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Jueves, 11 de abril de 2013

UN TRAGO DE GROG POR LUCASARTS

El mono y el ratón

Disney, que adquirió recientemente la productora LucasFilm, decidió cerrar la división responsable de la saga de Monkey Island.

 Por Facundo Enrique Soler

Pasear a un pirata por un montón de situaciones surreales, investigar a fondo el esquelético mundo de los muertos o cagarse a tiros con las naves de Star Wars, fueron unas de las tantas tareas que LucasArts, la empresa de videojuegos que mejor marcó las aventuras gráficas de los ‘90, propinó a niños, adolescentes y adultos de todo el mundo ante el comienzo del amor total hacía la computadora... ¡antes de Internet! La compañía fundada por George Lucas en 1982 –primero bajo el nombre LucasFilm Games– llegó a su fin ante el cierre anunciado recientemente por Disney, su actual dueña.

El multimedios del ratón adquirió la productora LucasFilm en octubre del año pasado, haciéndose dueño de los derechos, entre otros, de Star Wars, Indiana Jones y, para el caso, de LucasArts y su bagaje de personajes famosos por protagonizar el increíble género gamer-aventura gráfica.

El primer hit de la compañía llegó en 1987 con Maniac Mansion, una revolución en la manera de encarar un juego, un manojo de códigos binarios que puso al jugador en situaciones problemáticas de una historia descabellada y apeló al ingenio. Fue tan moderna que introdujo el motor SCUMM, utilizado en las entregas posteriores: entre ellas The Secret of Monkey Island, Sam & Max Hit The Road y Full Throttle, todas muy aventuras y todas bien gráficas, donde el universo narrativo y estético siempre fue ejemplo en torno a creatividad y diversión para mantener pegado durante horas al que se atreva a jugar.

La lógica comercial de Disney, como relató este suplemento en la nota de tapa del 28 de febrero, continúa apropiando, a fuerza de su interminable capital, toda maravilla cultural para luego ver si la mantiene viva o la mata, según sus intereses. Quedan en el recuerdo esas interminables tardes después del colegio, intentando reunir tinte rojo número dos y ácido de batería para hacer grog y liberar a Otis de la cárcel.

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