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Jueves, 25 de octubre de 2012

ENTRETENIMIENTO PARA LABURANTES: LA CURIOSA MOVIDA DEL PUB OBRERO

Zona de obras

Parece un sketch de Capusotto, pero no lo es. Más allá de la iconografía y las imágenes de Carlos Marx, el Pub Obrero es bien distinto del “Acá sí que no se coge”: hay música, hay baile y hay fiesta.

 Por Brian Majlin

En pleno Palermo, cientos de laburantes se juntan a celebrar una vez al mes en un bar de trabajadores. Buscan recuperar la cultura privatizada.

“La CGT, la CTA, los sindicatos hay que ganar... que se vayan al carajo, los Pedraza y los Moyano, que son todos patoteros, que son todos mercenarios...” Las consignas políticas ganan la movida. Desde el inicio nomás, con los primeros acordes de Ella dijo, de Estelares, más de 200 pibes cantan a los gritos. La escena se repetirá varias veces a lo largo de la noche en este local de Palermo, en plena avenida Córdoba, a metros nomás de Angel Carranza. A metros nomás de infinidad de boliches y bares de Palermo Hollywood, emerge hace meses una fiesta que amenaza con eclipsar los cánones del barrio: el Pub Obrero.

Una vez al mes, más o menos, se reúnen entre 100 y 300 trabajadores de diferentes rubros –los hay torneros, trabajadores audiovisuales, gastronómicos, del subte, periodistas o de comercio– con una meta grandilocuente y varias consignas: socializar el esparcimiento y arrebatarle al capitalismo la creación de entretenimiento. Parece un sketch de Capusotto, pero no lo es. Más allá de la iconografía y las imágenes de Carlos Marx o León Trotsky, el Pub Obrero es bien distinto al “Acá sí que no se coge” de los videos de Capusotto: hay música, hay baile y hay fiesta. Y también hay charla, claro.

“En principio, el pub nació como una iniciativa para darles un espacio de esparcimiento a los laburantes del barrio y, a la vez, un punto en común para colectivizar las experiencias y los problemas de los diferentes rubros”, explica Renzo Siciliano, uno de los responsables de la movida. Así, por el interés de algunos militantes del Partido Obrero y otros de agrupaciones sindicales clasistas y ajenas a los oficialismos que rigen las diferentes centrales obreras, la juventud se dio una tarea: bailar por el socialismo.

Otro de los iniciadores fue Matías Cisneros, delegado del subte, que tiró la idea para “que haya un ámbito social donde la gente pueda conocerse y los laburantes, que están reprimidos en los sindicatos, puedan vincularse y generar un activismo”. Entre los aspectos que destaca de esta especie de Centro Cultural en medio de Palermo, está la idea de recuperar la cultura. “La industria cultural del macrismo está recontraprivatizada, ésta es una contratendencia de base, antiestatal y que no tiene finalidad de ganar ni un solo centavo. Por eso es un fenómeno que crece a pesar de su corta experiencia”, explica Cisneros.

Por su parte, Renzo aclara que el barrio, “de por sí, es copado por los bolicheros y la gastronomía, ambos orientados no para la recreación de los vecinos y los trabajadores del barrio sino para el consumo en masa para facturar. Por eso te cobran entradas de hasta 70 mangos y después estás como en una lata de sardinas, cagado de calor en un antro sin salida de emergencia”. En ese sentido, el Pub se propone dar un espacio “amplio y agradable, no delimitado”, es decir, copando la vereda. El sustento, que alcanza sólo para cubrir el gasto –puesto que no hay búsqueda de ganancia– se da a través de la comida que ofrecen, y las bebidas, “todo a precios populares para los laburantes”.

Daniel Ceca, trabajador gráfico de veintipocos años, comenta al pasar: “Está buenísimo porque orienta la diversión hacia otro campo. Socializa, y da un marco de fiesta sin beneficio, más allá de pasar el rato. Es impactante ver cómo las consignas políticas se superponen con las canciones de moda que suenan”.

En el fondo emerge la figura del DJ, como en cualquier boliche palermitano. Pero, a diferencia de lo que ocurre en cualquier bareto local, los invitados toman el control y gestionan la fiesta a su antojo. Cambian la música, varían, bailan adentro, charlan afuera y, entre experiencia y experiencia, se dan un chapuzón de clasismo fiestero.

Pasada la medianoche se va apagando este after office de corte popular. Es viernes y el laburo de toda la semana deja agotados los cuerpos. Desde el Pub, al cansancio le añaden una responsabilidad: “Cortamos a eso de la una de la mañana, para mantener la buena convivencia con los vecinos y no molestarlos”, dice Renzo.

Una fiesta con consignas políticas obreras, precios populares, que no cobra entrada, en la que los invitados pueden tomar el control de la música, y que finaliza temprano para no incordiar al prójimo. Un verdadero mitin revolucionario digno de Peter Capusotto y sus videos.

* El próximo Pub Obrero será el viernes 26 de octubre a las 19 en Córdoba 5822, CABA.

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