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Jueves, 29 de diciembre de 2011

INTERNET

Naves navegando

 Por Mariano Blejman

Ni el más iluminado de los creadores de Internet pensó alguna vez que la red podría adoptar el tamaño y la penetración cultural, social, histórica, política y económica que tiene en la actualidad. Nadie siquiera imaginó que la cantidad de direcciones para Internet pensada inicialmente se podían acabar: eran 4300 millones. Y se acabaron. La creación de Vint Cerf y Bob Kahn fue pensada para ejércitos y universidades, y actualmente se usa para marcapasos, autos, heladeras, impresoras y naves espaciales intergalácticas... bueno, no tanto, apenas interplanetarias. En cuatro décadas, Internet cambió las relaciones humanas, las reglas de copyright, la manera de relacionarnos con nuestra historia, la forma en que pensamos y recordamos, la circulación mundial de la información, la manera de conseguir parejas, la forma en que buscamos info y nos presentamos ante los demás. La red de redes no sólo comunica computadoras, aviones, relojes y gps sino que atrapa datos humanos con una voracidad increíble. Y no los fagocita. Se los traga. Son los datos que los propios usuarios envían hacia la globósfera como si supieran que el día en que se acabe el mundo sólo quedarán estos datos que los usuarios subieron a la red como memoria colectiva. Si el mundo se acaba para los humanos, pero queda como objeto físico circulando por el espacio, miles de servidores de Google y Facebook, con todos nuestros datos guardados en bunkers antinucleares, quedarán como resguardo de la historia: miles de millones de posteos irrelevantes como memoria histórica de lo último que hicimos como seres humanos. Pero si el mundo explota y entonces no queda un servidor sobre la Tierra, hace un tiempo que Vint Cerf –uno de los creadores de Internet, como se dijo– viene trabajando junto a la NASA en la creación de una Internet interplanetaria, un protocolo de comunicaciones que puede atravesar la galaxia con nuestros últimos tweets, los posteos de Facebook, y la sarasa de Google. Así, cuando el mundo se acabe en 2012, lo único que quedará en el Universo cercano serán naves espaciales navegando no solamente por el espacio sino también por Internet. Posta.

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