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Jueves, 1 de mayo de 2003

BLUR EMPIEZA DE NUEVO, SIN GRAHAM COXON

Segunda vuelta, man

La banda símbolo del britpop de los ‘90 da un nuevo paso hacia adelante. Think Tank aparecerá este lunes en todo el mundo, con una ausencia notable: la de su guitarrista de siempre. Buen momento para hablar del presente y futuro de Blur, pero también del pasado: un libro recientemente editado en Inglaterra reconstruye los días de gloria de Albarn y Cía.

TEXTOS Y TRADUCCION: ROQUE CASCIERO

Dave Rowntree está convencido de que Think Tank, el séptimo álbum de Blur, es lo mejor que él y sus compañeros hicieron en toda su historia. “Tiramos el libro de reglas y nada estuvo fuera de los límites”, asegura el baterista de Blur en conversación telefónica con el No. “Cualquiera que tuviera una idea era más que bienvenido a contribuir. Eso puede sonar como el modo obvio de trabajar, pero en el pasado no lo fue, en absoluto. Creo que tener una excusa para tirar todo lo viejo y empezar de nuevo fue una experiencia liberadora para nosotros.” Rowntree exagera: Think Tank carece de la frescura de otras épocas del grupo insignia del período britpop y hay canciones que lucen forzadas a parecerse a aquel Blur. Sin embargo, se trata de un buen disco en el que los tres miembros que quedaron en la banda se las componen para mostrar nuevas facetas. Una, en especial, llama la atención porque era difícil de imaginar en estos supuestos dandies por-siempre-jóvenes: la madurez. Pero a todos les llega.
Nadie llega a ese estado sólo porque le pasan los años sino porque la vida acarrea dolor, problemas, angustia... y también felicidad. Para Blur, los últimos años han tenido un poco de todos esos ingredientes. Damon Albarn, su cantante y líder, convirtió a su proyecto paralelo, Gorillaz, en un éxito millonario; publicó un álbum con música de Mali y otro con las primeras grabaciones de calypso en el Reino Unido a través de un sello propio; fue padre; y alzó la voz junto a Robert Del Naja (Massive Attack) contra la guerra que perpetraron Bush y Blair. El bajista Alex James abandonó la bebida y se interesó por el yoga. Rowntree, el más estable del grupo, se convirtió en un avezado piloto de avión. Con el panorama suficientemente alterado y en medio de las grabaciones de Think Tank, llegó el terremoto: el guitarrista Graham Coxon, considerado por muchos el genio musical de Blur, dejó de ser miembro de la banda. Se dice que tuvo que internarse en una clínica de rehabilitación por problemas con el alcohol y el estrés. Pero su salida y los motivos no están para nada claros. En una entrevista publicada en caliente por la revista Q, Coxon dijo que lo habían echado (ver aparte). Cuando se le menciona el tema a Rowntree, es como si a su voz le cayera encima un granizo. Su respuesta no podría llegar en un tono más seco: “Nadie echó a Graham, él se fue”.
–Pero él dijo lo contrario...
–Bueno, lo único que puedo decir es lo que estoy diciéndote. Podés escribir lo que quieras, pero si me preguntás a mí, voy a decirte lo que quiero. Sentite libre de publicar lo que quieras, pero si me preguntás a mí, voy a darte la respuesta real.
–En ese caso, ¿les dijo por
qué abandonaba la banda?
–No sé. Si querés las opiniones de Graham, vas a tener que pedírselas a él. No quiero hablar por él. Vos leíste un artículo con sus opiniones, así que te sugiero que las tomes de ahí.
–Pero, ¿fue extraño grabar
un álbum sin Graham?
–Sí, fue muy raro y también muy molesto tener que pasar por eso. Antes nadie se había ido de Blur y una de las cosas de las que nos sentíamos orgullosos era que siempre permanecíamos juntos y que las cosas duras de estar en una banda siempre nos unían para ir hacia adelante. Así que fue un shock cuando él se fue. Nos hizo preguntarnos si debíamos seguir o terminar con todo. Lo que decidimos fue intentar trabajar durante algunas semanas y ver qué pasaba, si todavía nos divertíamos. Si no, nos hubiéramos separado. Pero resultó que nos divertimos mucho. De hecho, fue la mayor diversión que tuvimos en mucho tiempo, porque la partida de Graham nos hizo pensar por qué estábamos haciendo esto.
–Hubo muchos rumores acerca
de que la banda se separaría.
¿En algún momento pensaste en conseguirte un nuevo trabajo?
–Siempre hay rumores. En la última entrevista que hice me preguntaron si íbamos a separarnos después de este disco (se ríe). Siempre habrá rumores. ¿Qué puedo decir? Algún día nos separaremos, pero no vamos a decirle a la gente: “Sí, en el futuro pensamos separarnos”. Lo extrañosería que no nos separáramos, en realidad. Es como una obsesión mórbida que la gente tiene con Blur y no estoy muy seguro de lo que eso dice de nosotros.
–Bueno, Damon tuvo muchísimo éxito con Gorillaz, Graham no está en la banda... Alguna base había
para los rumores, ¿no?
–Eh... ¿Qué puedo decir? Todavía estamos aquí. No voy a decir que no se nos ocurrió separarnos, pero decidimos darnos una oportunidad y ver si nos divertíamos. Y seguiremos hasta que ya no nos divirtamos, hasta que no podamos hacer canciones o hasta que no podamos soportar la compañía de los otros. Pero creo que ahora estamos más fuertes que nunca.
–¿Cómo están las relaciones
entre ustedes?
–Mucho más maduras. En el tiempo que pasó entre que hicimos el disco anterior y éste, todos hicimos varias cosas y cambiamos un poco como personas, lo que nos ayudó a tener una actitud más madura con respecto a ser parte de una banda.
–¿Qué tal fue la experiencia
de tocar en vivo con un guitarrista reemplazando a Graham
(Simon Tong, ex The Verve)?
–Lo que sucede es que el reemplazo para Graham terminaron siendo un guitarrista, tres coristas y un percusionista. Eso demuestra la importancia que tenía Graham en Blur. El es un músico extraordinario y casi irremplazable. Por eso, en lugar de intentar reemplazarlo, lo que hicimos fue cambiar la banda. Era lo único que podíamos hacer, porque no podemos encontrar otro Graham: sólo existe uno.
–En este disco, ustedes eligieron diferentes opciones para ornamentar las canciones: una orquesta marroquí, cuerdas, electrónica. Dijiste que tuvieron que tirar el libro de reglas. Entonces, ¿este Blur es una nueva banda?
–No. En muchos sentidos, este álbum ha sido como comenzar de nuevo, pero obviamente no somos una banda completamente nueva porque hemos tocado juntos durante más de quince años. Como durante ese tiempo desarrollamos nuestra capacidad para tocar y varias técnicas de grabación, fuimos capaces de comenzar de nuevo con un proceso de grabación diferente y conseguir un buen disco.
–Con todo lo que pasó, ¿se sintieron
presionados durante la grabación?
–Sí, porque teníamos que hacer el mejor disco de la historia de Blur. Teníamos que hacer un disco sensacional, porque si no la gente empezaría a decir: “Blur no es bueno desde que se fue Graham”. Estábamos muy conscientes de ese peligro. Sentimos que si este nuevo Blur no es mucho mejor que en los discos anteriores, la gente va a despreciarnos.

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