Aunque Juana Molina era una artista famosa en Argentina desde que le puso su sello identitario (experimental, onírico, folk y electrónico) a su carrera como cantautora, a partir de su disco Segundo (2000), si hubo una característica que no la acompañó en su propio patio fue la de agitar grandes convocatorias en sus recitales. No obstante, la presentación de su álbum Wed 21 ante el público argentino, en agosto pasado en Vorterix, demostró que el viento y el tiempo finalmente estaban de su lado.

El llenazo que se mandó no fue fortuito. Pese a que era sabido y reconocido su éxito puertas afuera, su última producción de estudio, que fue ensalzada entre los mejores trabajos de 2013, le permitió consolidar un séquito fiel de seguidores locales, acostumbrado ya a ese identikit sonoro (cada vez más rioplatense y onomatopéyico) que arraigó en Un día (2008), al igual que a la gran dupla que la respalda en sus shows: el tecladista y guitarrista Odín Schwartz y el baterista Diego López de Arcaute.

Antes de esa performance de Vorterix, a la que le agregó una nueva función a partir de su tremenda repercusión, la exponente de 52 años, junto a sus músicos, se adentró en la temporada de festivales veraniegos europeos, donde le esperaba su debut en el Glastonbury inglés y en el Primavera Sound español, de los que no sólo se fue ovacionada, sino que la posicionaron como el principal referente del indie argentino en el circuito internacional.

Aunque su coronación, a manera de zarina de la escena, se produjo en noviembre en el Music Wins! Festival, en el que, frente un Mandarine Park expectante y repleto, estableció un punto de inflexión en su trayectoria.

Pero si algún título nobiliario le faltaba a Molina para cerrar posiblemente el mejor año de su carrera musical, luego de que fuera reconocida, aclamada, consagrada y ya capaz de congregar multitudes, era el de “artista popular”, lo que también consiguió al ser invitada a cantar en Plaza de Mayo, en el festejo por los 31 años de Democracia. Así es: Juana para todos.

* El concierto de Juana Molina en Vorterix empató con los de El mató a un policía motorizado en el Music Wins!, Carajo en el Luna Park y Divididos en el Luna Park. Todos tuvieron tres votos, pero Juana obtuvo otro por su show en el Music Wins! y un quinto por su recital en Vorterix, que fueron considerados para el desempate.