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Jueves, 12 de marzo de 2015

CICLO, EL VIRTUOSISMO Y OTROS ISMOS

“Los jóvenes deben llevar un espíritu rebelde”

El hijo del presidente de Nicaragua comanda este grupo metalero-cancionero con raíz en el sandinismo.

 Por Santiago Rial Ungaro

“Inmediatamente después de la ocupación de Nicaragua por la marinería yanqui a comienzos de 1927, Augusto Sandino, patriota nicaragüense, organizó hábilmente un ejercicio de obreros y campesinos armados con bayonetas y carabinas, declarándose en abierta revuelta con el imperialismo yanqui invasor y sus lacayos, los liberales y conservadores.” Extraída de una edición del diario norteamericano Daily Worker de 1930, apenas antes de la muerte de Sandino, la cita resulta inevitable para hablar con Juan Carlos Ortega Murillo, eximio guitarrista de Ciclo y uno de los hijos del presidente nicaragüense por el Frente Sandinista, Daniel Ortega.

Ciclo es una sorpresa dentro del panorama del rock: el trío que completan el cantante y bajista Noel Portocarrero y el baterista Bikentios Chávez estará mostrando las próximas semanas, en una gira con Carajo y Malón, sus influencias progresivas y metaleras y un sonido cercano a la propuesta de la banda de Corvata. Ciclo realmente es una buena banda de rock, pero no es sólo rock & roll: “Vemos a Sandino como un símbolo de lucha para todo el mundo: él demostró el poder que el ser más pequeño puede hacer brotar para transformar la realidad. Es el espíritu rebelde que todos los jóvenes deben llevar dentro para hacerlo estallar cuando el tiempo lo demande. Sandino es el colibrí que agita las alas y hace que el mundo cambie”.

Aunque escapa a los clichés del rock revolucionario, Ciclo tiene un carácter y una decisión que no abundan: “Tenemos nuestra ideología e identidad, pero las letras siempre procuran ser de libre interpretación: lo que para nosotros puede ser una expresión ideológico-política el oyente lo puede interpretar como una alusión al amor”. Ni Charly Menem Jr., ni Aíto De la Rúa ni Máximo Kirchner tocan así la viola: “Procuramos que nuestras canciones sean lo más honestas posibles. Quisimos compartir ciertos sentimientos, que se tradujeron en un ‘descenso cargado de sinceridad’”.

Expresionista sin resultar opresivo, El descenso, su último disco, suena maduro y honesto: detrás del virtuosismo del trío hay una intención musical, incluso cancionera: “Cuando componemos no estamos pensando en quiénes nos van a escuchar. Es agradable encontrarnos en escenarios en los que todo tipo de público aprecia nuestra música: el metalero, el popero, el alterno e incluso el jazzista que llegó por casualidad”.

En la previa a la gira, Corvata destacó su originalidad y estilo: “Nos sentimos halagados porque su música, en sus diferentes etapas, ha sido parte de la banda sonora de nuestras vidas. Ojalá esta conexión crezca, se multiplique y fortalezca la unión de ambas naciones a través de la música”, desea Ortega Murillo. “La verdad es que el rock no es el género más popular en nuestro país, pero sí hay una escena creciente y fiel. Realmente el número de bandas no es tan grande, pero hay talento y determinación.”

* Viernes 13 en Superclub, Quilmes. Sábado 14 en Pinar de Rocha, Ramos Mejía. Domingo 15 en Club Azteca, José C. Paz. Con Carajo y Malón.

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