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Jueves, 6 de mayo de 2010

BOMBA ESTéREO A PUNTO DE EXPLOTAR

“Los DJs se unieron y tomaron el poder”

Sonidos autóctonos colombianos remasterizados por la música electrónica alcanzan su esplendor en esta banda amiga de Calle 13, anche su cantante Liliana Saumet suele ser comparada con M.I.A. o la Mala Rodríguez. ¿Será?

 Por Yumber Vera Rojas

Mucho tiempo antes de que el holandés Dick el Demasiado irrigara la noche porteña con su cumbia lunática, el inglés Richard Blair había impulsado el mismo fenómeno, pero en Colombia. Blair arribó por primera vez a Colombia en 1993 para colaborar con la folklorista Totó la Momposina. Ambos se conocieron en los estudios Real World, de Peter Gabriel, donde él se rompía la cabeza como ingeniero de grabación y mezcla. Si bien su idea inicial era estar un mes allí, finalmente se quedó tres años en los que se adentró en ese vasto crisol rítmico. Luego de recopilar todo ese ADN, el también productor originario de Birmingham (en los ‘80 trabajó para Brian Eno, Daniel Lanois y Sinead O’Connor) eligió su tajo más cadencioso para hibridarlo con la electrónica. De esta manera, en 1996 y con la complicidad del prolífico cantautor Iván Benavides, concibió Sidestepper: laboratorio sonoro que sentó la piedra fundacional de una escena que hoy vive su esplendor a partir de una lectura moderna de la música popular y que tiene en Bomba Estéreo a su cabeza de serie.

La dupla originada en Bogotá visitará por primera vez Buenos Aires para presentar Estalla, su segundo disco, editado recientemente acá, y para demostrar por qué es el artista colombiano que en la actualidad desata pasiones a donde quiera que vaya. “En la Argentina hay mucha expectativa acerca del grupo y de la música que hacemos, así que estamos muy emocionados con los conciertos que daremos allá. En nuestra base de datos es el cuarto país con más fans, y eso que nunca tocamos ahí”, apunta vía telefónica Liliana Saumet, cantante del ensamble que colidera con el bajista y productor Simón Mejía y que fue considerada una gran revelación del Latin Alternative Music Conference de 2009, multitudinario encuentro de la industria musical latina que se celebra anualmente en Nueva York, aunque el premio a “mejor banda” se lo llevara Banda de Turistas.

“Al principio la reacción del público nos sorprendió, porque con el proyecto no esperábamos nada. Pero ahora estamos felices, tratando de trabajar lo más fuerte posible, con la mayor responsabilidad y profesionalismo para que esto no sea una cuestión de modas sino para que tenga un sentido musical y trascienda las expectativas de la gente. Nos esmeramos por ofrecer un mejor show visual y musical, algo que no habría sucedido si sólo nos hubiéramos conformado con actuar nada más en Colombia.”

–Más que una movida electrónica con arraigo mestizo, pareciera que lo que se está produciendo en tu país es una modernización del lenguaje de la música popular. ¿Qué es lo que está pasando?

–Para nosotros es así, pero para un anglosajón puede que sea diferente. En Colombia hay un nuevo lenguaje de la cumbia, y está todo como mezclado en este momento.

–Junto con Sistema Solar o Humberto Pernett, se convirtieron en un referente de esta escena. ¿Cuándo surgió en ustedes la necesidad de redimir el vasto heraldo sonoro colombiano?

–Esto viene dándose desde que Carlos Vives empezó a fusionar el rock con el folklore. Influido por Nortec, Simón comenzó a interesarse en la mezcla. Primero lo hizo con la salsa, y luego le gustó cómo quedaba el bit electrónico con la cumbia, pues tienen un compás muy parecido. Y en lo que a mí respecta, lo llevo en mi cultura porque soy de Santa Marta, y el folklore es la música que escuché toda la vida. Es algo que quedó muy afincado, y simplemente comenzó a salir.

–A pesar del hincapié que hacen en la cumbia, sus canciones también involucran otros ritmos locales como la candencia, entre ellos champeta, que fue redescubierta en la segunda mitad de los ‘90 y se tornó en un paradigma importante para tu generación. ¿Cómo penetró en la juventud que vive en la urbe?

–La champeta es la versión colombiana del sound system jamaiquino, aunque para otros es un hip-hop con sello caribeño. De un momento a otro se produjo un furor por ella, y esto tuvo repercusión en otros países. El General llegó a coquetearle, y muchos otros grupos se pusieron de moda. La champeta es muy de barrio y muy costeño. Es un género de la calle, festivo y divertido. Tomamos un poco de esos elementos y lo adherimos a nuestra música.

–¿Creés que la propuesta de Bomba Estéreo se corresponde con el momento social, político y cultural que atraviesa Colombia hoy en día?

–En la música están sucediendo cosas. Los DJs se unieron y tomaron el poder, no se lo dieron a las emisoras. Empezaron a poner otro tipo de estilos, y funcionó. Por eso la gente nos sigue. Y lo mismo pasa en la política. Los jóvenes se están acercando para tratar de elegir a un nuevo presidente. Creo que vivimos un momento importante porque la juventud quiere tomar el poder.

–Existe la sensación de que tus compatriotas están esperando a otro grupo que cause el revuelo que ocasionó Aterciopelados en los ‘90. ¿Se sienten voceros de su progenie?

–Lo que pasó con Aterciopelados fue algo muy importante que no volvió a suceder. Lo que está de moda es el folklore, la cumbia, la fusión. Los grupos que practicamos esto somos voceros debido a que estamos llevando la música colombiana, y no te hablo del rock sino de la música autóctona, a sitios inhóspitos.

Al tiempo que se revela la noticia de que el conjunto británico de dance punk y electro pop Hot Chip presentó en la BBC de Londres una versión del She Wolf (con aullido incluido) de Shakira, Simón Mejía aterrizaba en la capital inglesa para ultimar los detalles de lo que será el tercer álbum de Bomba Estéreo, que estará en la calle a comienzos de 2011 y ahondará en el “electro vacilón”. Creado en 2005 por el productor y bajista, tras transitar por el proyecto AM 770 (que intervino en Colombeat, compilado de 2003 que exteriorizó una fantástica y lozana asonada electrónica colombiana), el mismo año de su constitución publicó el debut: Volumen 1. “El proyecto era sólo de Simón, y más orientado a lo electrónico. En ese período me invitó a cantar el tema Huepajé, y desde entonces decidimos trabajar juntos”, explica Liliana. “Después registramos Estalla, que es más de los dos y en el que compongo las letras.” De entre los nombres con los que alternó en vivo a lo largo de su corta trayectoria, Calle 13 es quizá con el que mantiene una entrañable confraternidad y con el que saltaron a la luz las afinidades por esa exorbitante conjunción de electrónica, hip-hop, reggae, pop y sonidos urbanos y autóctonos. “Son amigos nuestros. Pese a que René y yo rapeamos, mis letras no son tan fuertes.”

–A cada lugar que vas te comparan con alguna cantante de la zona. ¿No te pone incómoda?

–Los adjetivos son normales. Como a veces la gente no comprende lo que hacemos, crean un símil con algún artista de ese país. Es simplemente un nombre porque no tienen referentes. A mí me han comparado con M.I.A. o con Mala Rodríguez.

–A través de los títulos de sus temas, o de su contenido lírico implícito, establecen una interesante dialéctica entre la acción y el efecto. ¿No temen que esto pueda causar tergiversaciones en el discurso?

–Las letras de Bomba Estéreo tratan de cosas muy simples como el amor, el sexo, lo que pienso, y lo que me encanta y no. Hay un tema que critica a las niñas que se operan, otro en el que digo que no me gusta el presidente. Estalla fue mi primera oportunidad para escribir canciones. Así que es una presentación mía y de lo que soy. Que piensen lo que quieran, no todo debe ser lindo y bueno.

* Bomba Estéreo toca el 8 de mayo en Underground (Mendoza), el 9 en Casa Babylon (Córdoba) y el 15 en Niceto Club (Buenos Aires).

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