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Jueves, 20 de enero de 2011

EL MINILIBRO ROCKERO DE FERNANDO DE LEONARDIS

Rápido y furioso

En Entre la tristeza y la nada..., el sociólogo y periodista retrata al rock del último cuarto de siglo en sólo 23 páginas. “Se dejaron de hacer discos con concepto”, analiza.

 Por Federico Lisica

Tan urgentes son sus palabras que ni usa mayúsculas, lo dice antes de que baje la temperatura de su sangre: “¿desde cuándo la mierda futbolera se había infiltrado en el rock? el deporte es enemigo del rock y amigo del fascismo. ya se veía esa cosa de cancha en los redonditos de ricota circa obras sanitarias y en los piojos. (yo estaba sorprendido, ya en aquel momento, cuando con mi grupo de rock compartí una fecha con los piojos en la facultad de ciencias sociales de la universidad de buenos aires: había fans con aspecto de hinchas)”. El sociólogo y periodista Fernando de Leonardis no hace gestos tribuneros en su nuevo libro. “Son textos de ficción con anclaje, microrrelatos, un género que se conecta con otros, hay prosa poética, cuentos. Usé mucho la diatriba en el sentido original del término, que era el discurso ético y moral que tenían los cínicos para polemizar y ofender a grupos y personas”, explica.

Las vivencias reales (“quiero provocar efectos de verdad y tomar la realidad para que sea ficción”) en el reducto under de finales de los ‘80 Mediomundo Varieté, taxis a la madrugada de un jueves, disquerías que venden cassettes y recitales violentos con embarazadas entre el público evocan, antes que recuerdos, axiomas de todo calibre. Todo en 23 pequeñas páginas que dejan al lector como un yonki con ganas de referencias, citas, y estáticas de un momento del rock antes de ser sacudido por Internet. Hay carajeadas contra un disco de Los Fabulosos Cadillacs, oprobios al Festival de la Solidaridad Latinoamericana (y a sus participantes), palos (Pandolfos) borrachos, apologías de Virus, emociones crudas al recibir un disco de Daniel Melero y más, mucho más en Entre la tristeza y la nada y otros incidentes e intervenciones textuales de ultraizquierda, título de la obra, que De Leonardis escogió lejos de un mero “elemento decorativo”.

Aunque sin nostalgia, el autor cree que varias cosas han cambiado para el rock: “Las bandas under que están mencionadas ahí tenían un circuito que ya no existe. El sistema piramidal no está más, las que quedaron en el tendero circulan por una tradición oral, no había sellos independientes. Con los avances tecnológicos todo cambió, y yo no dejo de ser crítico con algunos: es evidente que se dejaron de hacer discos con concepto”.

De una película de Godard a su amado William Faulkner, de la retórica trotstkista a las teorías barthesianas, de batallas perdidas en el papel a sectarismos de clase, son varias las fuentes de esta obra. “Son pocas, en realidad, que puse en relación. Y además elegí un título impactante para romper las pelotas”, explica sobre la obra publicada por Casi Incendio La Casa en formato pocket rabioso, de 7x9 centímetros, hecho con sobrantes de papel. “Fui militante de izquierda”, marca De Leonardis. Con precisión y humor cáustico, el sectarismo aparece en los textos. “‘Eso no es de izquierda’, podrán decirme, pero lo que tomo de la izquierda es la idea de ruptura, incluso de patrones estéticos”, apunta. Así, en pocos renglones, De Leonardis hila el krautrock de Neu! con el proletariado que honra su condición histórica. Y también está el consuelo poético de un pibe que se pone a escuchar un disco de Los Encargados y fascina mientras ve un afiche trotskista pegado al techo. “Es un puto libro, no va a cambiar el mundo, aunque hable de uno”, dice De Leonardis. Y recomienda leerlo escuchando “lo que en los ‘80 se llamaba dark, el post punk tipo new wave, Bauhaus, The Cure, The Birthday Party”. Dark... ese pesar existencial”.

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Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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