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Jueves, 3 de noviembre de 2011

SUICIDIOS JóVENES EN EL CICLO NECRODRAMAS

Angustia no, no

El de Ricky Espinosa y el del futbolista Mirko Saric son un par de los casos que el director Eloy González, poetas y actores eligieron para hacer un retrato en viñetas sobre las tendencias suicidas.

 Por Julia González

“Solo en la cama, mirando el techo / sin un amigo, con un Resero / pero por esto, no he de sufrir / con un vinito soy feliz”, cantaba Ricky Espinosa en Más feliz que la mierda, acaso un himno mordaz de su paso por esta vida, que se le apagó cuando saltó por un balcón después de grabar con Flema 5 de copas y tomar alcohol fino con jugo de naranja. Justamente con este suicidio empieza este viernes 4 la entrega 2011 del ciclo Necrodramas, que presenta una viñeta suicida por viernes: sigue con el de Alejandro Peralta Lugones, hijo de Pirí Lugones; el de la mucama María Tatiana del Valle; y el del futbolista de San Lorenzo, Mirko Saric, quien se ahorcara a los 21 años. En simultáneo, el 6 de diciembre estará el necrodrama dedicado a los escritores Alejandra Pizarnik y Andrés Caicedo.

Eloy González, director general del ciclo, comenzó hace cuatro años con esta puesta en analogía con el teatro, pero que no es teatro sino viñetas, “necrodramas” que hablan con total naturalidad de la muerte. “La idea es, dentro de cada suicida, tratar de encontrarle la esencia a la persona y tratar de entender un poco lo que pasó y lo que quiso expresar con esa muerte”, cuenta. Los suicidios llegaron a la cabeza del director a través de una pregunta que nunca contestaremos, a no ser que estemos dispuestos a saltar al vacío. ¿Qué le pasa a una persona cuando toma la decisión de suicidarse? “Quizás es también preguntarse si, en el momento de hacerlo, ya estás pasando al otro plano o en qué plano estás. Quizá la gente no quiera hablar del suicidio, pero me parece bueno hablarlo y ver, a través de estas personas que deciden suicidarse, qué dice el espíritu: quiere pasar de plano, explotar en el cuerpo. No me parece mal, ni bien.”

A través de las obras se puede vislumbrar el dolor de Ricky Espinosa, Kurt Cobain, Pizarnik u otros amados suicidas del rock. La pregunta es si el suicidio se puede evitar, obligando al que se inmola a seguir en este plano material. Si es un tema psicológico, espiritual o místico. Miles de preguntas rondan alrededor de algo tan inexplicable como el sentido de la existencia, un concepto tan oscuro y misterioso que hasta inauguró una ciencia que estudia los problemas fundamentales: la filosofía. Hablar de vida es principalmente hablar de muerte. “En el caso de Ricky, no es que fuera un punky reventado sino más bien un existencialista, aunque tampoco como (Michel) Foucault, que terminó desvariando y rompiendo todo. Yo creo que lo más importante en Ricky es el tema de la angustia corpórea, esa de todo el tiempo tener la sensación de no ser querido ni pretendido por nadie, de tirarse en la cama a mirar el techo y hacer apología de eso todo el tiempo. No es sólo un punk rockero sino un tipo bastante sensible que tiene conciencia de su estado, pero que no puede salir y está centrado en una angustia que es espiritual”, habla en tiempo presente Julián Quiroga, poeta y actor encargado de llevar adelante la viñeta del líder de Flema.

Quiroga dice que se obsesionó con Ricky porque se siente identificado con él y que el hecho de tirarse por la ventana responde a cierto impulso del hipotálamo. Y que si Espinosa hubiera tenido la contención necesaria para frenar esa ansiedad, tal vez habría podido acceder a otra forma de vida “sin sentirse una basura, porque se sentía y vivía como una basura”. ¿Cómo llevará a cabo el actor semejante tarea? “Yo voy a pensar que estoy en el balcón, como Evita, y voy a hablar como si me estuvieran escuchando 6 millones de personas. El 4 de noviembre, Ricky Espinosa va a ser mi vida y todos los demás serán enemigos de un pobre ser humano que falleció de manera trágica y al que nadie le dio la mano. Ricky era un niño de 35 años que pateaba, eructaba, pegaba, era violento, pero al fin y al cabo era un niño. ¿Puede morir un niño? Explicame, ¿te gusta que mueran los niños? No está bueno que muera un niño. Lo voy a encarar con la mayor seriedad. Y al primero que diga ‘Eh, loco, aguante Ricky’, va a ser: ‘Guacho, callate, porque estamos en una ceremonia’.”

* Necrodramas 2011 comienza el viernes 4 de noviembre con la viñeta del necrodrama sobre Ricky Espinosa en La Casa de la Lectura, Lavalleja 924. A las 20.30. Todo el programa del ciclo en ProyectoNecrodrama.blogspot.com

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Imagen: Cecilia Salas
 
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