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Jueves, 20 de agosto de 2009

FALOPA, ORQUESTA LA VIDú, GUARDIA HEREJE Y ORQUESTA MISTERIOSA, EN EL KONEX

Tango garage

Dos estéticas mixturadas funden mitos, próceres, lenguajes y falopa.

 Por Mario Yannoulas

Casi nada nos sorprende. Desde que algún ingeniero en alimentos inventó los quesos con sabor a jamón, todo se puede mezclar con todo. Por ejemplo, el “tango garage”. De una arista constitutiva de la génesis nacional, con sus próceres, sus mitos, sus falopas y su lenguaje, a una cultura extrapolada, transnacionalizada, entre momificada y vanguardista, y con sus falopas, como la garage. ¿Qué tendrán en común estas dos características, además de sustancias condenadas? En principio, un grupo de jóvenes que crecieron siendo rockeros y encontraron en el tango una forma de hablar, luego de años de vacío sub-25 en el dos por cuatro. No se trata de tango for export sino de composiciones genuinas y, lo que no es menos, temas nuevos. Desde ayer, en el marco de un Festival de Tango, se desarrolla en el Konex un encuentro de Tango Garage que combina conciertos de orquestas y agrupaciones de una escena emergente y no tanto, con exhibiciones de baile y ring-sides tangueros. La categoría es una excusa para poner sobre la misma parrilla a los miembros de una generación que abordaron el estilo desde otro lugar (incorporando DJs, por ejemplo), aunque sin intentar lastimar sus estribos más ortodoxos.

Tampoco son gangas comerciales que mezclan tango y música posmoderna para terminar siendo cortina de C5N sino canciones propias y versiones llamativas, pero criollas. “Yo no me cago en el tango; me gusta, y quisiera tocarlo cada vez mejor. Por suerte inventaron esta categoría para poder meternos a todos los que somos parte de esta oleada de tangos de autor. No hablamos del farolito o del macho, pero respetamos al que lo hace”, concede Carlos Senin, guitarrista de los acidísimos Hermanos Butaca, un cuarteto que replica la capacidad de Capusotto de erigir algo hilarante entre la pose rockera, el género y Eva Perón: “En las canciones hay sexo, muerte, pero la idea es reírnos de todo. Si la canción Evita la escucha un peronista, se pone a llorar; si la escucha un antiperonista, piensa que no está mal, y otro pensará que es una burla. Nosotros no somos ni una cosa ni la otra, hacemos un humor triste, que no hace reír. Solemos contar historias miserables, la música es en serio, y las letras no, las escuchás por primera vez y pensás ‘Es un chiste’, la segunda pasás a un ‘No tanto’, y la tercera decís ‘Es un bajón’”.

Ahora están grabando su segundo disco con participaciones de Palo Pandolfo, Pipo Cipolatti y Mavi Díaz. Pero no todos abordan la realidad desde el humor. “Nuestras letras ya no son las de ‘Estoy enamorado, te espero con una rosa en el ojal’. Nosotros queremos decir ‘Dejen de robar, caras de piedra’, no queremos más los chicos en la calle fumando paco, porque acá, en Florencio Varela, en la esquina de mi casa, se la están poniendo. La gente está mal, nos miramos mal, no es como en el ‘40. A veces pienso me gustaría estar en esa época y poder vivir de otra manera”, dice con voz de sonrisa Horacio Bartolomei, director de la orquesta típica La Vidú, una empresa que suma quince músicos en escena con un rango de edad de entre los 17 y los 35 años.

¿Y el componente garage? Bueno, no tanto por lo desprolijo sino por la desfachatez, la juventud y ese toque under que siempre da el garage. Muchos de los músicos a presentarse hoy y los siguientes días son de extracto rockero y se cruzaron de vereda por alguna causa. Incluso algunos grupos hacen covers rockeros, como Orquesta Misteriosa, que se destaca con la spinettiana Seguir viviendo sin tu amor, Altertango, que se juega con una de Los condenaditos (Los Fabulosos Cadillacs) y aporta toques de ¡trip hop!, y la propia La Vidú, concesionaria de una sentida versión del ricotero Blues de la artillería. Mientras, Horacio de La Vidú recuerda que se acercó gracias a su padre —un día le mostró entradas para ver la presentación de Don Lucero, de Spinetta, y otras para ver a Pugliese y su orquesta—, su amistad con Tavo Kupinsky de Los Piojos, con quien se juntaba a practicar tangos, y cómo se reía viendo Grandes valores del tango, valores a los que años después les debió un respeto gigante. Y arriesga: “El tango no murió y tiene que volver, es algo natural”.

* El ciclo Tango Garage continúa hoy con Los Hermanos Butaca y Orquesta Hojarasco, entre otros, y miércoles y jueves siguientes con presentaciones como Falopa, Orquesta La Vidú, Guardia Hereje y Orquesta Misteriosa, en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131, desde las 21.

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