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Jueves, 9 de septiembre de 2010

TARJA TURUNEN NO ES NINGUNA PECHO FRIO

“FUE TAN PERO TAN TRISTE QUE ARGENTINA QUEDARA FUERA DEL MUNDIAL”

La cantante de Helsinski –emblema nórdico por excelencia– presenta What Lies Beneath, un disco que cierra una etapa de arduo trabajo y desdice aquello que le dijo al NO en 2002, que no se veía “cantando metal a los 40”. “Ahora estoy más segura que nunca”, se desdice.

 Por Luis Paz

Acaba de pasar el saludo con Tarja (se pronuncia Taria) Turunen y se levanta rauda del sillón que la cobija en una oficina del decimotercer piso de un edificio en Belgrano. Sin mirar al cronista, se aleja hacia la otra esquina de la habitación. ¿Será que el desodorante falló esta tarde calurosa que anuncia primavera? No, ¡qué va! La ex cantante de Nightwish se aleja para llegar al frigobar en el que la vista no había reparado. “¿Querés un agua?”, pregunta en perfecto español, clavándote esos ojazos. Y uno no puede más que balbucear algo tipo “mmm, bueno, sí, claro, ¿por qué no?”. De gótica y críptica sólo tiene el vestido. Tarja (se pronuncia Taria) es una dulzura en tacos altos, divertida, amable y cálida, y encima está en un buen día. “Hoy estoy feliz”, le cuenta al NO el lunes, “porque le ganamos a Boca”. La finlandesa usa el nosotros al hablar de San Lorenzo, el club del que es hincha. Y si bien no se le anima a un nosotros al hablar de la Selección Argentina y su performance en Sudáfrica, nos acompaña en sentimiento: “Fue tan pero tan triste que Argentina quedara fuera del Mundial. Me siento muy feliz por España, pero Argentina debía ganar. Vimos el partido contra Alemania en el aeropuerto de Helsinki y había cinco o seis tipos, unos alemanes gritándole de todo a Maradona cuando terminó el partido. Yo quería darme vuelta y pelearles, te juro, pero no habría estado bien”. Bueno, con España, el martes, tuvo revancha.

Tarja es finlandesa, está en pareja con un argentino hace años, sus días se reparten entre Helsinki, Buenos Aires y cualquier país donde le toque cantar, y es políglota. Pero además es una cantante de excelencia que este lunes pondrá en las bateas su nuevo disco solista What Lies Beneath, compuesto y producido por ella. Y que para marzo está organizando unas fechas en Buenos Aires (en el Gran Rex, al fin un espacio donde su música podrá suceder en óptimas condiciones de sonido), Rosario y su debut en Uruguay. Sobre su segunda placa solista, cuenta: “Es un disco muy amplio, creo que es la palabra que mejor lo define. Escribí todas las canciones, en un momento muy personal y de mucha inspiración. Además produje este álbum, entonces realmente lo siento como mi bebé y estoy muy orgullosa de él”, hace su balance temprano la artista que ya le ha comentado a este suple, en sus visitas con Nightwish, como solista o en las Noches Finlandesas, un ciclo que trajo a Buenos Aires artistas de su país en clave lírica, que desea pasar su retiro de la música en Miramar.

Unos días en la playa no le vendrían mal, porque viene de trabajar muy duro en What Lies Beneath. “Fueron dos años de trabajo en los que no hubo un día en que no pensara o hiciera algo para el disco, además de las giras (del anterior My Winter Storm) y realmente me liquidó hacer este disco”, revela. Sin embargo, no fue ningún peso sino algo más parecido a una misión, a una respuesta que cree que debe dar por su condición de artista y de voz que despierta interés por diversas razones: “Es importante que te tomes el tiempo de pensar en qué querés lograr y que pongas todo tu esfuerzo. Conceptualmente, este disco tiene temas sencillos y muy sensibles, en los que no digo muchas cosas sino que desarrollo mis ideas y mis canciones tranquila y progresivamente, aunque con un montón de trabajo encima. Fue un disco muy exigente y siento una liberación de saber que pronto estará en la calle”, revisa el proceso esta morocha pálida, de ojos penetrantes y voz multicolor.

Tarja ya lanzó un single de este disco, Falling Awake, en formato vinilo, aunque sólo para el mercado británico. Sin embargo, en su sitio oficial (Tarjaturunen.com), la soprano permite escuchar hasta un minuto y medio de cada canción del disco. En ese puente entre lo más nuevo y lo más romántico construye ella, que sabe que a merced de las tecnologías, “la Humanidad vive un momento muy extraño y veloz”. “Me acuerdo de la agonía de la espera por recibir la contestación de una carta y cómo eso ya parece algo prehistórico. ¡Las cartas! El e-mail y los teléfonos móviles han cambiado la relación de comunicación entre las personas, terminaron con el momento de la espera y eso ha hecho que muchos estén muy acelerados y excitados con esta vida. Pero creo que es importante hallar el tiempo para desarrollarte. Por eso elegí hacer las cosas como antes, como se construyen las cosas reales y no las virtuales. Eso lleva mucho tiempo para organizar las cosas, de verdad. Y es otra cosa que no te permite quedarte, ni repetirte.”

–Como el mundo, la Argentina también ha cambiado desde que la conociste hasta hoy. ¿Qué cambios ves aquí, en Buenos Aires?

–La situación es muy diferente a cuando vine en 2002, veo que todo está bastante más violento y la gente está como más paranoica. Lo que me cautivó siempre de Buenos Aires es esa mezcla de inmigrantes, de culturas. Es una ciudad hermosa donde, como ahora, tienes la chance de salir del edificio e ir a tirarte al sol en esa plaza, eso no lo tiene cualquier lugar. Pero también la calle está como rara, ¿no? Violenta.

–¿Y comparando con Finlandia?

–Mirá, estuvimos con mi pareja en Jujuy, en Salta, en Mendoza y en la costa, y algo que me sorprende es lo fuerte que es la figura de la madre para los argentinos. En Finlandia, los derechos de la mujer son muy respetados y se las cuida realmente, pero no tenemos esa cosa tan fuerte en torno a la madre, que acá es como una institución suprema, aunque las mujeres muchas veces están en situaciones injustas respecto de los hombres. En realidad, acá son muy familieros y eso es hermoso: juntarse los domingos a comer, para los cumpleaños. En Finlandia tenés suerte si toda tu familia se reúne para pasar la Navidad y gracias.

–En 2002, le comentaste al NO que no te veías cantando heavy metal a los 40. ¿Te acordás de eso?

–Uy, ¿yo dije que no? ¿De verdad? Uh, Dios mío, no falta mucho para los 40. ¡Cómo ha cambiado la vida! Dios, me acabás de poner nerviosa. Es interesante que haya dicho eso. ¿Fue en 2002, no? Bueno, hoy te puedo decir que me siento muy cómoda, se desvanecieron las fronteras entre los géneros y creo que la música es una sola búsqueda y ahí para mí ya no hay sólo heavy metal sino mis cantos líricos y otras cosas.

–Entonces, como se dice acá, “hay Tarja para rato”

–¡Definitivamente! Quiero seguir haciendo música por muchos años más y no sólo hasta los 40, pero bueno, lo dije en otro momento, estaba con Nightwish, era mi primera visita aquí. Ahora estoy más segura que nunca en mí misma como cantante. Así que... ¡seguiré!

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