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Jueves, 23 de octubre de 2014

LA CONTINUACIóN DEL CASO ARRUGA

“ESTO RECIEN EMPIEZA”

 Por Lucas Kuperman

Y finalmente Luciano apareció. Luciano es Arruga. Aquel pibe pobre, de tan sólo 16 años, que fue detenido en julio y luego en septiembre de 2008 por policías bonaerenses de Lomas del Mirador. Que después de ser golpeado en dependencia policial y amenazado en reiteradas ocasiones, fue “invitado” a robar para ellos. Ante la negativa, las detenciones y los maltratos comenzaron a ser sistemáticos y frecuentes. A los pocos meses, el 31 de enero de 2009, Luciano fue visto con vida por última vez.

El viernes pasado, y después de una incesante búsqueda, el cuerpo de Luciano Arruga apareció enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita. Cinco años y 259 días después. Son muchísimas, incontables horas. Demasiado tiempo sin Luciano. La versión policial reporta un accidente automovilístico. Teóricamente, el día que desapareció, fue atropellado en el cruce de General Paz y Mosconi. Un lugar poco habitual para cruzar, donde, encima, hay un destacamento de la Bonaerense. El conductor, de 21 años, llamó al SAME, y Luciano fue llevado hasta el Hospital Santojanni. Después de ser intervenido quirúrgicamente, murió. Al poco tiempo fue enterrado en Chacarita como NN porque “sus huellas no estaban registradas”. Raro, confuso, sospechoso y poco creíble: se reveló que las huellas de este cuerpo NN coincidían en 30 puntos con las de Arruga, que estaban registradas en la comisaría donde había estado detenido.

Los familiares y amigos de Luciano nunca dejaron de buscarlo. Los peritajes para saber si había estado detenido en el destacamento de Lomas del Mirador dieron resultado positivo. Un testigo de la causa lo vio esa noche, el último lugar donde se lo vio con vida fue ése. También fueron a buscarlo al Santojanni, donde les dijeron que no estaba. Hubo peritajes que determinaron que estuvo en un patrullero y en un descampado llamado Monte Dorrego, donde el móvil estuvo frenado dos horas sin ninguna justificación.

Ocho fueron los policías desplazados en 2013 por el caso. Ninguno fue procesado. La causa estuvo caratulada durante tres años como “averiguación de paradero”, y recién en 2013 cambió a “desaparición forzada” y pasó al Fuero Federal. Ya en julio de este año, la Cámara Federal de Casación Penal impulsó la investigación al dar lugar al habeas corpus presentado por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) en representación de Vanesa Orieta, hermana de Luciano, y su mamá. Previo a eso, en 2009, Gustavo Banco, juez de Garantías de La Matanza, rechazó el primer habeas corpus presentado. A Luciano se lo podía haber encontrado antes. Mucho antes.

Con este panorama, tanto la familia como el CELS aseguran que no van a parar acá, ya que lo ocurrido fue sólo “un cambio de mirada”. “Quiero que recuerden a mi hermano como un negro villero argentino que se negó a robar para la policía”, había dicho su hermana. “Esto recién empieza, porque necesitamos saber la verdad. Los pobres tenemos derecho. Vencimos a la impunidad, a la mirada discriminadora y criminalizante hacia los jóvenes. Ahora necesitamos saber qué pasó con Luciano esa noche. Esto no cierra hoy”, dijo Vanesa en conferencia de prensa.

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