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Jueves, 28 de noviembre de 2013

EL COMBO DOOM DRONE CANADIENSE EN BUENOS AIRES

Tierra de Nadja

En apenas una década, el matrimonio extremo de Aidan Baker y Leah Bukareff publicó más de veinte ediciones de una música única, surrealista y bella.

 Por Julio Nusdeo

El guitarrista canadiense Aidan Baker formó Nadja en 2003, con la idea de distanciar cierto material nuevo de su repertorio solista anterior. La respuesta a cómo hacerlo devino tanto por deletrear su nombre a la inversa como por el título de la novela autobiográfica del padre del surrealismo, André Breton. “Quería que el nombre se relacionara con mi trabajo en solitario, pero de un modo diferente. Y cambié la I a una J con el fin de hacer referencia al personaje del libro de Breton”, explica. En 2005 Leah Bukareff, su actual pareja, se incorporó al bajo y contribuyó a trasladar a Nadja –hasta entonces era un experimento de estudio– a los escenarios. Se mudaron a Berlín, donde concibieron la idea de llevar a Nadja a tantos lugares como les fuera posible, con ediciones caseras o en pequeños sellos.

Influenciado tanto por la ciencia ficción de J. G. Ballard como por grandes figuras de la experimentación, como Rhys Chatham y Glenn Branca, o bandas no wave punk como Swans, la música que Baker hace bajo su propio nombre y la de Nadja podrían sonar similares desde el lugar en que ambas se basan en sonidos ambientales. Pero el trabajo solista le da “libertad para experimentar con géneros y estilos”, mientras que Nadja tiene un sonido y una estética bien definidos. Lo de Nadja es drone; zumbidos producto de distorsiones y saturaciones que se imponen y superponen hasta el punto en el que la música se vuelve electricidad iridiscente, como una nube a través de todo el espectro auditivo, creando ambientes shoegaze en los que confluyen voces guturales, electrónica, psicodelia y doom metal.

Basta saber que con más de 20 discos editados entre lps, eps y splits, en 2009 reeditaron su álbum Thaumogenesis (2007), que consta de un solo track de una hora de ambient, experimentación y noise. A través de su propio sello, Broken Spine Productions, han editado gran parte de la bajada creativa de ambos miembros, textos literarios de Baker y álbumes de tiradas ultrachicas en cd grabables. Y todo eso en apenas una década.

Han regrabado álbumes enteros que en principio fueron editados en CD-R, ¿cómo ha sido ese proceso para ustedes? ¿Cambiaron cosas específicas?

–Todos las ediciones en CD-R se registraron en una portaestudio Tascam de cuatro pistas digitales. Ahora usamos Cubase en la computadora durante la grabación, por lo que la producción es mucho mejor. Eso, y una mayor disponibilidad, ya que las ediciones en CD-R fueron limitadas a 100 copias, son nuestros principales motivos para regrabar aquellos discos.

Su sonido es notablemente particular, ¿qué tipo de equipos usan en vivo?

–Yo uso una guitarra eléctrica Kramer de 6 cuerdas, una mixer de 4 canales Behringer, un delay/loop Akai Headrush, una multi-efectos Zoom, delay digital Ibanez, distorsión/overdrive Boss, chorus Boss, overdrive Profile, un módulo de batería Alesis D4 en conjunto con un reproductor minidisc (para loops de batería). No uso amplificador, por lo general voy directo a línea. Leah toca un bajo Yamaha, con una distorsión de bajos y un delay digital Boss, y un amplificador Ross.

* Aidan Baker, Fiend y Pure Shit tocan el martes 3 de diciembre en Mi Casa, Agüero 787. A las 20. Y Nadja el miércoles 4 en El Zaguán, Moreno 2320. A las 20.

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