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Jueves, 4 de septiembre de 2014

A.C. NEWMAN, LA LOCOMOTORA DE THE NEW PORNOGRAPHERS

“Somos un puñado de punks tratando de escribir canciones clásicas”

Brill Bruisers, lo nuevo del clan canadiense, es otra muestra de buenas melodías con arreglos vocales sofisticados, pero entre medio hubo otro CD solista de A.C., investigaciones con iPads y complicaciones para reunirse.

 Por Roque Casciero

Si una banda en la cual dos de sus integrantes casi nunca están disponibles (porque tienen otros proyectos exitosos) y hasta su propio líder alterna discos solistas con los del grupo, ¿cómo se las arregla para sacar siempre álbumes de gran nivel, en los que la melodía y las buenas ideas resultan más importantes que los artilugios de moda? El combo canadiense The New Pornographers reúne esas características, pero trasladarle la pregunta a su cantante y compositor principal, Carl “A.C.” Newman, hubiera sido abrumarlo más que cuando tiene que salir a buscar a Neko Case (solista con peso propio) y Dan Bejar (Destroyer) para que graben o participen de algún tramo de las giras. “Más que manejar ese tema, con el paso de los años aprendí a aceptarlo”, dice el pelirrojo. “Pero siempre es difícil. Es una pesadilla tratar de juntar a todo el mundo, aunque de alguna manera lo hemos resuelto. Es simplemente mi destino: no puedo luchar contra eso, lo único que puedo hacer es aceptarlo.”

Pero, ¿te gustaría que la banda funcionara de un modo más “común”?

–Sería lindo, pero, ¿para qué esperar cosas que no van a suceder? Es como ilusionarse con ganar la lotería, ja ja.

¿En algún momento te planteaste tirar la toalla por esas dificultades?

–No, porque siempre fuimos una banda relativamente part time. Entonces, cuando me harto de la banda, simplemente paro y me dedico a otra cosa. Por ejemplo, saqué discos solistas en 2009 y 2012 (Get Guilty y Shut Down The Streets), eso es un buen indicador de que fueron años en los que estaba harto de estar en una banda. Cuando trabajo solo, todo es más simple. Pero los New Pornographers son maravillosos, es una gran plataforma. Cuando escribo canciones, es fantástico tenerlos ahí y saber que la canción va a ser escuchada. Porque sé que hay fans de la banda ahí afuera y que van a querer escuchar los temas. Estoy muy agradecido por eso.

¿Y en términos de creatividad y cómo canalizarla?

–Es diferente, porque hay muchas más influencias. Y eso está bueno porque significa que hay más ideas. Además, a veces está bueno ser la persona a cargo de la música, pero en otras es mucho más divertido estar con los demás y las cosas con las que contribuyen. En este momento estoy disfrutándolo mucho: ya que terminamos este disco, me gustaría empezar a grabar otro lo más rápido posible.

“Este disco” es el flamante Brill Bruisers, que desde su título remite jocosamente al Brill Building, la factoría de hits de Nueva York en los años ‘50 y ‘60. “No creo que mantengamos esa tradición, pero sí me inspira”, define Newman. Pienso en mí más como compositor de canciones que como performer o estrella de rock. Siempre he sentido la cercanía con los compositores y me gusta sentir que de algún modo continuamos esa tradición. No sé si en verdad lo hacemos, de ahí viene la parte de ‘matones’ (bruisers): somos sólo un puñado de punks tratando de escribir canciones clásicas”, dice entre risas. Más allá del chiste, el amor de Newman y compañía por las buenas melodías, los arreglos vocales sofisticados (que suenan simples) y la luminosidad de la instrumentación aparecen una vez más en el sucesor de Together. A esta altura ya son una marca registrada.

Dijiste que para Brill Bruisers te inspiraste en Xanadu y la Electric Light Orchestra. No son exactamente las influencias más comunes para una banda indie, ¿no?

–No creo... Pero es lo que amo. Hace poco pensaba en cuáles son las influencias más grandes de la banda en esta década y creo que son la ELO, Wings y Lindsay Buckingham. Son los artistas a los que siempre regreso.

En Champions of Red Wine y Born with a Sound parecen sonar secuenciadores y teclados de otra época. ¿Estuvieron buscando instrumentos viejos?

–No nos pusimos vintage, usamos toda la tecnología moderna que tenemos. Usamos muchas aplicaciones de iPad o iPhone, lo que fuera que nos gustara como sonaba. Mucha gente se preocupa por usar equipos vintage, pero a nosotros no nos resultó relevante. Fue tipo: “¿A quién le importa si suena artificial? Abracemos el sonido artificial”.

–En Backstairs suena una suerte de vocoder, que seguramente no es el original... ¡pero el vocoder original ya era artificial!

–¡Exactamente! Eso es lo que pienso: ¿por qué preocuparte si va a sonar artificial, si estás intentando sonar artificial? Los sintetizadores vintage también tienen un sonido muy artificial. No sé si usamos el original o no, pero no me importa: si suena bien, ya está.

También dijiste que habías querido hacer un disco “para arriba” después de haber pasado períodos de dificultad. Y justamente el álbum no tiene baladas, que era lo que predominaba en tu último trabajo solista. ¿Hay una relación entre ambos?

–Sí, sabía que quería hacer dos discos muy diferentes. Quería que Shut Down the Streets, mi disco solista, fuera un álbum muy personal, bien de cantau tor, y que el disco del grupo fuera “bien para arriba”. Por primera vez decidí marcar una clara línea entre un disco y el siguiente. Y después de sacarme de encima un montón de cuestiones personales, cobraron sentido mis ganas de hacer un disco divertido de rock and roll. Las letras siguen siendo personales, pero son levemente diferentes. Y en cuanto a que no hay baladas, jugamos un poco con los tempos... Pero cada vez que le subíamos la velocidad a una canción, volvíamos a escucharla para ver si quedaba bien: si sonaba demasiado rápida, la bajábamos un poco. Llegamos a probar la misma canción con cinco tempos distintos para definir cuál se sentía mejor.

Hace poco hiciste la banda sonora de la película The F Word (con Daniel “Harry Potter” Radcliffe y Zoe Kazan) y hay una canción tuya en la banda sonora de The Walking Dead. ¿Qué te atrae de trabajar en esa área?

–Me encantaría hacer más bandas sonoras, es algo que quería hacer desde hacía años. Me resulta divertido, es un conjunto de reglas completamente diferente. Es hacer música de otro modo, dentro de ciertos confines, porque tiene que funcionar en una escena. Además, cuando la terminás no tenés que salir de gira, ja ja. Eso es algo muy copado... Me gustaría hacer más. Parece un buen plan de jubilación, ja ja. Ya tengo una en el currículum, así que capaz resulta más fácil.

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