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Jueves, 11 de octubre de 2012

CHICHES QUE CHIFLAN *

Soft(ware) rock

 Por Julio Nusdeo

“Con mi hermano siempre flasheábamos con la idea de hacer música electrónica que sonara humana. El primer año era imposible, porque todo lo electrónico salía a través del software Ableton Live, y era darle play y seguirlo. Si nos vamos a los inicios de la cuestión, me acuerdo de que no teníamos placa de sonido y mandábamos todo por un mixer, y con el software Asio4All zafábamos la latencia. El primer disco, Infantes, fue grabado con ese equipamiento. El sinte siempre fue el mismo, pero la verdad es que no se usa como tal sino como una especie de controlador MIDI. Es un Korg M1 que se compró mi vieja hace como 20 años y que viene con unos sonidos integrados, pero la verdad es que nunca nos interesaron, porque lo que queríamos era modificarlos. Hoy el M1 tiene todas las teclas pintadas y tiene escrito con fibra qué hace cada una: con poca luz se complica estar tocando la bata y chantarle un manotazo a una tecla.

”El año pasado pegamos una interfase externa de dos canales: por uno entra la viola y sale procesada al ampli; y por el otro, una voz para armar loops. Ahí empezamos a grabar mejor y también a laburar más cómodos en vivo, que siempre es un universo aparte. Ni hablar de la improvisación: nunca hubo dos recitales iguales, porque está todo armado en tantas partes que el mínimo cambio de un elemento modifica todo. Casi todos los sonidos sampleados parten de una grabación casera, siempre andamos con un grabador registrando giladas para usar después. Me gusta laburar la creación de bases con varios programas a la vez: los dos que uso son el Propellerhead Reason y el Ableton Live, y después el multipista Reaper para integrarlos y sumar lo acústico.

”La cadena de audio en vivo es bien compleja. Tengo el sinte como si fuera una mesa y al costado pongo la batería, como lo hizo en algún momento Panda Bear de Animal Collective. Una chancha, un redo, hi-hat, platillo, pandereta, cazeta y un pad plástico que solo suena por el trigger, que es como un módulo al que van los mics de contacto. Lo que hacemos es tomarlos desde Live y asignarle a cada input funciones MIDI, que pueden ser que disparen un sonido o que activen o desactiven un canal. Los triggers suman un montón, en el sentido de que siempre sonaba la bata sobre la secuencia y había un importante desfasaje tímbrico y de volumen. Lo que logramos con el trigger es poder hacer sonar la chancha, por ejemplo, y a la vez un buen bombo electrónico. Cuando probamos y anduvo, fue una sensación de que se iba todo al carajo.”

* Testimonio de Antu, programador, tecladista y baterista de Nunca Fui a un Parque de Diversiones, que el 20 de octubre presenta Josualonga enseña a ser amigos en la fiesta Electrobudu (Sala Tupé, calle 7 entre 71 y 72, La Plata). Más info en nuncafuiaunparquedediversiones.bandcamp.com

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