En la presentación del festival se vio un adelanto de lo que promete ser el Funk & Soul Festival: pura danza. La idea la tenía en la cabeza hace tiempo Tony, la voz de Tony 70, y la necesidad era la de sacarse esa calentura musical, tal como él mismo lo llama. “Yo había hablado con Déborah (Dixon) y el puntapié inicial lo dio Willy Crook cuando se acercó a La Trastienda; nosotros lo convidamos a tocar una canción y la pasamos bien. El nos conoció, nos vio, supo cómo sonábamos, y cuando le propuse a Willy lo del festival, nos dijo: ‘Sí, muchachos, cuenten conmigo’. Y con la venia ya del maestro ahí nos pusimos a trabajar; levanté el teléfono y hablé con los chicos de Reiband, Suprafónico, Astromama, todas las bandas, que enseguida dijeron que sí”, cuenta.

–¿Qué estética funk habrá? ¿Mucha bola de espejos?

–No, basta de bolas de espejo, me tienen harto las bolas de espejos. El denominador común va a ser la música. Vas a entrar acá y es “música non stop”, porque las bandas terminan de tocar y va a estar el Dj tocando sus discos, las pantallas van a reproducir todo, para los más tranquilos habrá mullidos sillones para acompañarse con una buena copa. La música será el hilo conductor.

Con quince años de trayectoria, Tony 70 nuevamente es nominado a los premios Gardel, esta vez como Mejor Album Grupo Pop por su último álbum Escaleras doradas. “Pienso que estar nominados con este disco pone al funk y al soul en un lugar popular, masivo, que no ha tenido; entonces nos suma a todos. El funk y el soul tienen que estar de fiesta con esta nominación y suma que Doña Rosa diga: ‘Uy, ¿qué es funk y soul?’ Siempre cultivamos la música negra”, aclara Tony.