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“Babasónicos en estado de rock”, dicen los avisos del show que Adrián Dárgelos y los suyos darán este sábado en el estadio Obras. ¿Estado de rock? Sentados a una mesa de bar al aire libre, cantante, guitarrista y bajista de la banda se ríen de eso. “Es como poner en claro que el show va a apoyarse en la parte más rockera de Babasónicos porque se nos dio la gana”, explica Mariano Roger. “Pasamos dos años presentando Jessico y teníamos ganas de generar un show que fuera como una parte nueva, aunque no vamos a presentar temas nuevos. ¿El nombre? Lo puso el manager.” Dárgelos recuerda que solían ponerles título a sus conciertos allá por 1994: “Como tocábamos con mucha frecuencia en Buenos Aires, para acostumbrar a la gente a que hacíamos shows nuevos, le dábamos la fantasía del título. Eran súper arbitrarios: Krakatoa 7, Víctimas de la energía valvular, Cóctel en el asunto Hawai, Cinerama, Cowboy new romantics... No sé, de los eslóganes y las publicidades hay que preguntarle al manager. Lo que me preocupa a mí es divertirme en el escenario y lo tengo garantizado porque armamos la lista de temas para divertirnos. Además, nosotros vivimos en estado de rock”.
El cantante babasónico se ataja antes de que lleguen las preguntas: “La verdad, estoy pasando por un momento muy oscuro, como siempre antes de hacer un disco. Y siento que no tengo nada para decir. Cuando hablo es para aclarar o confundir respecto de algunas cosas de cada nuevo disco. Porque me gusta mucho el ‘confundismo’. La sospecha y el ‘confundismo’ son fundamentales en Babasónicos”.
–¿Qué es el “confundismo”?
Dárgelos: Es lo que genera la confusión. Nosotros somos los shaolines del “confundismo”, los maestros del delirio. Pero los momentos previos a componer un álbum siempre son oscuros, porque tengo que escucharme mucho a mí mismo, que es lo que más detesto. Y además, odio la expresión.
–¿Cómo es eso? ¿No te expresás en las canciones?
Dárgelos: No, yo no me expreso. Componer canciones no es expresarse, es fabricar un mundo que te contenga. No me gusta el estado en el que la gente muestra su subjetividad y cree que todo se trata de expresarse.
Mariano Roger: La expresión corporal...
Dárgelos: Claro, todo eso es expresarse, pero no toda la expresión sirve. No toda la creación es arte; alguna es sólo creatividad. No creo que haga canciones para expresarme, sino porque no puedo vivir si no las hago. Me vienen períodos negros y tengo que sacármelos de encima. Genero un mundo que nos contenga para poder estar felices durante dos años, hasta que ese mundo vence y tenemos que hacer otro disco.
–¿Por qué vence cada mundo que construís?
Dárgelos: Por el roce, porque es incorporado a lo que está bien. Entonces necesito un material actual que me provoque la misma contención, o voy atrás y busco qué es lo que me sirve en ese momento.
–¿Este show tiene que ver con ir atrás y ver qué les sirve?
Dárgelos: No, tiene que ver con que estamos en un nuevo año y con que incorporamos canciones al repertorio que tendrán un desarrollo. Debe tener algo que ver con lo que estamos componiendo, supongo.
Roger: Estamos en una etapa de pre demo del disco nuevo, componiendo canciones y tratando de bajarlas, de aprender a tocarlas. Es una etapa que siempre nos lleva un poco de tiempo. Tenemos unos quince temas nuevos. En la etapa anterior a un disco nuevo somos ambiciosos en cuanto a la cantidad de temas que hacemos, porque nos gusta elegir. En este momento estamos en el 40 por ciento de lo que queremos tener.
Dárgelos: A medida que tenemos el material, vemos qué es lo que nos excita. Nosotros hacemos la música que nos gusta tocar durante el año próximo. Me gusta componer pensando en los estados que siento que me faltan durante el show, algún estado emocional que no estoy abordando, alguna forma de seducción o alguna actitud.
–¿No es extraño que compongas durante los períodos que llamás oscuros? Dárgelos: Son períodos de mucha tortura.
Roger: Pero eso es una cosa personal de Adrián, a mí no me pasa eso.
Gabo Manelli: Yo ya ni compongo... (risas).
–Jessico es el disco más exitoso de Babasónicos. ¿Eso les genera alguna presión extra a la hora de grabar el siguiente álbum?
Roger: No. Desde el primer disco fuimos creciendo en proporción y creo que el crecimiento entre Miami y Jessico fue el natural. Buena parte de lo que pasó con Jessico tuvo que ver con eso, apoyado en un disco en el que concretamos más rápido las ideas y que llegaron más directamente a la gente. Pero podría no haber funcionado.
Dárgelos: Si hiciéramos Miami como próximo disco, sería buenísimo también... Es todo una mentira, el rock. Por eso no sirve de nada que hable. Me tengo que ir (risas). Si sacáramos ahora Miami o Pasto, sería: “¡¡¡¡Guau!!!!” ¿Entonces, qué presión podemos tener si somos unos locos que hacemos todo para que nos odien y encima nos va bien? Ma’ sí, podemos seguir haciendo todo peor... No, en realidad quiero que me amen todos, no que me odien.
Roger: Igual, no nos roza la presión de los que le ponen nombre a los shows, nos cagamos en eso. Lo único que acatamos es la presión de lo que queremos hacer y ser fieles a nuestro capricho. Y tal vez traicionar a nuestros caprichos de antes, porque el rock es traición.