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Jueves, 6 de noviembre de 2003

Fue / será

ELIOTT SMITH, ¿FUTURA LEYENDA MALDITA?
Fue
Se suicidó hace dos semanas, y la noticia apenas tuvo lugar.
Ahora cabe preguntarse quién fue y por qué su obra perdurará con el paso del tiempo. Opinan dos celebridades: Gus Van Sant y Beck

”Uno de mis antiguos novios conocía a Eliott, y tenía un disco con sus primeras canciones. Con el tiempo, terminé haciéndome fan de aquellos temas, y lo escuchaba todo el tiempo cuando estábamos rodando En busca del destino. Por entonces ya había editado dos álbumes más, y con ellos armé una banda de sonido provisional cuando editamos la primera copia de la película. A través de aquel viejo novio mío me contacté con Eliott, y lo invité a tomar un café a mi casa, donde le mostré un video con la película. Le pedí que no se shockease, porque sus canciones estaban por todos lados. Y le expliqué que normalmente no le mostraría así la película, pero funcionaban demasiado bien en ella. A Eliott pareció gustarle lo que vio, y aceptó darme un permiso para usar sus temas. Mucho después de que todo terminó me confesó que estaba agradecido por la experiencia, porque su madre tuvo por una vez algo tangible para contarle a sus amigas sobre lo que hacía su hijo. Que había tocado en la entrega de los Oscar una canción que escribió para una película.”
El recuerdo del director norteamericano Gus Van Sant sirve para poner en perspectiva la figura del cantautor Eliott Smith, oriundo de Portland, cuyo suicidio a los 34 años sorprendió hace dos semanas. Smith fue el cantautor sensible de la escena grunge de los EE.UU., editando uno tras otro sus discos low-fi con canciones grabadas de manera precaria hasta llamar la atención de un director como Gus Van Sant y de un sello como Dreamworks, a través del cual publicó sus últimos dos discos y planeaba editar el año próximo por un sello independiente el demorado álbum doble titulado From a Basement on the Hill. Con legendarios problemas con el alcohol y las drogas durante toda su carrera, Smith fue encontrado por su novia el pasado 21 de octubre en su casa, con una puñalada en el pecho. Un comportamiento irregular durante los últimos meses –debió cancelar más de un concierto porque sus manos no le respondían– termina de cincelar una leyenda maldita, que se retrotrae en el tiempo a las características fatales de una escena largamente desaparecida, como la grunge, de la que Eliott provenía. Nacido en 1969, Smith supo formar parte de la banda Heatmiser, pero fueron sus canciones acústicas y deprimentes las que le hicieron ganar un nombre propio, como si se tratara de un moderno e indie Nick Drake. Su primer álbum fue Roman Candle (1994), al que le siguieron, ya en el sello Kill Rock Stars, primero Eliott Smith (1995), que abre con una gema no casualmente llamada “Needle in the hay”, que musicaliza una escena de suicidio en el film Los excéntricos Tenenbaum. Su trilogía acústica se completa con el maravilloso Either/Or (1997), al que le siguieron los más producidos y heterogéneos XO (1998) y Figure 8 (2000). No deja de sorprender que se haya escrito poco sobre su trágico suicidio, un final mucho más cerca del canon de la cultura rock que otras trágicas desapariciones de este año, como las de Joe Strummer, Warren Zevon y Johnny Cash.
“Su fallecimiento es una terrible pérdida para mí y para muchos de mis amigos, que lo conocían, trabajaban y se reunían con él”, declaró Beck, que fue la figura principal de un concierto en su honor realizado el lunes pasado en el Teatro Henry Fonda de Los Angeles, con la presencia de Beth Orton, Bright Eyes, Grandaddy y Lou Barlow de Sebadoh, entre otros. Según Beck, “no hace falta decir que era uno de los mejores cantautores de nuestros días y un músico formidable. En el último tiempo habíamos hablado un par de veces, y planeábamos juntarnos a componer algunos temas. Nadie se podía imaginar lo que sucedería, pero estoy agradecido al tiempo que alcanzamos a pasar juntos durante algunas giras. Lo vamos a extrañar, y las ramificaciones de su ausencia van a sentirse durante mucho tiempo” M.P..

LLEGA PEACHES, MALA SEMILLA
Será
Los promotores de su show en Buenos Aires de este sábado a la noche -será el único artista que llega luego de presentarse en el TIM Festival de Río de Janeiro– prometen una revancha para quienes se perdieron las idealizadas presentaciones porteñas de The Police y Mano Negra, en aquellos momentos bandas apenas conocidas fuera de un círculo mínimo. ¿Será para tanto lo de Peaches, la cantante canadiense que shockea en escena con una performance hot? Sus dos discos (The Teaches of Peaches y el reciente Fatherfucker), repletos de rapeos sexuales y beats tecno primitivos, pueden ser una buena medida para imaginarse de qué va esto. Merrill Nisker –así se llama– no se calla nada: en sus canciones habla de coger hasta que se vaya el dolor (“Fuck the Pain Away”) o de su bisexualidad (“I U She”). “Toda mujer que conozco ha besado a otra chica, pero no todos los varones han besado a otro chico, y creo que les hace falta. Te ayuda a darte cuenta de quién sos”, aconseja. Y agrega, explícita: “Quiero decir, no me di cuenta de que chupar conchas estaba bueno hasta que chupé una”.
Merryll/Peaches tiene 35 años, fue maestra de música ¡en un jardín de infantes!, y se desviven por trabajar con ella artistas como Iggy Pop (se devolvieron atenciones en sus últimos discos), Pink (Peaches rapea en su futuro álbum), Marilyn Manson (saldrán juntos de gira) y la mismísima Britney Spears. Pero a ella le dijo no: “¿Qué podía escribirle que no fueran a lavar?”, se preguntó Peaches. Hasta cierto punto, a la señora Duraznos se la puede acusar de usar el escándalo como modo de promoción, pero nadie le podrá decir que es poco inteligente. Aunque algunos la vean empeñada en ser políticamente incorrecta, su empresa, dice ella, es la de igualdad: “Si decimos ‘motherfucker’, digamos también ‘fatherfucker’; si decimos ‘sacudan las tetas y el culo’, digamos también ‘sacudan las pijas’. ¿Alguien le preguntaría a 50 Cent por qué prefiere tener sexo en lugar hacer el amor? Ese es otro ejemplo de mentalidad de ghetto: él puede decirlo porque es un sucio rapero negro, pero yo no porque soy una chica blanca y judía”. R.C.
Peaches se presenta el sábado a las 22 en Unione e Benevolenza, salón El Sótano, Perón 1372. Las entradas cuestan 25 pesos.

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