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Jueves, 29 de octubre de 2015

VERNE, EL ROCK COMO CIENCIA FICCIóN

“El ser humano siempre resurge”

Un bajista pintor, un batero letrista y un disco hermético sobre reintentarlo.

 Por José Totah

En el gimnasio de la casa de Cristiano Ratazzi, presidente de Fiat, hay dos retratos grandes: uno de Diego Maradona y otro de Manu Ginóbili. ¿Qué tiene que ver eso con Verne, el dúo de rock que armaron un pintor –Tian Firpo– y un batero –Manu Caizza– obsesionados con la literatura de ciencia ficción? Resulta que ambos cuadros, que Ratazzi atesora cual señor Burns, fueron pintados por Tian. Firpo tiene cuadros vendidos en todo el mundo, y Caizza tocó la bata con Aznar, Fito, Indios, Coti, Rosal, Lerner y Kings of Convenience. Ahora están presentando Caer y levantar, su primer disco.

Los dos venían de tocar juntos en una banda llamada Alfiler, que se separó en 2010 porque el cantante se fugó a días de entrar a grabar el segundo CD. Desde entonces compartían, además de la música, la pasión por los libros de Julio Verne e Isaac Asimov. “Siempre fuimos muy cebados con la ciencia ficción. Si te fijás en el disco, el tema Impey Barbicane vs. El capitán Nicholls es sobre dos archienemigos de De la tierra a la luna, la novela de Verne”, explica Caizza.

Lo que hacen es un rock/pop muy rítmico, con líneas de bajo espesas (un poco a lo The Cure), aires melancólicos, supersónicos y huellas ceratianas. “Claro que nos gusta Cerati, y también los Strokes, Arcade Fire, Phoenix, Chemical Brothers”, coinciden.

Al principio, su disco fue casi un secreto. “Este proyecto es el resultado de algo bastante hermético. No contamos nada; quisimos que la gente escuchara de cero”, dice Firpo, bajista del grupo. El proceso fue casero desde el vamos. Grabaron las guitarras acústicas en el baño del bajista, porque les gustaba cómo rebotaba el sonido en los azulejos del techo, y la percusión la registraron en la habitación del bajista “porque sonaba bien seca”. Compusieron, interpretaron y produjeron todo. Terminaron el trabajo en Spector Studios, El Templo y El Barco.

Las letras son de Caizza y Firpo hizo el arte del disco, que en la tapa tiene un bombardero B-52, similar al que soltó las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra. “Es uno de los aviones más hermosos y letales de la historia. Su diseño se usó para hacer el interior del Halcón Milenario, la nave de Han Solo en La Guerra de las Galaxias”, nerdea el pintor.

En cierta forma, el título del disco, Caer y levantar, tiene un transfondo filosófico. “El ser humano es capaz de cometer los actos más atroces pero siempre vuelve a resurgir, una y otra vez, hasta siempre”, opina Caizza.

* Viernes 13/11 en Centro Nacional de la Música, México 564. A las 21.

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Imagen: Cecilia Salas
 
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