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Jueves, 16 de julio de 2015

BIENVENIDOS A LA JUNGLA

Salvaje lucha interna

El Hipnotizador Romántico corre arbustos para lanzar sus canciones de luz.

 Por Juan Barberis

“Mi miedo es perder la libertad”, asume Maximiliano García, sentado en un bar de San Telmo, de perfil al Parque Lezama. A seis años de la disolución de Mataplantas –proyecto que compartió junto a Pablo De Caro, Nazareno Gil y Pablo Malaurie–, el bajista es el cerebro detrás de El Hipnotizador Romántico, un grupo con el que parece decidido a proyectar la canción en diferentes direcciones. “Me gusta mucho cambiar. No sé si podría ser Piccaso alguna vez, porque mutaría tanto de estilos que la gente no entendería qué es lo que hago”, dice. “Lo veo como un error, pero no puedo hacer otra cosa, ése es mi lugar.”

Desde que se tuvo que soltar a la experiencia de aprender a tocar la guitarra y componer, García editó un disco y un simple –El Hipnotizador Romántico, de 2011, y Canción Popular Sabor Tropical, de 2012– en los que abordó el folk-rock desde un plano psicodélico y tropical. “No pensaba en una banda ni en un proyecto, pero cuando aparecieron las canciones tuve que hacerme cargo”, dice.

Jungla, su segundo larga duración, fue editado a finales de abril y muestra un nuevo giro en el universo creativo del ex Mataplantas. Junto a su banda, que cuenta con aliados como Pablo De Caro en guitarras y voces, y Rocío Maquieira como atractivo contrapunto vocal para su tono cálido, García dirige ahora su versión más eléctrica, en sintonía con un sonido que linkea por lo bajo hacia Mac DeMarco y The War on Drugs. Son canciones lineales y algo melancólicas, entre texturas de teclados pastosos y guitarras con chorus. “Este disco empezó sobre otros acordes, entre menores y séptimas, y eso direccionó todo hacia otro lugar”, dice García. “Básicamente, encontrás un sonido de guitarra que te gusta y de repente querés empezar a construir todo con eso.”

Los últimos cambios en la formación del grupo –entró Diego Chamorro en batería, Ayar Sava en bajo y Nacho García dejó el acordeón y pasó a tocar teclados–, terminaron apuntalando el nuevo rumbo. “El Negro Chamorro le dio un poco más de rock y oscuridad, que no teníamos”, evalúa Maquieira. “Tiene que ver también con lo que estamos escuchando y con lo que te va pasando en la vida. Todos estamos queriendo hacer más rock and roll, un poco más de ahhhhggg.”

El tono romántico y existencialista es una de las marcas distintivas de Jungla. “Tiene que ver con lo que tenemos dentro, esa cosa de estar corriendo lanas y arbustos para divisar luz, esa lucha interna y salvaje que tenemos todos”, apunta el cantante. Al mismo tiempo, termina de ubicar a El Hipnotizador Romántico en medio de remolino de proyectos hermanos como Hermanos McKenzie, Cosmo o Les Mentettes. “Al ser amigos hay mucha buena energía, somos profesionales con espíritu amateur”, dice García. “Es compartir con gente que no tiene egos muy grandes y poder crecer juntos. Al final, todos queremos defender la canción.”

* Sábado 25 en M.O.D., Balcarce 563. A las 22 con Morbo & Mambo.

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Imagen: Cecilia Salas
 
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