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Jueves, 24 de abril de 2014

LAS MANOS DE FILIPPI AGITAN DESDE EL MARGEN

“Usar metáforas es darle changüí al sistema”

A ellos no se las contó nadie: llevan 22 años de canciones y militancia. Su nuevo disco, Marginal y popular, colapsó las vías de descarga gratuita en LasManosDeFilippi.com. ¿Puede un estribillo agudizar, de una maldita vez, las contradicciones?

 Por Mario Yannoulas

Fue un choque casual de supermercado. A la manera de un modesto Big Bang criollo: Guido Durán, bajista de Agrupación Mamanis, se topó entre góndolas con el animal de radio Lalo Mir y lo invitó a presentar a la banda, que por esos días tocaba en Niceto. “Todavía existía Agrupación Mamanis, y no había ninguna panchería Nac&Pop”, rebobina el trompetista Pecho Anzoátegui. “En la charla antes de salir, Lalo, que siempre fue fan, dijo que el Cabra era la personalidad marginal y popular por excelencia del under. Es una contradicción, como un ‘ahora después’, y nos quedó.” Un tiempo más tarde, Las Manos de Filippi, banda hermana por excelencia de aquel combo bizarro y paratropical, se apropió del concepto para bautizar su nuevo pequeño universo de once piezas: Marginal y popular. “El nombre se lo puso, sin saberlo, Lalo Mir”, redondea Pecho.

El Cabra volvió hace no mucho de su excursión por Colombia, donde fue invitado a participar del foro Arte y Cultura para la Paz. “La experiencia del narcotráfico y la guerrilla les quedó muy marcada, a cualquier protesta la tildan de guerrillera y reprimen sin dudarlo. Eso demuestra que el foco armado no es la solución”, otorga el cantante. Pero, finalmente, los integrantes de Las Manos de Filippi se vuelven a conchabar en el bunker de Villa Crespo. Rodean la mesa, destapan una gaseosa y, mientras dura la charla con el NO, posan la mirada sobre su más reciente criatura de estudio, que todavía necesita trabajo de parto. “¿Lo vamos a masterizar? ¿Cuánto sale un mastering?”, consulta el saxofonista Charly Bardon. “Hay que averiguar”, repone, cansino, Gaspar Benegas, a punto de viajar a Gualeguaychú como guitarrista del Indio, y de completar su trabajo como co-productor del disco junto a Damián Torrisi, otro miembro de la troupe Solari (se encarga de las programaciones en vivo).

“En diciembre del año pasado pautamos una fecha en Vorterix, y Mambrú, el manager, dijo que para ese momento había que presentar un disco nuevo –explica Charly–. Apenas teníamos las canciones precompuestas. Ahí entró Damián a la producción y ciertos temas viraron, se coloreó un poco todo, de repente nos sorprendimos tocando música disco y otras cosas. Fue un trabajo contrarreloj, había temas que estábamos terminando de maquetear mientras otra parte de la banda armaba para empezar a grabar, no había tiempo para cuelgues ni errores. En el medio, los cortes de luz: leíamos las partituras a la luz de las velas, tipo Beethoven.”

¿Hay algún concepto general?

Cabra: –Es un disco bien de Las Manos, pero al estar tan bien producido se disfruta más que nunca eso que tenemos, de pasar de un estilo a otro.

Hablando del título, ¿se siguen pensando como una banda marginal?

Cabra: –No quisimos hacer un culto de lo marginal, es algo chistoso que da para jugar con lo “nacional y popular”, o para imaginarse cosas que ni sabemos cuáles son.

Pecho: –Sin jactarnos de eso, sabemos que estamos en el margen. Pero cada uno tiene su respuesta. Para mí, cuando uno se delimita, inevitablemente está en el margen de algo.

Cabra: –Aprovechamos esa marginalidad para poder hacer lo que queremos. Y lo que creemos que la gente espera.

En Van por el oro hablan del maquinista del Sarmiento, ¿les preocupa perder trascendencia en manos de la coyuntura?

Pecho: –Esa es una contradicción muy generalizada dentro del ambiente artístico. El tango describe cosas de su época... El tipo que más trascendió fue el que no tenía idea de que su obra iba a trascender: el que hizo las pinturas rupestres. Nos enteramos de cómo vivían por eso.

Cabra: –En Colombia es donde más pegó Sr. Cobranza y no tienen ni idea de Menem, Cavallo o Norma Plá. Aunque parezca un estilo que no da para volar, se puede imaginar, porque el que no conoce a Menem sabe que sería uno de ellos de ahí. Que se nombre algo de la actualidad no significa que el tema no pueda servir dentro de veinte años.

Gaspar: –Esa idea se instaló cuando el arte contestatario tenía que ser metafórico porque, si no, te caían. Si nombrás a un político de ahora, no vas a sonar en un montón de medios, pero tampoco te jugás la vida, tenés libertad de expresarte. Es como una piña en la cara, lo entendés de una, la canción te dice qué hizo tal o cual, no habla de los dinosaurios, porque ya no es necesaria la metáfora.

Cabra: Además, al ser el rock una música popular, y al no haber persecución política a la vista porque no hay dictadura, seguir con un tono tan poético es darle un changüí al sistema. Nosotros corremos ese límite y tratamos de meterle el dedo en la llaga al presente. La música tiene que generar cosas, así sea un tema de amor o humorístico.

Mantuvieron una estética lírica y musical durante mucho tiempo, ¿sienten que pueden influir sobre bandas nuevas?

Cabra: –Nuestro mensaje nunca fue “denunciemos, hagamos canciones de protesta”. Sí, en todo caso, marcamos un camino al defender la libertad de creación, les damos lugar al humor y la ironía además de la política, e insistimos para que el artista tome un rol militante como trabajador de la música. El luchar contra este sistema no es obligación del arte sino del artista. En ese sentido, veo que chicos como los de Salta La Banca y otras bandas nuevas se involucran en la lucha de clases.

Gaspar: –Hay bandas que cantan letras revolucionarias y son todo lo contrario. Después tenés a los pibes de Airbag, que son un producto de la industria, pero tienen mucho más compromiso político que otros. Está bueno hacer cosas mal vistas o prohibidas. Ahora, por ejemplo, hicimos una balada.

Pecho: –Ya hubo organizaciones de músicos, pero más bien como comunidades, en los ‘70. En los ‘90 no hubo nada, y después de Cromañón participamos de una generación de bandas con un nivel de conciencia distinta, y fuimos un poco punta de lanza de eso. Queremos concientizar a los músicos de que son parte de la clase trabajadora, pero me da vergüenza decir si influimos o no sobre tal o cual.

Cabra: –La idea es recuperar a los músicos como factor de lucha. Que no estén los obreros acá y los músicos por encima. Después, musicalmente, que cada uno haga lo que le parezca. No queremos excluir a los que por desgracia tienen que componer para Universal o Coca, la idea es aglutinar, ser amplios en la organización, que no participen sólo los músicos de protesta.

* Las Manos de Filippi presentan Marginal y popular el sábado 26 en Vorterix, Federico Lacroze 3455; a las 19.

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