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Jueves, 10 de julio de 2003

EL MATRIMONIO MC5-LEVI’S COMO CASO TESTIGO

Fantasía equivocada

Había una vez, en los años ‘60, una banda de rock que se proponía como
el azote del capitalismo: eran los MC5, padrinos del punk rock. Cuatro décadas después, lo que quedó de ellos acordó con la famosa marca de jeans para la emisión de un modelo especial de remera, desatando una polémica.

POR ROQUE CASCIERO

Palabras como “revolución” y “antisistema” suenan bien en boca de un rockero. Pero pasa el tiempo y empiezan los problemas: los mismos que se proponían como incorruptibles modelos anticapitalistas terminan arreglando con grandes corporaciones por el uso de sus canciones y de su imagen. El caso testigo es el de MC5 y Levi’s, que reaviva la polémica. ¿Los artistas, en situaciones de éstas, “transan con el sistema”? ¿O cambian de ideas con el paso del tiempo?
El nombre de MC5 tiene un lugar de honor en la historia del rock por dos motivos fundamentales: su música contundente (con los Stooges, son los papás del punk) y su actitud política. Aunque se formaron en 1964, cuando sus integrantes todavía iban a la escuela, la alineación clásica llegó dos años más tarde: Rob Tyner en voz, Fred Sonic Smith y Wayne Kramer en guitarras, Michael Davis en bajo y Dennis Thompson en batería. Eran 5 y vivían en Detroit, llamada Motor City por sus fábricas de autos: de ahí salió el nombre de la banda. El ataque sónico que proponían las guitarras de Smith y Kramer les ganó buena y rápida reputación en su ciudad, y atrajo la atención de una especie de gurú político llamado John Sinclair, quien se convirtió en su manager. El fue quien dotó de un difuso pero virulento discurso revolucionario a los MC5: formaron un partido político llamado White Panters (era la época de las Panteras Negras, militantes afroamericanos liderados por Malcom X) y propusieron “un asalto total a la cultura por cualquier medio necesario, incluidos el rock & roll, las drogas y el sexo en las calles”.
Sacaron tres discos esenciales –Kick Out the Jams, Back in the USA y High Time–, pero en el medio Sinclair fue preso por posesión de drogas, la policía apaleaba gente en todos sus conciertos y los sellos los echaban por sus actitudes desafiantes. Cuando la banda se disolvió, nadie pareció extrañarla. Y sus integrantes no la pasaron bien: Kramer fue preso por vender heroína; Tyner y Sonic Smith (que se había casado con Patti Smith) murieron durante los ‘90, después de intentar un resurgimiento que nunca llegó.
La controversia empezó a principios de este año, cuando se supo que Levi’s sacaría al mercado una edición limitada de remeras con arte vintage, del diseñador Gary Grimshaw, a 55 dólares cada una. Entre los dibujos estaba el logo de los MC5, al que se le borró convenientemente la palabra “drogas” (ver imagen). Enseguida aparecieron los fans de la primera hora que acusaban a los tres sobrevivientes de haberse vendido al oro del sistema. La furia creció cuando Justin Timberlake apareció en tapa de la revista Vibe luciendo la bendita remera y, más tarde, cuando se anunció que la banda iba a reformarse para un show auspiciado por la empresa.
En marzo, el diario inglés The Guardian publicó un reportaje con la siguiente bajada: “Querían voltear al capitalismo con guitarras ruidosas. Ahora hacen publicidad de jeans. ¿Dónde empezó el error de los MC5?”. La nota terminaba así: “Vivimos en la era de Avril Lavigne: el público de hoy espera que sus rebeliones enojadas sean prefabricadas y auspiciadas por corporaciones enormes. Por primera vez desde fines de los ‘60, los MC5 están perfectamente a tono con los tiempos”.
El lugar de Tyner fue ocupado por invitados, entre quienes se contaron Ian Astbury (ex The Cult), Lemmy Kilminster (Motorhead) y Dave Vanian (The Damned). Kramer quiso aclararlos tantos: “Nosotros no somos los MC5 y éste no es un show de MC5. Esta es una celebración del espíritu de la música, del espíritu de la autodeterminación”. En los afiches que había a sus espaldas se leía claramente: “Levi’s Vintage Clothing presenta Revolución Sónica - El ascenso de una nueva energía, con los MC5 y los Rockeros de la Generación Siguiente”.
En el foro de discusión de la página web de Wayne Kramer, las aguas están divididas entre quienes acusan a los sobrevivientes de haber transado (los llaman MC3 y se burlan con frases como “Kick out the jeans”) y quienes aseguran que sus héroes merecen ganarse unos dólares usando su pasado ilustre. Kramer salió a responder con una “carta abierta a fans y críticos” titulada “Justin Timberlake usa MC5 (y a los MC5 les gusta)”. Allí explica que, cuando se enteraron del acuerdo entre Grimshaw y Levi’s, ya era tarde para volver atrás, porque hubieran perjudicado al diseñador. Entonces llegaron a un acuerdo económico, tras haber hecho una investigación sobre la marca de ropa. “No hay forma de vivir fuera del sistema”, escribió el guitarrista. “Esa es una distorsión total de la realidad. Si tocás dinero, sos parte del sistema. Admitir eso tiene que ver con lo que propuso MC5 desde sus comienzos. ¿Qué creen que significa ‘por cualquier medio necesario’? ¿Tirotearse con la policía? Fantasía equivocada, viejo. Siempre vimos al sistema como la forma de llegar a la gente con nuestra música. Siempre creímos en apropiarnos del sistema. Cambio efectivo desde adentro.”

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