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Jueves, 6 de marzo de 2003

LA RENGA, EL GRUPO MAS POPULAR DE LA ARGENTINA, DICE:

“El rock es combativo, no vengan con otra cosa”

¿Qué hay detrás de una banda de rock and roll cuadrado y visceral, actual pasión de multitudes, la más comprometida de todas las que habitan la cima del rock argentino 2003? Un largo camino, que supera la distancia entre Mataderos (el lugar desde donde partieron) y Núñez (River, la “consagración”). De eso y de muchas otras cosas, hablan... los mismos de siempre.

POR ROQUE CASCIERO Y CRISTIAN VITALE

Chizzo está en cueros, vocifera en el micrófono y se concentra en un solo de guitarra. Tete, con su eterno jardinero de jean, no para de moverse de un lado a otro mientras toca el bajo. Tanque reparte palazos sobre sus tambores, con una lista de temas pegada al lado de su batería. Cualquiera podría pensar que la descripción corresponde a un show de La Renga. Pero no, apenas se trata de un ensayo: en la sala de siempre y sin más público que el técnico de sonido y un par de curiosos. Sin embargo, el trío de Mataderos se mueve y lo siente como si estuviera sobre el escenario de un estadio atestado de gente. El ensayo termina con una zapada instrumental que nace jazzera y se torna cada vez más potente. Después de un rato, cuando se secan la transpiración y aparecen las botellas de cerveza, los tres músicos y Gaby, manager locuaz y (no tan) virtual cuarto integrante, se sientan sobre los anviles, dispuestos a repasar el pasado inmediato y a imaginar el futuro de la Renga, de la Argentina y del rock de acá.
–¿Alguna vez pensaron que se iban a transformar en la banda más grande de la Argentina?
Tanque: –Gracias por el título, pero...
Gaby: –No lo pensamos en esos términos. No podemos comparar entre mejor y peor. Lo que sí sabemos es que La Renga es la banda que más nos gusta.
–No se trata de comparar calidades sino de ver el hecho objetivo de que son la única banda en actividad que llegó a River.
Chizzo: –Nunca pensamos en llegar a River, si se referían a eso.
Tete: –Cuando empezamos, nunca imaginé que iba a tocar con mi hermano, por ejemplo. Nunca pensamos nada, las cosas se fueron dando. Nos juntamos a tocar y todo fue creciendo. Con River nos pasó que nos cansábamos al ir de un lugar al otro (risas). Fui hasta el camarín y dije: “No, loco, quiero una bicicleta”.
Tanque: –Miraba esos tipos con los carritos de golf y pensaba: “Estos son unos caretas”. Pero no, te la regalo dar toda esa vuelta. Para todo tenías que caminar cuatro cuadras, hasta para ir al baño.
Tete: –Y el recital fue organizado por los mismos que se encargaron del primero que hicimos: la escenografía, el sonido, todo.
–¿Pueden seguir siendo “los mismos de siempre” después de haber llegado a ese nivel de producción y estructura?
Chizzo: –Sí, porque River lo hicimos de la misma manera que el primer recital, nada más que en otra dimensión. Es lo mismo de siempre.
–¿Pero son los mismos o son mejores que antes?
Tete: –Sí, sí, somos mejores.
Tanque: –Pasaron catorce años... Si no somos mejores, nos tenemos que matar (risas).
Chizzo: –Cuando nos dicen “los mismos de siempre” es porque somos los mismos locos que se cruzaban con una guitarra en las esquinas. No es que somos siempre las mismas personas. Cuando se me ocurrió ese tema fue porque nos veíamos siempre con la misma gente.
Tete: –Por ejemplo, cuando íbamos al cine Lara a ver la película de Led Zeppelin (La canción es la misma) o a ver a los Dulces 16, éramos los mismos de siempre.
–Podría pensarse que ser los mismos de siempre significa no evolucionar. ¿Cómo se llevan con esos fans que les piden que no cambien nunca?
Chizzo: –Todo cambia. Yo les digo: “Voy a hacer lo posible”. Pero personalmente cambiamos todo el tiempo. Ellos (mira a Tete y a Tanque) ya son padres, por ejemplo.
Tete: –Para mí, cuando te dicen que sigas siendo el mismo es porque hay una proyección. El que te lo dice está pensando en qué haría él siestuviera en tu lugar... ¡Y seguro se imagina como un careta! Yo no le doy demasiada bola a eso.
Gaby: –Mañana podemos hacer cumbia si lo sentimos así. Eso significa seguir tus sentimientos. En ese sentido somos los mismos de siempre: en la sinceridad.
–¿Fue 2002 el mejor año de La Renga?
Tanque: –Es que cada año que termina nos parece el mejor, por suerte, porque nos vamos yendo a cosas más grosas. Ahora no sé adonde vamos a ir (risas).
Gaby: –Cuando empezó, fue el año más duro, por todos los quilombos en los que nos metieron los hijos de puta de los gobiernos. Pero después empezamos a hacer cosas y los shows anduvieron cada vez mejor.
Chizzo: –Este fue un año en el que la banda dio mucha lucha. La banda encaró muchos recitales a beneficio y dio combate. Le encontramos la vuelta con esto de aparecer sin avisar y tocar para los que estén. Pero todo detonó en River.
–¿Qué fue lo primero que pensaron cuando les ofrecieron tocar en River?
Tanque: –Y... Nos atemorizamos un poco. Me acuerdo de que fuimos a una prueba de luces y miré ese estadio... Miren que Huracán es grande, ¿eh? Pero River me pareció gigante.
Tete: –Estábamos aterrados, sobre todo las últimas dos semanas. Hasta mi viejo nos preguntaba: “¿Están seguros de que van a tocar en River?”.
Gaby: –Además, cuando se toca en River, todo el mundo hace publicidad seis meses antes. En cambio, nadie hablaba de La Renga en River. Para nosotros fue un orgullo: se estaba cumpliendo otra vez el boca a boca. La comunicación justa para que se entere el que quiere estar.
Tete: –Es que nosotros sentimos que el rock es así. Tiene que estar el que quiere estar, el que quiere compartir ese momento con vos, no el que va porque armaste una campaña publicitaria impresionante.
Tanque: –Es jugarse. Es salir a ganar, perder o empatar.
–¿Ganaron, perdieron o empataron?
Tanque: –Empatamos, como siempre.
Tete: –Teníamos la necesidad de tocar y era el único lugar en el que podíamos hacerlo. Sabíamos de todos los problemas que nos iba a traer tocar en River, pero no nos importó. Fue un desafío en el cual pudimos hasta perder. En un momento nos sentimos como viajando al pasado, como cuando empezamos a tocar y teníamos que vender las entradas para salvar los gastos. No se imaginan la cantidad de entradas que teníamos que vender para salvar los gastos de River. Es como cuando una banda empieza y le dicen que tiene que vender cincuenta entradas.
Tanque: –Era algo así, pero multiplicado por miles.
Tete: –Nuestra política no es la de tocar contratados o con algún sponsor. Lo positivo fue haberlo hecho nosotros y como queríamos.
Chizzo: –En realidad, ganamos. No empatamos, ganamos.
Tanque: –Es verdad, en ese sentido, ganamos. Fue un despegue y además fue muy emocionante. No es lo mismo que tocar en Huracán, por más que antes pensáramos que sí.
–¿No pensaron “tendríamos que haber grabado el disco en vivo acá”?
Chizzo: –No, porque como noche fue mejor la de Huracán. El clima fue espectacular y ése es un factor que influye mucho en una grabación. En River nos jodió un poco la lluvia.
Tanque: –El disco salió bien tocado, no hubo necesidad de regrabar nada.
Tete: –Y para nosotros eso ya es bastante... (risas).
Gaby: –Después del año combativo que habíamos tenido, la lluvia fue como un desafío más, un combate más que tuvimos que luchar.
–Ya que hablan de luchas, ¿recuerdan qué hicieron en esos días de diciembre del 2001?
Tete: –Cuando estalló, estábamos tocando en un bolichito cerca de Plaza de Mayo, atrás del Tortoni. Era muy tarde y se había dado una onda para ir a tocar. Nos estaban pasando muchas cosas y nuestra rebeldía, nuestra furia, pasa por los instrumentos.
Tanque: –Tocamos sin anunciarlo, pero se ve que se enteraron unos cuantos, porque estaba llenísimo.
–Ustedes también tocaron en una marcha piquetera. ¿Qué piensan de los movimientos sociales que aparecieron con la crisis?
Tanque: –Tocar ahí fue una experiencia muy grosa. Que nos hayan invitado a tocar ahí es un orgullo, porque nosotros pensamos casi igual que ellos. Si a ellos los están jodiendo, nos están jodiendo a todos.
Tete: –Mató porque no nos invitaron para caretear o para que fuera más gente. De hecho, La Renga jamás avisó que iba a estar. Fue importante no sentirse usado, porque nos dijeron que fuéramos cuando quisiéramos, pero que teníamos que tocar. La verdad es que ver la plaza llena de carpas y fogatas fue muy fuerte. De alguna manera hicimos historia. Tocamos en el mismo lugar donde Beruti repartía escarapelas y donde supuestamente vendían esos paraguas que todavía no se habían inventado (risas).
–¿Podrá surgir un PT como en Brasil a partir de los movimientos piqueteros?
Tete: –Ojalá. Algo tiene que pasar. Las asambleas y los movimientos piqueteros generan algo que está al alcance de todos. Es algo que ya está y al que vos, haciendo el mínimo esfuerzo, te integrás.
Tanque: –Por lo menos ya sabemos qué va a pasar en estas elecciones. No hace falta que lo digamos. Son ellos o los otros. Alguien nuevo tiene que aparecer, algo más noble.
–¿Saben a quién van a votar?
Tanque: –(Se ríe) ¿Qué, hay elecciones?
Chizzo: –Yo no voto a nadie.
Tete: –La verdad es que no hay opciones.
Tanque: –Hay mil, pero no hay ninguna. Estos pelotudos se siguen peleando entre ellos. No entiendo por qué se pelearon Terragno y Moreau, por ejemplo, que van a tener el 0,1 por ciento de los votos.
Chizzo: –Pero algo muerden, seguro.
–¿Y los partidos de izquierda? ¿Cómo los ven?
Tete: –Por ahí va la cosa.
Tanque: –Socialismo, a morir. Pero no hay ningún partido socialista que nos represente.
Chizzo: –Acá hay una telaraña y caen todos en la misma.
–¿Pero antes votaban o desde hace rato sienten que nadie los representa?
Tanque: –No, hace un montón que no votamos, porque no vemos a nadie como la gente.
Tete: –La solución es la revolución. No vale la pena votar a nadie. Nosotros creemos en la revolución. No queremos ponernos como ejemplo ni nada de eso, pero hay que estar todos dispuestos a jugársela. A quedarse sin Internet, sin el cable, sin las Nike. Y después vemos qué hacemos. Esa es la revolución.
Tanque: –Totalmente. Socialismo, a morir. Ahora, me pregunto: la tercera fuerza era Lilita Carrió, pero resulta que dice que habló con Dios... Entonces decís: “No voy a votar a una psicótica”. En la Argentina, la política es muy trucha. Miren a Lula: no tiene la primaria hecha y es presidente. Aunque hay que ver hasta dónde lo dejan actuar los monos del Norte...
Chizzo: –Veo un futuro tipo Mad Max, sin petróleo, agua ni nada. Esto es un desastre y a los yanquis no les importa nada: te tiran bombas y listo... Además hay problema mental en la gente. Ya no hay espíritu...Pero a lo mejor está en los pibes la posibilidad de no mandarse las mismas cagadas que los viejos.
Tanque: –Hace poco vi un reportaje a Pappo en el que decía: “Desde hace cincuenta años que vengo con los radicales, los peronistas y los milicos”. Y ahí tenés al país. Entonces, revolución: hay que cortar con ese negocio de radicales y peronistas. No puedo entender cómo Duhalde, que perdió las últimas elecciones, ahora es presidente. ¿Cómo es? ¡El tipo perdió! La gente, igual... Muchos saltaron por el corralito, porque tenían dos lucas en el banco. ¿Por qué no saltaron antes? Que se dejen de hinchar las pelotas. Los pibes se mueren de hambre hace años y nunca se calentaron por eso.
–¿Cuál es el papel de un músico de rock en este contexto?
Tete: –Nosotros lo vemos combativo, con rebeldía y compromiso, pero tampoco vamos a decirles a los demás cómo tienen que ser.
Tanque: –Bueno, pero el rock es combativo, no me vengan a decir ahora otra cosa.
Gaby: –Claro, pero es para no entrar en la disyuntiva de qué es rock.
–¿Cuál es el papel de La Renga, entonces?
Tete: –Nuestro papel de compromiso.
Gaby: –Para nosotros, el rock siempre significó rebeldía, compromiso y querer cambiar las cosas.
Tete: –Nosotros empezamos a tocar por eso: más allá de la música, queríamos poder expresarnos.
Chizzo: –La Renga tira un mensaje de no bajar los brazos y no querer matarse. Por eso me gusta que vengan pibes chicos a montones. No sé si está en nosotros abrirles la cabeza, pero si ven algo positivo en nosotros, eso va a servir para el futuro.

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