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Jueves, 21 de noviembre de 2013

MATíAS AGUAYO LA ROMPE CON THE VISITOR

Gol de visitante

El DJ hijo de chilenos exiliados en Alemania es figura de Kompakt Records y uno de los productores de sangre latina más reputados de la electrónica.

 Por Yumber Vera Rojas

“Tengo mucho pasado porteño”, afirma Matías Aguayo, al otro lado del teléfono, desde Berlín. Y es que antes de que se convirtiera en el enfant terrible del sello de culto alemán de electrónica Kompakt Records, con el que se reveló como uno de los hacedores más frescos del dance actual, el productor y DJ chileno ya curtía las pistas de baile del under local. Al punto de que Ay ay ay (2009), su segundo álbum, es en parte consecuencia de sus aventuras en esta orilla del Río de la Plata. No obstante, tras su actuación en el Personal Fest de 2011, el artista de 40 años regresa al país para presentar The Visitor, su más reciente trabajo de estudio, que sacó adelante gracias a la pequeña ayuda de sus amigos: sus compatriotas Jorge González y Alejandro Paz, el canadiense Deadebeat, la venezolana Aérea Negrot y Juliana Gattas de Miranda! Con compinches así, ¿a quién le pueden salir mal las cosas? “Juliana fue la primera que participó, porque esa grabación fue una de las primeras, de la época de Ay ay ay. A lo largo de este tiempo, compilé grabaciones, y las pasé por un filtro novedoso.”

Hijo de inmigrantes chilenos que llegaron a Alemania luego de que Pinochet los obligara al exilio, refleja en The Visitor su condición de trotamundo. “Siempre fui un visitante, lo viví desde chico”, reconoce el exponente austral. “Aunque también dejo de manifiesto en este álbum los cambios que viví desde que empecé a viajar gracias a la música. Si bien la situación musical me llevó a estar de paso todo el tiempo, al mismo tiempo la siento pasiva porque la interacción con otros artistas permitió que ellos fueran los visitantes de mis canciones. Me costó mucho encontrar el nombre del disco, pero sabía que en cualquier momento iba a aparecer.”

Incluso la gran cadencia percusiva que desborda esta producción es una consecuencia de sus rebotes por el mundo: “Mis padres vivieron en el Perú, donde entré en contacto con el landó y otros estilos afroperuanos. Con el tiempo, muchos de los temas populares de allá de pronto fueron hits en países como México, en el que tuvieron una relectura guarachera o tribal. Me interesaba transformar esos ritmos a algo electrónico”.

The Visitor es también un álbum en el que el artista (que en el ínterin de la grabación prestó su voz para el hit Ice Cream, de la agrupación neoyorquina Battles) se vio motivado a armar, por primera vez, un grupo. “En el show de Buenos Aires me estará acompañando el grupo Mostro, con el que siempre quise colaborar. No obstante, al momento de pensar en una banda, no lo hago desde un lugar retro sino moderno. Y con esto no quiero decir que no desee ser más DJ, pues me sigue gustando, pero ahora estoy haciendo canciones y uno las puede presentar de otra manera”, asegura Aguayo, quien tuvo en su paisano Alejandro Paz, productor y DJ que la está rompiendo en el circuito housero, a su mano derecha en la realización del repertorio. “Cuando hice Ay ay ay, me di cuenta de que podía cantar las frases rítmicas, lo que disparó la idea de hacer otros arreglos o acentos diferentes de los que había programado. Y en ese proceso fui abandonando la pantalla de la compu, porque en todos los programas de música uno trabaja de izquierda a derecha, y no creo que esta música se mueva de tal manera.”

Si pasaron cuatro años entre Ay ay ay y este tercer disco de estudio fue porque en el medio Aguayo se casó con su novia mexicana y porque le puso fichas a su sello, Cómeme, que reveló al mundo a artistas latinoamericanos del temperamento de Rebolledo o de la dupla argentina DJs Pareja. “Es algo bonito porque es único. Hay una lectura oficial anglosajona de cuáles son las tendencias musicales del siglo XX. Lo que nos convierte en outsiders, pues es difícil que acepten mi discurso y el del resto de los exponentes del sello debido a que ofrecemos una propuesta que escapa de lo que es la música o ficial hoy. Así que sólo contamos con el apoyo de Internet y de nuestros amigos, por lo que, más que una disquera, nos consideramos una plataforma para los que no consiguen entrar en ninguna parte.” Así que el artífice chileno lanzó su desafío de definir la cultura latina del siglo XXI: “Si canto en español y en inglés es porque salió de esa forma. Hasta parece una provocación. Lo interesante en este momento es no censurarse a uno mismo. Debemos desprendernos de las etiquetas y nacionalidades, porque la vida es demasiado corta”.

* Domingo 24 en la edición internacional de Undertones en Niceto Club (Niceto Vega 5510). Desde la medianoche.

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