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Jueves, 24 de abril de 2014

¡OTRO CASO DE EX PIBES PRODIGIO DEL ROCK!

No tan huevones

Eran amigos de la infancia y formaron Huevo. Qué pasa cuando el rock llega a tu vida antes que el acné.

 Por José Totah

Desde un galpón en la calle Nicolás Repetto, pleno Paternal, donde unos muchachos sueldan metales y apilan columnas de hierro, aparece un flaco con gorrita. Si no fuera porque un par de videos en YouTube lo delatan como el cantante del power-cuarteto de rock Huevo, podría pasar por un mecánico aburrido que sale a la vereda a tomar aire entre carburador y carburador. Julián Baglietto es una suerte de ex niño prodigio de la canción y, con 23 años, conoce a sus compañeros de grupo –todos músicos híper precoces– desde que tenía 12. Con Huevo, vienen de tocar en Cosquín y están presentando su primer disco, Las mil diabluras.

A ver, genetistas, ¿qué pasaría si se formara una banda con los hijos de músicos consagrados? ¿Algún gen asegura que los herederos serán igual de buenos? “Yo creo que ese experimento puede salir bien... o como el orto”, dice Julián Baglietto, que para el caso es hijo del cantautor Juan Carlos Baglietto. “Para mí, salió buenísimo”, define.

Lo que queda claro es que herencia familiar y la portación de apellido, que hasta puede cerrar más puertas de las que abre, resultó una buena olla para que Huevo lograra sus primeros hervores: el baterista Tomás Sainz es hijo de El Muerto Sainz –bajista de Baglietto padre– y fue profesor de música de la infancia de Sebastián Lans, guitarrista de Huevo. A su vez, el bajista de Huevo, Julián López Pisani, es hijo del escenógrafo de los shows de Baglietto. O sea que, antes de romper el cascarón, todos los Huevo corretearon por los camarines y los recitales donde trabajaban sus mayores.

“Nos dejamos de ver a los 12 o 13, y una década más tarde nos reencontramos”, cuenta Julián Baglietto, quien en los últimos años hizo más de 300 shows con el grupo de su padre, tanto en Capital como en las provincias. Pasó por el Luna Park, por los teatros Colón, Gran Rex y Opera, y hasta llegó a River junto a un ídolo teen, Agustín Almeyda, en la previa del toque de Miley Cyrus. ¿Más datos de precocidad poprocker? A los 12 años, Julián integró la banda infantil del programa Guinzburg & Kids, de Jorge Guinzburg. ¿Más? A los 19, Tomás Sainz empezó a tocar con Javier Malosetti, junto a quien grabó tres discos.

Toda esa experiencia seguramente hizo fuerte a Huevo, que con apenas un año y pico de recorrido ya debutó en Cosquín Rock y peló un sonido potente y original (con algo de gustito a Divididos, Charly García, Stevie Wonder y Rage Against the Machine), y hasta participó del homenaje a Spinetta en Tecnópolis (junto a Bersuit Vergarabat, Eruca Sativa, Rosal y Benito Cerati).

Un par de “prips” le llegan al celular; Julián atiende, se acomoda la gorrita, saluda y se vuelve al galpón, donde siguen soldando metales y columnas se mientras avanza la tarde.

* Huevo toca el domingo 27 en Niceto Club, Niceto Vega 5510, a las 21.

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Imagen: Diego Ortiz Mugica
 
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