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Jueves, 24 de enero de 2013

EL ESPíRITU DE RUBéN ALBARRáN DETRáS DE HOPPO!

Ese objeto antes llamado Rubén

El vocalista de Café Tacvba regresa a Buenos Aires para presentarse en una sala de recitales justo a su medida,
Niceto Club, de la mano de su emprendimiento paralelo, el cuarteto mexicano Hoppo!

 Por Yumber Vera Rojas

Mientras que el común denominador aún coincide con que el mejor recital que dio Café Tacvba en la Argentina fue el que brindó en septiembre pasado en el Planetario de Buenos Aires, como cabeza de cartel del Movistar Free Music, para Rubén Albarrán, el vocalista, fue un show más del montón. Si bien en aquella ocasión el grupo mexicano compendió un repertorio clásico y, al mismo tiempo, selecto, al punto de que tan sólo invocó A este lado del camino, de su nuevo álbum, El objeto antes llamado disco (2012), ni la emotividad de la audiencia, que alcanzó su clímax cuando los de Ciudad Satélite sorprendieron en el cierre con una correcta versión de Juegos de seducción, de Soda Stereo, inmutó al artista de los mil y un alias. “Esos festivales siempre generan esa sensación de lucha contra el tiempo”, afirma el frontman, quien en aquella oportunidad postergó el estreno masivo de su flamante alter ego, “El Zopilote”, hasta el inicio de la gira de su última producción, el 21 de febrero en Guatemala. “De hecho, al día siguiente, en La Plata, dimos un concierto que disfrutamos mucho más. Ese sí fue impresionante, y nos lo llevamos grabado en la memoria. Los lugares pequeños son súper poderosos.”

Consonante con su deseo, Albarrán regresa a la capital argentina para presentarse en una sala de recitales justo a su medida, Niceto Club, aunque esta vez al lado del que se ha transformado en su emprendimiento paralelo al cuarteto mexicano, Hoppo! “Me encuentro aprovechando estos dos meses de descanso de Café Tacvba, antes de iniciar la gira del nuevo disco, para regar la plantita de lo que es Hoppo! También quería pasar un ratico agradable en Chile”, explica el exponente de 45 años, celular en mano, al NO, desde la capital de la nación trasandina, antes de entrar al estudio a ensayar con sus colaboradores transandinos. “Esta es una agrupación que me trae bastantes alegrías y satisfacciones. Lo vivo de forma gozosa porque no es demasiado intelectual, todo lo que hacemos sucede por intuición y por gusto. Resolvemos conforme se nos presentan las situaciones, de manera relajada, bajando la velocidad. Al mismo tiempo voy aprendiendo de diferentes músicas. De lo que se trata, básicamente, es de juntarnos, de disfrutar el proceso de la creación musical, de hacer grabaciones, de ir a lugares hermosos a mostrar nuestras canciones, y de estar con los amigos. Soy muy fan de este proyecto porque representa lo único que sé hacer.”

Esta reunión de Hoppo! –cuyo nombre, tomado del lakota (idioma del homónimo pueblo nativo norteamericano), significa “Vamos”– servirá asimismo para grabar los temas de su tercera producción discográfica, la segunda de canciones propias. “El trabajo que estamos preparando se encuentra en sintonía con nuestro disco anterior, Ollin Rollin (2012), pues contiene los mismos elementos, ingredientes muy similares”, adelanta el artífice mexicano, que en 2006 puso a la venta Bienvenido al sueño, el único título de su proyecto Sizu Yantra, en el que lo acompañó su esposa, Psikini. “Abarcará un poco de música tradicional, otro de rock y también algo de psicodelia.” Pese a que no ha tenido una salida abiertamente comercial, pues sólo se consigue en algunas pocas tiendas y en los contados shows que ofrece el cuarteto –lo que, por supuesto, ha ocasionado que sea de difícil acceso–, la anterior entrega del combinado, que tuvo como primer corte el sencillo Réplica del corazón, inspirado en el terremoto que en 2010 conmocionó a Chile, apunta, temáticamente, a tópicos concienzudos que se inclinan hacia la naturaleza, la Madre Tierra y la existencia, aunque sin pretensiones demagogas.

Constituido en 2010, este laboratorio musical, que se sustenta en la redención de la música popular latinoamericana, surgió, inicialmente, a partir de la necesidad de Rubén Albarrán de homenajear a su madre, quien había muerto hacía algunos años, pues fue la que lo introdujo en el acervo sonoro tradicional no sólo de México sino del resto de la región. No obstante, el germen del grupo se remonta a 2001, cuando el líder de Café Tacvba conoció en México a Rodrigo “Chino” Aros, intérprete del sitar y dedicado a una movida musical más relacionada con la new age. Tras decidir llevar al plano de lo tangible la idea de formar un conjunto, casi una década después, el tándem reclutó al guitarrista austral Juan Pablo “Muñeco” Villanueva y a Alejandro Flores, también conocido como el “quinto tacvbo”, en violín y percusión (reemplazado luego por el baterista Carlos Carbón). Con esta alineación salió a la venta meses más tarde, de forma autogestionada, el disco debut de Hoppo!, titulado igual que éste, conformado por una selección de clásicos de Mercedes Sosa, Víctor Jara o Violeta Parra. Si bien se trata de canciones hiperversionadas, no vino mal una nueva y fresca relectura de éstas.

“A través de Chino y Muñeco he estado en contacto con las cuecas, con músicas más del sur, y siempre saltan los paralelismos con las que hay en el norte del continente”, asegura este referente del rock mexicano. “Siempre es interesante tender puentes, frente a esas afinidades, y de repente hacer mezclas.” Sin embargo, Hoppo! representa la resistencia, originada desde la propia cultura rock, ante la apatía existente por el reconocimiento, todavía latente, de la música tradicional latinoamericana en esta época. “Desgraciadamente, los medios masivos de comunicación nos llenan de música desechable que está hecha para ser consumida. Y que es parte de ese engranaje, de esa maquinaria, que es el entretenimiento, para llenar el espacio vacío de los zombis que crea el sistema, que consumen tendencias y visiones, únicamente. En ese conjunto de cosas no hay cabida para las canciones que están hechas con el corazón, y que son reales, pues conectan inmediatamente. Pero me parece que, más allá del aparato mediático, estos estilos musicales tradicionales y folklóricos tienen vida propia, están sanos, y siguen evolucionando y viviendo. Una cosa es lo que la radio, la televisión o la prensa dicen, y otra es la realidad.”

Al mismo tiempo, el accionar, tanto sonoro como discursivo, del combinado mexicano-chileno entra en confrontación con la incertidumbre política que experimenta América latina en tiempos recientes. No obstante, si bien su propuesta puede lindar lo romántico e incluso anacrónico, no vacila al sacudirse de encima cualquier estereotipo que lo ate con el pasado. “Es terrible que sigamos teniendo esperanzas en la clase política”, explicita Rubén Albarrán, quien ya visitó Buenos Aires en dos oportunidades (2010 y 2012), con Hoppo! “Puntualmente, en mi país es terrible que PRI haya llegado nuevamente al poder. Aunque igualmente hubiera sido funesto que estuviera allá arriba el PAN, el PRD o cualquier otro partido político, porque no están viendo las necesidades, no de la sociedad sino del hombre. No les interesa una nueva forma de organizarse, más horizontal e inclusiva, sin esas megaciudades que no funcionan porque albergan a tanta gente. Me parece que es muy triste, pero tal vez sea algo a lo que nos tengamos que enfrentar para que, como parte del equilibrio, llegue finalmente la conciencia. No me cabe duda de que, a pesar de las situaciones terribles que se viven en México o en el resto de América latina, evolucionaremos. Siempre hay un equilibrio.”

* Hoppo! se presentará mañana, 25 de enero, en Niceto Club (Niceto Vega 5510), a las 21.

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