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Jueves, 13 de febrero de 2014

LA HUMILDAD DE JAY BENTLEY, DE BAD RELIGION

“Nos veo como una banda de punk-rock chica”

El bajista y fundador habla de su último disco, sus canciones navideñas, los consejos de Tom Waits y su aparición en el videojuego de Tony Hawk.

 Por Julio Nusdeo

“Tengo mi propia idea de lo que significa estar en Bad Religion: si no podés desafiar las convenciones y a tus propios fans, entonces sos sólo una banda normal. Y nunca fue cuestión de encajar sino de hacer nuestras cosas por fuera de lo común.” Palabras de Jay Bentley, bajista fundador de Bad Religion, que resuenan al teléfono y quizás acierten en lo llamativo que resultó que tras haber editado True North, su álbum número dieciséis, a comienzos de 2013, sacaran en noviembre el EP Christmas Songs. El título no da rodeo al asunto: son nueve canciones navideñas. “Siempre jodimos con la idea”, cuenta Bentley. “Y en la sala, mientras grabábamos True North, insistimos tanto que salió.” Podría pensarse que Bad Religion buscaba hacer una jugada ácida sobre el consumismo desenfrenado o cualquiera de los muchos puntos criticables de la festividad de las compras, pero no: “No fue irónico. Ya grupos como The Vandals o NOFX han hecho eso con canciones infantiles de Navidad. Pero quisimos hacerlo en serio, elegimos algunas canciones e himnos tradicionales”. A los fans no les gustó, pero el bajista ríe de eso: “Lo que más disfruté fueron las razones. Nadie dijo que las canciones eran malas, ¡estaban buenísimas! No les gustaron porque éramos nosotros haciendo canciones de Navidad, y no sabían qué pensar... lo cual me pareció brillante”.

En cuanto a las nuevas composiciones de la banda formada hace 34 años por Bentley, el cantante Greg Graffin y el violero (y fundador del sello Epitaph) Brett Gurewitz, la consistencia de True North es irrefutable. De tempo ágil y momentos rifferos como Land of Endless Greed o Dharma and the Bomb, mantiene el espíritu hardcore melódico que caracterizó sus discos emblemáticos Suffer (1988), No Control (1989) o Recipe for Hate (1993).

La dirección de cómo mantener la honestidad en las canciones vino de cierta autocrítica de su álbum anterior, The Dissent of Man (2010). “No es que no estuviéramos felices cuando salió, pero sentimos que estábamos lejos de nosotros mismos. Tiempo después, Brett entró un día a la sala y dijo que había estado con Tom Waits, que había sacado un disco fantástico (Bad as me) y le dijo a Brett: ‘El secreto es poner un límite de tiempo en las canciones. Si te toma seis minutos cerrar una idea, pegate un tiro. La canción tiene que estar cerrada en dos minutos. Punto. No es joda’. Brett compartió eso con Greg, y fue el principio de la idea acerca de cómo iba a ser True North: muy preciso y con canciones de dos minutos.”

Contaron que cuando sacaron su primer EP lo pusieron en consignación en todas las tiendas de discos y locales de skate. ¿Cuán habitual era la idea de vincular ambos mundos en aquel entonces?

–No era algo frecuente, para nada. Cuando sacamos ese EP, Bad Religion, donde yo vivía había un local de tablas de skate. Uno solo. Y no querían oír de qué carajo se trataba el punk rock, ja ja ja. Las bandas esperaban sellos que las descubrieran, ficharan y editaran, que hicieran todo el trabajo. Nosotros dijimos: “¡Al carajo! Vamos a hacerlo nosotros, porque no nos van a fichar, somos malísimos”. El factor conductor de Bad Religion cuando empezamos fue gente diciéndonos “No” o “No pueden hacer eso”. Nos volvíamos locos y contestábamos: “Ah, ¿no? Te voy a mostrar que sí”. Era nuestro motor. Así ocurrió que Brett y yo estábamos en una disquería y nos preguntamos cómo conseguiríamos que la gente mire el disco. Eramos chicos de dieciséis años de pronto involucrados en marketing. Así que fuimos y diseñamos una tapa desplegable, algo fuera de lugar para un EP, y luego hicimos un 7 pulgadas en 33 rpm y no en 45 rpm. ¿Quién carajo hace algo así? A las tiendas de discos les encantó; pensaron que estábamos locos.

En una entrevista hablaste del empujón de popularidad que les generó en 2000 la aparición del tema You en el videojuego Tony Hawk’s Pro Skater 2.

–En mi imaginación, You no era una canción tan vieja cuando salió el juego. Pero conozco a la gente que compró ese disco (No Control), sé quiénes son. ¿La gente que compró el Tony Hawk’s Pro Skater 2? No tengo idea en absoluto. Ponele que son skaters, pero en una gran generalización de 8 a 20 años, y no es gente ligada a la cultura de la patineta sino a la de los videojuegos. Al día de hoy sigo escuchando personas que me dicen: “La primera vez que los escuché fue en ese juego de Tony Hawk”. De pronto gente que no estaba ligada a Bad Religion tuvo posibilidad de escucharnos.

Desde aquí uno imaginaba que para entonces su popularidad era masiva.

–Quizá la impresión de la banda desde afuera sea más grande que desde adentro. No creo que alguna vez hayamos tenido algún éxito comercial. De hecho, siento que todavía somos unos tipos del Valle que practican en el garaje de la madre de Greg. Hemos hecho esto por 34 años, y nunca pienso en nosotros en términos de popularidad. Nos veo como una banda de punk–rock chica, y cada vez que subo al escenario siento la necesidad honesta de tocar fuerte y bien de verdad, y ser como las bandas que crecí viendo, como Black Flag y Circle Jerks. Cuando tenía 15, veía a Fear sobre el escenario y eran aterradores. Amaba eso.

* Jueves 13 en el Estadio Cubierto Malvinas Argentinas, Gutenberg 350. Desde las 18 con Expulsados y Cadena Perpetua.

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