sistemas. Sobre todo desde que “FIFA” dejó de ser el blanco predilecto de la metralleta de frases de Maradona para convertirse en el hobby predilecto de sus dirigidos (entre otros varios miles). Para ayudarla está Globant, una compañía multinacional de raíz argenta (aunque con prosapia de campus) especializada en software, que sigue al pie de la letra estos ensayos laborales en la que el yoga comparte la grilla con horarios flexibles. Desde hace más de un año trabajan en “partes” de videojuegos muy populares de EA. La informalidad acaba al preguntar sobre los juegos testeados (¿El Padrino, Sims, Rock Band?), los formatos y metodologías. Los contratos de confidencialidad vuelven imposible develar una mínima parte de lo trabajado, como si las puertas y vidrios polarizados separaran más que a los beta testers del afuera. Se puede saber que en horario laboral, y con sus rutinas, se examina si el yeite para un bonus es alcanzable o si tal piña es creíble. “Cualquiera se muere por probar una Ferrari, pero el que lo hace, más que disfrutar con la melena al viento, va con un check list. Se sigue un protocolo tan riguroso que se pierde lo que es jugar... Parece divertido, pero es cansador”, asegura Dorfman. “Los chicos argentinos prueban una variedad de juegos importante. En EA valoran que no tengamos barreras culturales en sexo, violencia, idiosincrasia religiosa o política. Esa es una diferencia”, afirman en Globant.

Los encargados del testeo tienen entre 18 y 33 años, aunque uno esté orillando los 40. “El 90 por ciento son universitarios o estudiantes a punto de recibirse. Hay abogados, ingenieros, antropólogos, médicos, licenciados en administración de empresa y diseño multimediático, así que es bastante heterogéneo”, dice Dorfman. La mayoría se enteró del “proceso de reclutamiento” a través de blogs y foros como Palermovalley.com o el propio Facebook de la compañía. “Hoy pueden estar haciendo testeo, pero después pueden crecer, viajar y encarar sus propios proyectos”, dicen. Ahora el salón está lleno de futuros globers que ya cruzaron el portal con el positivo lema de la compañía: “We are ready” (“Estamos listos”). Todos escuchan en absoluto silencio las reglas del juego, tanto un metalero con chiva medieval como una discípula de Sally de El extraño mundo de Jack. El juego es insertarse en el mercado laboral, a veces algo tan o más sangriento que el Grand Theft Auto.

MYSPACE

Mío, tuyo, suyo

Alrededor de treinta computadoras apiladas forman una pirámide singular. Están justo por detrás de un cartel azul con el icono de la mayor red social del mundo, empequeñecido ante este Pantagruel de chips, cables y metal. Las PCs están ahí aguardando ser reparadas. La imagen no difiere mucho de la de cualquier empresa. Hasta que dos veinteañeros pasan cerca, las miran y saludan a su alrededor. Lucen un amor propio, ostentan un ritmo y look tan ajustado y colorido, como si los Justice estuvieran recreando el tremendo clip de Dance. Bienvenidos a las oficinas de MySpace en Palermo. En el primer piso vuelve la normalidad ascética de los boxes, aunque estén bastante tuneados. Las computadoras y el ruido de teléfonos se mezcla con carteles de shows de The Cure y Babasónicos en “un ambiente donde todos quieren sumar”, dirá Martín Kogan, Commercial & BizDev Director. “Hay gente de distintas disciplinas, del campo audiovisual, publicidad, del palo de la música, diseñadores, programadores, abogados. Es una mezcla bien ecléctica”, cuenta.

En poco más de un lustro, la creación de Tom Anderson (aunque su dueño sea el magnate mediático Rupert Murdoch) se tornó el espacio predilecto de cientos de millones de usuarios en todo el globo (“la mayoría de ellos tienen entre 15 y 30 años”, puntualiza Kogan) para relacionarse a partir de sus gustos, un pilar fundante de la web 2.0. Desde su llegada física a la Argentina en junio de 2008, MySpace se dispuso a trabajar para toda la región con un berenjenal de empleados (el promedio es de 25 años), se usan términos como features o start-up, y se emprenden acciones con un objetivo primordial: facturar a partir de banners, espacios de marcas y eventos esponsoreados, entre otras novedosas (y no tanto) formas de comunicación.

¿Por qué la Argentina como base regional? “Principalmente por el talento, el buen nivel de inglés y conocimiento del mundo online, y porque Buenos Aires es un centro muy importante del entretenimiento para América latina”, explica Kogan.

Aunque la herramienta sea la misma en todo el globo, la local despunta, según los datos de la usina, por el gran contenido creado por los propios usuarios, especialmente, con su caballito de batalla: la música. Así fue como a los “Secrets Shows” (Babasónicos el año pasado, uno a realizarse en marzo), se le sumó recientemente MySpace.com/musicos, un canal e instrumento de refuerzo creativo lleno de llaves y claves para “triunfar”. Algo avala el ojo puesto ahí. Se registran más de 100 artistas por día, por lo que se convierte en el país con más músicos inscriptos a nivel mundial en relación con la cantidad de usuarios (hay más de 45 mil perfiles entre grupos, solistas y DJs). “Este dato es muy fuerte. Y hay de todo tipo, pero principalmente pop, rock y electrónica”, detalla Kogan. A la falta de un caso de despunte hipermasivo (como los de Arctic Monkeys o Lily Allen), Alika, Onda Vaga, Fuerte Apache, Simon, Jess, Loli Molina, LeMikrokosmos y, en especial, Banda de Turistas comulgan, según Kogan, en la “Generación MySpace”. “Son artistas que están despegando, porque la oportunidad está para todos los que la quieran aprovechar. Es un producto 2.0 que invita a todo el mundo.”

Eso provoca una sensación de intimidad e inmediatez. Lo sabe Emmanuel Horvilleur, que escribe “a veces soy yo, a veces no” cuando le preguntan online si es él quien contesta los mensajes que le mandan. Algo parecido le pasó a Tom Anderson, a quien los usuarios invitaron a fiestas de graduación. “No ven a MySpace como algo gigante y creen que puedo sentarme a hablar con cada persona”, señaló su creador. Esa abstracción acaso sea el ADN de este cuerpo viviente, ideal para el laboratorio de tendencias juveniles. Focus groups, estudios, visitas de usuarios: nada queda librado al azar para entender al target y sus derivados. “Pese a que el mundo en el último tiempo haya cambiado bastante, en particular en publicidad, de nuestro lado seguimos creciendo, cumpliendo las metas, y aunque vemos cautela, todo el mundo quiere saber de qué se trata esto de las redes sociales”, asegura Kogan.

Luego del uso de las plataformas digitales en la campaña de Barack Obama, el marketing político argento muestra interés en lo que observa como un nuevo aliado para llegar al sector joven. Un ejemplo de acá: “El gobierno de la Ciudad se está acercando a nosotros y nos está incluyendo para la planificación de campañas específicas. En 2009 vamos a ver bastantes actividades desarrolladas desde las redes sociales”. ¿Y cómo se prepara MySpace ante la vorágine de plataformas que surgen día a día? “Desde mitad del año pasado cambió bastante. Es la red social más cool porque está ligada al arte y a la cultura pop. Es gente conectándose con sus pasiones. Y estamos desarrollando aplicaciones para hacer más fácil la personalización, desde la creación de eventos, a tageo de fotos, compatibilidad a partir de películas, o dating. En fin, damos herramientas para que cada uno exprese su singularidad. Por algo se llama MySpace y no YourSpace.”

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