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Jueves, 24 de enero de 2013

SEBASTIáN “OLI” OLIVEIRA DEBUTA CON LAS COSAS BáSICAS

De la trompa de elefante a la piel de cordero

Además de ser escritor en revistas y fanzine, y participar de Orquesta Trompa de Elefante, banda musical de formación inestable, Olivera rebautizó su costado musical con un disco que viene en piel de cordero.

 Por Julio Nusdeo

n”El arte de tapa es un engaño liso y llano”, explica Sebastián Matías Oliveira de ese cielo celeste y su colina verde, de su firma color fucsia hecha con el rudimentario paint de Windows sobre la amarilla imagen genérica de un perfil de Facebook, de sus sonrientes cabezas flotantes y del arco iris a dos colores –amarillo y fucsia– detrás de dibujos de niños, también sonrientes, que ilustran Las cosas básicas, su álbum debut. “Me encantaría que una madre desprevenida, de cabeza paqueta y medio conservadora, le compre este disco a su hija que tanto intenta cuidar pensando que es algo inofensivo, para que cuando la piba vea las letras flashee”, sueña. Una suerte de terrorismo para “expandir el universo mental de la gente”. Oliveira cuenta que la estética infantil de Las cosas básicas apareció de la canción homónima, en la que el personaje “es un nene que les pregunta a los papás ‘¿qué pasa si no me quiero levantar?, ¿qué pasa si no quiero ir al colegio, si no quiero desayunar, si no quiero aprender?, ¿qué pasa si no quiero hacer lo que se dice que hay que hacer?’. El título también tiene que ver con que en este álbum pretendí hablar de lo que son las cosas básicas para mí: el amor, el sexo, la identidad, la libertad”.

En paralelo a su trabajo como escritor, con textos publicados en diversas revistas y fanzines literarios, y con tres libros editados por Milena Caserola, más uno que prepara por Nulú Bonsai, Oliveira rebautizó su costado musical Oli y la Mejor Banda del Mundo, una fantasía montada alrededor de sus presentaciones solistas con guitarra acústica (y deudora de la escena under porteña post-Cromañón). De esa manera grabó dos EPs, Simple y Complejo, autoeditados a comienzos y finales de 2009. “Fue en un estilo Tanguito, sólo con la guitarra. Hicimos tomas directas y elegimos las mejores”, cuenta. Para Las cosas básicas, su primera experiencia en estudio, Oli materializó su banda entre amigos: “Después de todo, la mejor banda del mundo es esa que armás con tus amigos”. Y registró canciones viejas y otras nuevas junto a Diego Idelsohn (batería), Pity Texidó (armónica) y Leandro Kalén (bajo, teclados, cajón peruano y “accesorios”, como se lee en el disco).

“Fue un trabajo de tres años, desde que sumamos la instrumentación hasta ver el disco materializado”, resume. Así completaron 12 canciones con su voz melódica, que por momentos parece cubrirlo todo, como sucede en la plácida As de corazón (Reina). También hay temas como Por el aire (ahí vamos), en los que puede rastrearse su pasado rolinga (y gozar la oportunidad de tener de invitado a Felipe Barroso, guitarrista de Intoxicados), y otros que podrían oírse como música para chicos o incluso canciones desesperadas acompañadas por cuerdas sutiles, o texturas que por momentos hacen un álbum alegre.

“En un punto, Oli es un concepto que tiene que ver con tomarse la vida desde otro lugar. La vida es difícil, dura, pero no hay que comprar el discurso de que siempre va a ser así. Hay que salir y cambiarlo, y este disco intenta motivar a alguien, a que genere sus propias condiciones para poder cambiar lo que le toca y no creer que hay que fumársela como viene.” Las cosas básicas abre con una etérea Intro a base de palmas, cuerdas asordinadas y los drones vocales de Paloma del Cerro y Sofía Aristarain. El segundo track, Sexo, es una pegadiza y energizante melodía de bajo, batería y sutilezas acústicas, en donde Oli concluye: “No se puede ser con otro / Si no se es con uno mismo”.

Entre los proyectos en los que Oliveira se ve involucrado está su participación en la Orquesta Trompa de Elefante, una banda musical de formación inestable cuyas presentaciones son pura improvisación. “Es un ejercicio buenísimo”, repara. “Las personas usualmente tienen como un filtro entre lo que sienten y lo que dicen. Cuando estás metido en la improvisación, ese filtro se desvanece. Te oxigenás y aparecen cosas que cuando volvés a escuchar, decís ‘mirá lo que dije’. Porque la improvisación en el momento puede sonar re poética y el público, que no sabe un porongo de tu vida, flashea. Pero después, si tomás y sacás de contexto eso que dijiste y lo aplicás a tu vida, te das cuenta de que son cosas re puntuales.” La improvisación deja fluir lo que uno tiene para decir, como el caso de Chica del quiosco, una canción de recitado expulsado en chorros, aparecida en Simple y regrabada para Las cosas básicas: “Me puse con la guitarra y largué. Me acuerdo de que después tuve que aprenderla, desgrabarla y escribirla tal cual había salido”. El mismo sistema usó para Lo mismo (bla bla bla), donde repite interminable: “Todos los días escucho lo mismo / bla bla bla!”.

En vísperas de la presentación del flamante álbum, en coincidencia con su cumpleaños, Oliveira promete una fiesta que reunirá a los que ayudaron a confeccionar un álbum con piel de cordero.

* Oli y la Mejor Banda del Mundo presenta Las cosas básicas mañana a las 23.45 en el Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543, Capital.

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Imagen: Cecilia Salas
 
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