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Jueves, 4 de julio de 2013

VIENEN LLEGANDO LAS GUITARRAS DE RANALDO

“Ahora mi obsesión son las acústicas”

Con Sonic Youth de paro, Lee trae el flamante traje de “cantautor experimental” que estrenó en Between the Times and the Tides. Y aunque su reciente gusto tiene que ver con las guitarras que no necesitan de amplificadores, lo hará con una banda electrificada.

 Por Roque Casciero

Cualquiera que haya estado en su primer show argentino –Cemento, 1998– recordará ese afiebrado momento en el que Lee Ranaldo se dedicó por largos minutos a hacer un solo... de cable de guitarra enchufado al amplificador. No era tan extraño: como parte de Sonic Youth, el violero llevaba años electrificando el ruido (o haciendo ruido en la electricidad). Las dos visitas siguientes del músico fueron con el cuarteto, que después de la última entró en un parate por tiempo indefinido. Ahora, a punto de llegar a estar tierras por cuarta vez, Ranaldo está en un estado diferente a los que se le conocieron: el 16 de julio se presentará en Vorterix junto a The Dust, una banda que le sirve como apoyo en su “experimentación” en el mundo de las canciones con estructura de tales. De hecho se definió a sí mismo como “cantautor experimental” cuando sacó Between the Times and the Tides, el año pasado. Y no piensa abandonar ese rol: ya tiene listo otro disco (que saldrá en octubre) y durante una visita a España grabó un álbum acústico junto a su grupo.

Definitivamente, el parate de Sonic Youth despertó al compositor que Ranaldo sólo mostraba en cuentagotas en la banda. “Ha sido un desarrollo muy interesante y sorprendente”, acuerda. “Aún creo que es experimental en algún modo, porque durante mi larga historia con todas las cosas que he hecho, esta situación siempre estuvo en alguna parte de mi mente. Mis esfuerzos como compositor siempre estuvieron junto con los otros tres en Sonic Youth. Es raro cómo se desarrollan estas cosas; no es algo que se pueda predecir: simplemente empezó a suceder. Y empezó antes de que Sonic Youth estuviera en cualquier clase de peligro: era un período tranquilo y comenzaron a aparecer canciones. Eso me llevó a interesarme en trabajar en canciones con estructura de tales, en juntar letra y música.”

Pero tus comienzos con la música fueron así.

–Es cierto, cuando era mucho más joven soñaba con ser cantante y compositor, pero mi situación me llevó por otros caminos con Sonic Youth. Y muy felizmente, claro: estar en una banda única y reverenciada no es algo que suceda a menudo. A pesar de eso, volver a la idea del cantante y compositor a esta altura de mi vida es interesante. Supongo que cuando era más joven no tenía la verdadera experiencia para hacer esta clase de música. Siempre me pareció que los cantautores que más me gustaban –gente como Bob Dylan, Leonard Cohen o Joni Mitchell– tenían almas viejas: era como si hubieran poseído conocimientos y sabiduría cuando eran muy jóvenes... Quizás a mí me haya llevado más tiempo llegar a una situación en la que siento que puedo presentar material así.

El disco anterior lo hiciste con amigos, una situación diferente a grabar con una banda con mucho rodaje.

–Así es. Muchos son los mismos músicos: están Steve (Shelley, baterista de SY) y Alan (Litch), John Medeski también grabó en el nuevo disco, y tenemos un nuevo bajista, Tim Luntzel. En el primer disco escribí unas canciones y les pedí a amigos que vinieran a grabar. En este próximo álbum, que me tiene muy entusiasmado, se nota más el trabajo de una banda que hizo muchos shows durante más de un año, que viajó un poco por el mundo y cuyos integrantes se conocieron más. El disco tiene una musicalidad más expansiva, más trabajo instrumental, más secciones con final abierto. Siento que este disco suena mucho más a banda y me parece un desarrollo cool desde el anterior...

¿Cómo surgió lo del disco acústico en España?

–Estábamos de gira allá y parte del tour implicaba ir a Marruecos para una performance muy especial en el desierto; pero una semana antes del concierto, todo se vino abajo, como suele suceder en Marruecos (risas). Entonces teníamos una semana libre en España y nuestros amigos y promotores de allí nos arreglaron trabajar en un estudio. Grabamos quince canciones; algunas de éste y otras del próximo álbum, más algunos covers que hacía rato que tenía ganas de hacer. Canciones de Bob Dylan, Neil Young, Sandy Denny... Además, en estos días mi placer es la guitarra acústica, especialmente para componer.

¿Qué tiene de diferente?

–No es diferente en muchos sentidos: siguen siendo seis cuerdas en un armazón de madera. Sin embargo, hay una intimidad... Con Sonic Youth siempre hablamos sobre que la guitarra eléctrica no terminaba en el instrumento sino que se prolongaba en el amplificador y en los sonidos que podías hacer. Siempre creamos texturas complejas y material musical con la guitarra eléctrica y amplificadores, involucrando el feedback y demás. Pero esos elementos también están en la acústica, sólo que con más pureza y más claridad en el sonido. Ahora que trabajo más con el formato canción que con música experimental, me doy cuenta de que disfruto de esa clase de claridad. Y también está la posibilidad de sentarte en el living y ponerte a tocar sin necesidad de aparatos ni pedales: sólo hace falta ese instrumento para tener una suerte de fábrica musical. Mi obsesión de los últimos años han sido las guitarras acústicas, las colecciono del mismo modo que antes coleccionaba eléctricas: tengo acústicas por toda la casa y el estudio en este momento. Cada una tiene su personalidad, del mismo modo que lo sentía antes con las eléctricas cuando salíamos de gira con veinte o treinta de ellas, porque cada una tenía su propósito.

Ranaldo nunca fue de quedarse demasiado tiempo quieto: durante buena parte de su historia junto a Sonic Youth armó proyectos experimentales, trabajó en performances combinadas con artes plásticas (con su esposa Leah Singer, sobre todo), editó diarios y libros de poesía y participó en grabaciones de otros artistas. Y eso no ha cambiado. “Estoy haciendo trabajos en artes visuales, tengo una muestra en Portugal...”, arranca. “Escribí una pieza bastante compleja para una orquesta de cuerdas berlinesa, que se estrenó hace unas semanas en Holanda: es un trabajo de cuarenta y cinco minutos basado en sonidos que grabé durante la tormenta tropical Sandy en octubre del año pasado. Lo que hice fue salir a la calle y grabar los extraños sonidos del viento y después los transcribí para orquesta de cuerdas. Así que sigo trabajando en muchas áreas, aunque debo decir que la banda y la idea de componer es por lejos lo que más me interesa en este momento.”

O sea que no tenés mucho tiempo para extrañar a Sonic Youth.

–¡Es verdad! Obviamente, Sonic Youth es una entidad que continúa... Estamos pensando en lanzamientos de archivo, como el Smart Bar Chicago 1985 que publicamos hace poco. Y también queremos que vuelva a estar disponible buena parte de nuestro material que está descatalogado porque expiró el acuerdo con Geffen-Universal. Queremos relanzar los discos anteriores a Geffen Records, desde el principio hasta Daydream Nation. Y hay conversaciones sobre armar un box set con los SYR (N. del R.: grabaciones experimentales publicadas de forma independiente). Por mi parte, y creo que también es el caso de los demás, estoy felizmente ocupado con lo que estoy haciendo. Todos estamos interesados en lo que puede hacer cada uno.

Pero la pregunta sobre el futuro de Sonic Youth siempre quedará pendiente, aunque sea desde afuera de la banda.

–Seguro. Hablo regularmente con todos, pero no creo que ninguno tenga en absoluto planes para Sonic Youth en mente. Y no me parece que esta situación vaya a cambiar en los próximos años. No me gusta decir “nunca” a esta clase de cosas, me parece una tontería cuando alguien dice “nunca voy a volver a tocar con este tipo” y diez años más tarde están juntos sobre un escenario. Pero ahora cada uno está trabajando en lo suyo.

Post flogger

Quienes siguen a Lee Ranaldo en Twitter y Facebook ya están acostumbrados a que el guitarrista sólo postee imágenes tomadas con Instagram. “Es mi medio social favorito porque es el más simple y poético, y no hay demasiadas palabras”, explica. “Si me meto en Facebook, tres horas después me despierto y me pregunto qué hice en todo ese tiempo. No soy muy fan de que Instagram haya empezado a poner peliculitas, me gusta el aspecto poético y puro de que posteás una foto y la gente responde a ella. Por eso el último disco estuvo lleno de fotos sacadas con Instagram. Para mí es una manera de continuar con la idea de ‘diarios’ de mi vida: he escrito mucho material así, incluso publiqué algunos. Me parece una ventana interesante a la vida de alguien; me gusta leer memorias y diarios ajenos. Instagram es como la foto del día, el reporte diario, y eso me inspira.”

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