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Jueves, 14 de mayo de 2015

DE SOBREMESA CON BORREGOS BORDER

“Es un encare, un ‘estoy acá’”

El grupo de los ocho presenta su tercer disco, Ruge.

 Por Brian Majlin

Son ocho y van en bloque, como recién salidos de una sobremesa conurbánica, regados de vino y cerveza, maridados con un asado, definiendo el mundo –lo que entienden de este mundo– tras un esforzado ensayo. Son amigos –se nota– y son laburantes –se nota– que hace poco más de 10 años comenzaron a transitar el camino de la música en forma colectiva: una banda de rock. La idea, nutrida de rock latino, ska y punk, es acompañar al mensaje, darle brillo y contundencia. “La música acompaña el mensaje, para que llegue, tratamos de que sea un viaje a lo que escuchás”, explica Jason Cruses, cantante y trompetista de Borregos Border en la antesala de su –quizá– más importante show, presentando Ruge, su tercer disco, en The Roxy.

Con esa noción de fondo, con “un ideario marcado y una bajada de una visión del mundo”, este grupo de amigos del conurbano sur, de Lomas, Turdera, Avellaneda y más allá, consolidó su deseo musical a través de la banda en 2004, y lo rubricó con dos discos, Vuelta carnero (2006) y Río suena (2008).

Van en bloque, como en el video del corte Tristemente normal, en el que el tecladista Emiliano Torres se disfraza de empanada y cumple el rol que le ha tocado en suerte. “Rugir es el encare, es como decir ‘estoy acá’. El corte habla de liberar algo que estaba retenido. El disco se aúna y va a una respuesta en sí, a una bajada de línea”, explica Jason.

Con reminiscencias a Las Manos de Filippi –en forma y contenido–, Bersuit, La Vela Puerca, Abuela Coca, Arbol, Kapanga y más, ecléctica pero enrolada en el arte del rock, la tribu se completa con Matías Pardo (saxo), Adrián Sánchez (bajo), Nicolás Tato (guitarra y trombón), Chilli Cruses (guitarra), Marcos Di Pace (percusión) y Martín Robledo (batería).

¿Cuál es ese ideario, esa mirada que buscan transmitir?

Chilli: Más allá de la interpretación de la justicia social que podamos tener cada uno, nuestro fin es el bienestar de la gente, del laburante.

¿Costó dar el salto desde zona sur?

–Allá es otro país: económicamente es otra cosa, cuesta mucho más hacer cualquier movida. Los proyectos dependen de la espera, la paciencia, de bancar mucho y ponerle corazón.

En una carrera lenta y firme, a mitad de camino entre el autosustento y el laburo disociado, los Borregos comparten sus reflexiones colectivas sobre el mundo de los laburantes, de los que la pelean y tratan de arrancarle un pedazo de bienestar a la coyuntura.

* Domingo 17 en The Roxy, Niceto Vega 5542. A las 21.

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