Qué supone colocar un hit de la medida de Química es una pregunta que los integrantes de Banda de Turistas todavía no están en condiciones de responder. Hace ocho meses que esa pieza disco-pop que adelantó Lo que más querés, su cuarto disco, es todo un éxito genérico, capaz de musicalizar verdulerías y supermercados, spots, casamientos o discotecas, todo con su reminiscencia al sonido del Paradise Garage, la discoteca neoyorquina en donde se cocinó la transición de la música disco a la electrónica.

Por primera vez, la música de BDT rompió con el precinto de lo oculto y adquirió una dimensión realmente popular. “Es una nueva etapa, recién ahora estamos empezando a hacer las cosas en grande”, dice sentado en las oficinas de PopArt Tomás Putruele, cantante, guitarrista y autor de ese boom comercial que abrazó el número uno en radio y televisión durante diez semanas seguidas y que ahora parece servirle a su banda un panorama, al menos, diferente.

La historia de Banda de Turistas nunca resultó ser un cuento tortuoso, la típica lucha de perseverancia de un grupo que intenta sortear los escollos del mercado y el gusto popular en pos de su propia supervivencia artística. Más bien su camino siempre se dio a través de un andarivel angosto, pero nada despreciable. Desde su irrupción en 2008 con Mágico corazón radiofónico, su disco debut, esta banda de chicos apenas egresados de la secundaria seducía a la prensa especializada, era señalada por tipos consagrados como Adrián Dárgelos y se posicionaba como una revelación extraña y personal en plena efervescencia indie rock. Era una fórmula pop basada en el revisionismo histórico y la psicodelia, con un amplio bagaje musical que remitía a Babasónicos y Los Gatos, pero también a Donovan, Kinks y Syd Barrett, y que hoy, seis años y tres discos después, luce pulida y mejorada.

El tiempo pasó y no sólo se traduce en las canas de algunos de sus integrantes: los BDT tienen en Lo que más querés su trabajo más consistente y logrado, una síntesis completa de su obra, donde hay rock de riffs distorsionados, pop bailable, baladas psicodélicas y canciones de amor desesperado. “La idea era volver a los orígenes, pero cargando con todo el camino que recorrimos hasta ahora: habiendo grabado tres discos, un EP, girado por Latinoamérica, Estados Unidos, España y habiendo tocado en grandes escenarios, teniendo un panorama un poco más grande de las cosas”, indica Putruele. Y dice sobre el disco: “Es bastante completo. A nosotros nos gusta escuchar Riff y Michael Jackson, nos gusta escuchar Los Beatles y la música electrónica, así que dentro de nuestra ambición está eso: mostrar todo lo que nos gustaría que pase en un show de rock”.

Luego de editar Ya en 2012, su experimento más pop y bailable, producido por Diego Tuñón y Diego Rodríguez de Babasónicos, BDT acumuló en un año y medio casi 50 canciones, una base de reserva impensada para su habitual modo de trabajo. El primero que se topó con ese archivo fue Juanchi Baleirón, músico de Los Pericos y productor, que terminó eligiendo cuatro y finalmente trabajó sobre dos, Por qué será y Química, aportando su gratinado solvente de corte radial.

Más tarde, con Química en la calle abriéndole el camino por la puerta grande a un disco todavía inexistente, los BDT volvieron a las fuentes: convocaron a Tuta Torres –actual bajista de Babasónicos y productor del debut de la banda– y se pusieron a trabajar en su estudio, buscando discriminar material entre tanto archivo en bruto. “Trabajamos mucho en la composición, pero la grabación fue muy fugaz”, explica Bruno Albano, cantante, bajista y compositor. “Decidimos no ensayar, así que es un disco que está construido desde el éter, no se podía vislumbrar lo que iba a ser. Fue grabado constantemente, le dimos vida a la canción ahí mismo; creo que en eso somos buenos, en esa parte de la producción, y no tanto como músicos e intérpretes.”

Hasta el día de hoy, Banda de Turistas goza de un mejor pasar por fuera de la Argentina; en países como México, donde ya fueron once veces, tienen su público y forman parte de manera adoptiva de una nueva escena de bandas de rock como Enjambre, Rebel Cats y Comisario Pantera. Pero ahora, el éxito de Química parece otorgar al grupo una proyección inédita dentro de su propio territorio. “Lo que siempre buscamos es hacer música con un mensaje universal, que a todo el mundo le pueda gustar. Es un poco como lo hacían Los Beatles o los Rolling Stones”, dice Albano. “Ahora te ponen una bandera si sos mainstream o sos indie, pero nuestra idea es que el mundo, y la vida de uno, sea un poco mejor con nuestra música; y cuanto más gente la escuche, es mejor, nos hace madurar como artistas. Que Química haya sido un éxito lo vemos como una suerte de anzuelo o de trampa para que lleguen a conocer todo nuestro universo.”

A punto de presentar las canciones de Lo que más querés en La Trastienda Club, Tomás Putruele habla de revancha interna. “Creo que con este disco empezamos a superar eso de ser la novedad, de ser el grupo que llama la atención no por tener un éxito comercial sino todo lo contrario, por ser distinto a todo. Eso estuvo bien en su momento, pero ahora la idea era dar un paso más, demostrar que tenemos nuestra identidad y que esa misma identidad existe como para que todo el mundo pueda disfrutar de nuestras canciones”, puntualiza.

“Ahora termina de cerrarse el círculo de lo que queremos plasmar en cuanto a la música y el arte. Por ejemplo, siempre quisimos componer algo como Lo que más querés; de hecho pensábamos que ya lo habíamos hecho...”, agrega Bruno Albano con relación al tema que cierra el disco, una balada a piano que parece arrastrar un mensaje generacional con tono épico. “Pero ahora que ya lo hicimos, finalmente somos la banda que siempre quisimos.”

* Viernes 11 La Trastienda Club, Balcarce 460. Desde las 21 con Indios.