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Jueves, 10 de diciembre de 2015

UNA NUEVA EXCURSIóN DE LOS PAKIDERMOS

“QUEREMOS HACER COSAS INDUDABLES”

Rock psicodélico, blues pesado y podrido, y un audio impecable.

 Por Julia González

“Estamos cruzando el Jordan”, dice Rafael Ferraiolo, e instala en la religión la metáfora del único tramo que les falta para llegar a su tierra prometida. Acaso Pakidermia, el cuarto disco, que aparecerá en 2016, sea el fin de ese éxodo que empezó diez años atrás en Goya, Corrientes, y se expandió a Quilmes y capital. Tras la grabación del tercero, Semi-rápido, en 2012, Los Pakidermos cambió de formación, y la presenta en sociedad con un nuevo simple de dos temas, Doctor Arreglo y El último piso, que a la vez es un adelanto del disco en producción. Víctor Mazzaro (sólo grabó en el primero, homónimo) regresó como un flashback a los teclados Farfisa y el bajo, Julio Crivelli (cantante de Bicicletas y colaborador de toda la vida pakidérmica) se hizo cargo de la guitarra, Nicolás Guntren tocó guitarras rítmicas y Emilio Paravisi sigue en la batería.

El simple, grabado en Estudio Wacala y masterizado por Mario Breuer, tiene su estampa característica, aunque elevada a la máxima potencia: rock psicodélico, blues pesado y podrido, y un audio impecable. “No queremos dudar más, queremos saber que estamos haciendo algo que nos gusta con la responsabilidad de estos diez años. Tenemos ganas de cosechar algo de nuestra siembra. Queremos hacer cosas indudables”, dice Rafael, cantante y fundador de la banda.

Por eso eligieron a Gustavo Gauvry, productor de Ratones Paranoicos y Spinetta, entre otros, para que el audio sea el correcto. “Tratamos de componer las mejores canciones y que suenen de la mejor forma, y no tener que ser productores nuestros. Es incómodo decirle a tu propio compañero que baje o que suba tal cosa”, dice. Y por lo mismo, en este disco quieren dar el mejor resumen de la década.

Doctor Arreglo, que también tiene un video, visibiliza ese compendio. Como un manifiesto por lo analógico, Rafael canta la psicodelia universal en pos de que este doctor una un cable al transistor y se haga la música. Dice que entre las cosas horribles que les estaban pasando, les cerraron el telón en la cara antes de terminar un show. “Podría ser un manifiesto a lo analógico en todo sentido, no sólo a la cuestión técnica de lo musical. En esa época se me estaba rompiendo todo: una relación, volvía de pasar el verano en Corrientes y en mi casa se había caído todo el techo del baño”, dice a propósito del exorcismo que resultó componer la canción.

El segundo tema, El último piso, es una oda a la esquina de Coronel Díaz y Santa Fe, la antigua y mítica casa de Charly García. La letra, compuesta junto a la escritora Julia Nin, hace referencia a los misterios tras esa ventana. Una fiesta, la remera de Casandra Lange y un amor chispeante que nace en el 7º piso. “Siempre que paso no puedo evitar mirar el departamento de Charly. Encontraba pintadas nuevas o que estaba aireando el colchón. Desde la calle podías meterte un poquito en su vida.” Y con el ying-yang que representa el simple, las aguas del Jordan se dividieron. Diez años después está llegando un elefante fuerte y volado a la Pakidermia prometida.

* Martes 29 en Geo Rock, Goya, Corrientes. A las 23.

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Imagen: Cecilia Salas
 
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