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Jueves, 15 de septiembre de 2016

BATALLA DE LOS GALLOS 2016

Papo vive

El tozudo MC arrancó con público en contra pero terminó vitoreado tras vencer a Sony en la décima y mejor edición de la competencia de raperos.

 Por Yumber Vera Rojas

Además de su porte de rugbier y de inyectarle personalidad a su métrica, otro identikit visible de Papo es su tozudez. Tras intentarlo en reiteradas ocasiones y acceder a dos finales, el sábado pasado Alejandro Lococo alzó para su álter ego el cetro argentino de la Red Bull Batalla de los Gallos. Al marplatense la adversidad lo puso contra las cuerdas desde su primer combate, en el que midió fuerzas con Cacha. Aunque el freestyler de 19 años lo pasó por encima con un estilo novel, limpio y ametrallador, el jurado –conformado por Dtoke (dos veces ganador nacional y campeón iberoamericano en 2013), el periodista Juan Ortelli y el rapero y productor Núcleo– se inclinó por el veterano payador urbano, lo que causó indignación entre las 8 mil personas que colmaron Tecnópolis para la que fue la versión mejor lograda del evento, que este año tuvo su décimo aniversario.

Si la camaradería y el nerviosismo latían en la trastienda, poco antes de las 17, cuando los 16 finalistas fueron llamados uno a uno al escenario por el rapero y presentador El Misionero, se desvanecieron más rápido que ese minuto con el que contaba cada cual para medir su capacidad de improvisar. Pese a que la calidad del freestyle aumentó considerablemente desde otras ediciones, sobre todo en los más jóvenes, la escasez de ideas primó en rimas que apelaron por la provocación mediante la mención a muerte de parientes, el racismo y la misoginia. Es que la Batalla de los Gallos 2016 tuvo nuevamente a una concursante, la morocha y siempre concienzuda Tink, que en cuartos fue humillada innecesariamente por Sony, campeón del torneo hace dos años y nuevamente finalista esta vez.

En contraste con capítulos previos, en los que hubo actos musicales extras, esta edición se centró en los mano a mano. Igual, antes de la conclusión, los ganadores de todas las ediciones en el país subieron a mostrar su faceta más cancionera. A continuación, y definidas las reglas, entre las que destacaba rimar con palabras que aparecían en las pantallas en sus respectivos turnos, DJ Zone disparó los beats y Papo y Sony, quien tras su solvencia en ruedas anteriores se perfilaba como favorito, contrapuntearon con lo mejor que tenían. Pero el marplatense encontró el punto débil de su adversario y lo arrinconó a tal punto que su prepotencia se tornó en miedo. Para definir esa final dramática y cerrada restaba la decisión del jurado, que le dio a Papo el aval para representar a Argentina en Perú. Y aquel público que lo había abucheado con saña, ahora vitoreaba su nombre con solemnidad.

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