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A mediados de los ‘80, en plena dictadura pinochetista, Los Prisioneros era la agrupación más importante de Chile. A diferencia de la Nueva Canción Chilena, el rock no era problema para los militares hasta la llegada de este trío. Furiosos, y sobre la base del post-punk, no tenían pelos en la lengua para cantar contra los juglares de la canción protesta ni mucho menos contra la dictadura. Además de ellos, y así como ya sucedía en la Argentina, aparecieron grupos notablemente influidos por el new romantic, el techno pop y el dark inglés. Upa!, Aparato Raro, Electrodomésticos, Viena y Emociones Clandestinas representaron este momento musical y estético que fue bautizado como el “Nuevo Pop Chileno”.
Entre tanto punk, hip hop y música electrónica, apareció en el alba de los ‘90 el grupo Los Tres, que impulsó el interés de los jóvenes por los ritmos folklóricos y la canción melódica. El cuarteto, disuelto hoy día, tuvo entre sus integrantes a uno de los nietos de Violeta Parra, Angel Parra (que después formó el proyecto de easy listening Parra Trío). El clan de los Parra también involucraba a Javiera, hermana de Angel, quien formó a mediados de la década pasada su banda Los Imposibles. Ahora, con cuatro discos editados, su nombre es uno de los referentes del pop chileno. También para esa época, Lucybell, ideado en los pasillos de la Universidad de Chile, lanzaba su opera prima Peces. Antes cuarteto y actualmente trío –su nueva producción, Lúmina, apareció este año–, tomaron el camino de La Ley y Los Tres, y se radicaron en el norte del continente, en este caso Los Angeles.
Así como Lucybell, muchas bandas de pop y electrónica australes tienen en Electrodomésticos una clara referencia de cómo se debe producir música no sólo en Chile sino en América latina. Banda de culto, sus integrantes, juntos o separados, estimularon los sentidos de toda una nueva generación. En los ‘80 compusieron obras mitológicas como Viva Chile, el tema que dio título a su primer disco. Este año se juntaron para lanzar su nuevo disco, dentro de un formato más rockero, llamado La nueva canción chilena y figuran en el cartel del Quilmes Rock 2004. Su desparpajo, que posteriormente heredaron artistas del punk, el hip hop y el funk, desechó ese complejo elitista de la música electrónica. La desinhibición es una realidad en la nación trasandina, tras años de represión. Solistas como Joe Vasconcellos o grupos de la talla de Makiza, Tiro de Gracia y Chancho en Piedra responden a este sentir. Estos últimos, aludiendo a una salsa típica, se transformaron en los ‘90 en una de las máximas expresiones del rock chileno. El tinto elemento, que data del 2002, es su último álbum editado.