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Jueves, 19 de septiembre de 2013

PILOTOS EN SU PROPIA TORMENTA

Cómo me gusta la noche

 Por Juan Barberis

Este cuarteto ve que “hoy el rock aparece marginado”, así que se despachó con un disco tóxico y fiestero lleno de canciones excedidas y urgentes.

n“Alegría, fiesta, arengue... ¡un poco de sangre, muchachos!”, grita con los colmillos afilados Franco Boiero, bajista de Pilotos, banda de veinteañeros curtidos al calor del rocanrol más clásico y agitador, que desde 2011 viene ajustando una propuesta tóxica y fiestera, con canciones –siempre construidas sobre riffs a lo Richards-Wood– que hablan de noche, chicas y excesos. Y ellos, desde su debut editado este año, no demuestran interés por ocultar su ADN stone: ahí están en la foto de portada, como unos Ratones Paranoicos en tiempos de Los chicos quieren rock. “¡Es que nos encantan los Ratones!”, aclara Facundo Iñigo, guitarrista y cantante. “El disco ya es pretencioso, entonces también desde la tapa queríamos que representara un poco eso. Hoy que aparece bastante marginado, está bueno seguir bancando al rock.”

A Iñigo y Boiero todavía se les carga el cuerpo de ansiedad cuando hablan de la génesis del grupo, allá por enero del 2011. Se conocieron en la sala de ensayo que compartían Ríspico y Boiero (los proyectos en los que participaban), se hicieron amigos y empezaron a digitar su propio proyecto. “No nos habíamos ido a ningún lado de vacaciones, así que para pasar el tiempo nos juntamos a tocar”, cuenta Facundo. Partiendo desde la urgencia, Pilotos empezó aún sin canciones ni formación completa, y a los dos meses ya estaban debutando en Makena sin resto ni para un bis. “Empezó muy rápido. Queríamos hacer una banda de rock and roll. Escuchábamos mucho Ratones, The Who, Rolling, Pistols, y nos salió componer eso.”

Cuenta Iñigo (hermano de Mecha y por lo tanto cuñado de Charly García) que una noche después de un show de Ríspico, estando borracho, lo encaró a Manu Quieto –de Mancha de Rolando– y le martilló la cabeza: tac, tac, tac. “‘Vamos a tocar, vamos a tocar’, le decía yo. A los días me agregó al Facebook y pegamos muy buena onda. Le mostré un par de temas grabados de un ensayo y nos dio dos días para grabar en su estudio (Del Cielito).” Con Pato Troncoso y Guido Colzani de Banda de Turistas alrededor, Pilotos (que se completa con Santiago Tato en guitarra y Tomás Ohanian en batería) le dio forma a un álbum crudo, directo y sin artificios, siguiendo la tradición stone como una cruza entre los Ratones, Viejas Locas y Turf. “Crecimos cuando estaba sonando una generación de buenas bandas de rock”, apunta Franco. “Pero después, por esas cosas de la vida, desaparecieron. Así que cuando nos juntamos reunimos todas esas influencias y salimos a tocar. Hacemos esto porque la queremos pasar bien y que de un show nuestro te puedas ir lleno de energía. ¡Hagamos algo con la noche! Faltaba eso.”

En poco tiempo, los shows de Pilotos –que completan una propuesta visual calculada al detalle y que recupera la estética de bandas como Ramones, The Who o Tequila– ya se caracterizan por un desenfreno arrogante y un creciente público femenino que parece aportarles otro aditivo extra a sus dosis de guitarras calientes. “Eso está bueno, porque atrae a los chabones”, analiza Boiero. “A las minas les gustan el sexo, las drogas y el rocanrol. Son chicas a las que les cabe la noche y la fiesta. Así que al que le guste la fiesta que venga a ver Pilotos. ¡Diversión asegurada!”

* Sábado 21 en el 9º aniversario del sello Estamos Felices en Samsung Studio (Pasaje 5 de Julio 444). Desde las 20 con Humo del Cairo, Yataians, Hablan Por La Espalda y Los Hermanos Paradise.

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