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Jueves, 28 de enero de 2016

LOS FUTUROS #41: MICA ARGAñARAZ

Tomboy Tom Club

La modelo del futuro es argentina, pinta y lee a Ginsberg.

 Por Lucas Garófalo

Como miles de adolescentes antes que ella, un día Mica Argañaraz se fue de su pueblo para estudiar cine en la Capital. El tema es que cuando se quiso acordar estaba en Italia posando para Steven Meisel, el fotógrafo que retrató a Madonna en su libro Sex, en una sesión encargada por la mítica empresaria y diseñadora Miuccia Prada. Era, además, la primera vez en diez años que una modelo protagonizaba en soledad una campaña de la marca italiana, un hecho que catapultó su inesperada carrera: según el ranking del sitio models.com, Mica va camino a convertirse en un ícono.

¿Qué pasó entre San Jorge y Milán? Pasó que la estudiante de cine necesitaba plata para bancarse la estadía en la Ciudad de Buenos Aires, así que decidió mandar unas fotos que había sacado con una cámara Polaroid a LO Management, la agencia de modelos comandada por Lorena Ceriscioli. Si bien el encanto de Mica no tiene que ver con lo tradicional, sus rasgos un tanto andróginos (que acentúa vistiéndose “de varón”, como le dijo a W Magazine) le permitieron hacerse un lugar en la escena internacional. Hoy es una de las referentes del estilo tomboy junto a la estadounidense Binx Walton y la serbia Antonina Petkovic.

Además de trabajar para Prada, fue tapa de la revista Vogue fotografiada por Mario Testino, Karl Lagerfeld la retrató para Chanel, protagonizó una campaña de Tom Ford junto a Lady Gaga (pueden googlear el video en el que bailan abrazadas) y otra de Givenchy en la que participó Julia Roberts. Hugo Boss, Dior y Zara también quisieron contar con ella en sus producciones. Nada mal para una paracaidista que quería hacer unos mangos.

“Con el tiempo me di cuenta de que a los clientes les copaba que yo fuera yo —le dijo el año pasado a la revista Para ti—. Con mi pelo, mi estilo y mi manera de ser.” Si en el mundo de la moda Mica ya es “rara” por su estructura física, también lo es por su personalidad. Cultora de un perfil bajísimo, prefiere ir a un museo que a un desfile, y en su cuenta de Instagram puede compartir tanto un poema de Allen Ginsberg como sus propias pinturas en acuarela. Evidentemente no es la típica modelo (¿a quién se le ocurre ese peinado mezcla de Flashdance con Los Ramones?), y justamente por eso no ha pasado desapercibida.

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