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Jueves, 30 de octubre de 2003

Por lo menos, así lo vi yo

La entrega de los MTV Latin Awards fue una buena tarde; tocamos antes de la ceremonia y fue bastante divertido, porque era el último show que hicimos en la gira. Después, cuando presentamos un premio con Leticia Brédice, le pegué al podio y se rompió una luz que había adentro... A ella la conocimos a la tarde, cuando fuimos a hacer una prueba, y enseguida nos dimos cuenta de que es una piba de primera. Entre todos dijimos: “¡Vamos a divertirnos!”. Te dan un guión para que leas, pero nosotros dijimos lo que teníamos ganas. Para mí fue muy emotivo recordar con alegría a María Gabriela Epumer, que era amiga mía. Después, por lo del podio, algunos me decían que estábamos borrachos, pero no habíamos tomado nada. Y si hubiéramos estado borrachos, ¿qué? ¿Acaso nadie se pone en pedo? Además, quienes me conocen se dieron cuenta de que estábamos sobrios. Igual, me sorprendió que se hablara de eso, porque la televisión está llena de mierda todos los días. No hay más que mirar esos programas que hablan de los demás: no hace falta que estén borrachos o drogados para que sean todos una mierda. En lugar de decir lo bueno que había estado The Mars Volta, se dedicaban a hablar de que estábamos en pedo... También hablaron de que Luciana Salazar mostró las tetas, pero en la tele se ven tetas todos los días, y no con los pezones tapados, como los tenía ella.
Era interesante estar detrás del escenario, porque ahí se podía ver la producción que tenían, que es muy diferente de lo que estamos acostumbrados acá. Igual no había el mismo presupuesto que para una entrega de premios USA, eran todos latinos y le ponían mucho huevo. Y, por supuesto, era muy divertido cruzarse con Iggy Pop o que Zack de la Rocha me dijera que recordaba cuando no pudo venir a la Argentina porque se quebró una pierna. Hasta me crucé con Kelly Osbourne y me di cuenta de que existe de verdad: ¡yo pensaba que era como el ratón Mickey! Con la banda estábamos en el mismo camarín que los de “Jackass” y nos enteramos de que a uno lo habían llevado preso la noche anterior porque andaba en culo por Miami. Y Steve O se había quebrado una gamba, pero los otros decían: “No importa, en seis semanas está curado. Total, ya tiene casi todos los huesos del cuerpo partidos”. Estaban descontroladísimos. Y a Ricky Martin lo vi de lejos: tenía más seguridad que un presidente. Cuando Ricky apareció cantando “Matador” se vino el teatro abajo. Y nadie sabía que iban a tocar Juanes y Charly Alberti. Igual, lo que más me gustó fue The Mars Volta. Cerati estuvo muy bien, lo mismo que Café Tacuba e Iggy Pop. Y eso que cantó con los Sum 41, que son una banda de cartón.

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