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Domingo, 31 de julio de 2016

FAN › UNA MúSICA ELIGE SU PELíCULA FAVORITA: DANIELA HOROVITZ Y EL RAYO VERDE DE ERIC ROHMER

COMO EN AQUEL VERANO

 Por Daniela Horovitz

Esta película de Eric Rohmer me conmovió inmediatamente cuando la vi. Una historia sencilla, burguesa, podríamos decir, la historia de una mujer parisina que teniendo un mes de vacaciones en su trabajo como secretaria y luego de que su amiga le cancelara un viaje juntas a Grecia, se decide a viajar sola, llevando su soledad y su descontento a cuestas.

Esta mujer que parece que no se divierte con nada, que todo le parece banal o angustiante y se muestra muy negativa ante las posibles aventuras, genera cierta antipatía al principio de la película. A mí me daban ganas de gritarle a la pantalla, dalé, andá, divertite, hacelo, hablá con un desconocido, aceptá la invitación, decí que sí, si no hay acción no hay drama, ni película, ni vida, pero luego vamos viendo que esta mujer, Delphine, no entra en el lugar común, ella claramente desencaja, no es obvia ni estereotipada, no se divierte con lo que todos, pareciera, lo hacen. Tiene quizás unas ideas que la hacen incompatible con el mundo y se expone ante los demás sin mesura diciendo siempre lo que piensa, lo que no le gusta; mostrando sin parar lo más profundo de su ser, quedando muchas veces, para decirlo en criollo, en orsai.

La escena en la que es acosada por una mesa entera de conocidos y desconocidos que le cuestionan su vegetarianismo, haciendo el clásico chiste de que las lechugas también sufren al ser comidas, muestra como cuesta aceptar lo que es diferente, porque esa confrontación hace cuestionar las propias creencias y muchas veces reaccionar agresivamente.

En la película ella escucha que un grupo de gente mayor habla del libro de Julio Verne, El rayo verde. El rayo verde es un fenómeno óptico de la refracción de la luz solar durante el ocaso, que en unas condiciones atmosféricas y geográficas concretas da lugar a la visión de un destello verde justo cuando el sol termina de ocultarse tras el horizonte (en general sobre el mar). Según Verne: “Si ves el rayo verde podrás comprender tus propios sentimientos y los de los demás” y según una leyenda, si dos personas contemplan juntas el rayo verde el amor está asegurado entre ambas.

Durante años busqué el libro El rayo verde, no lo conseguía, dos por tres lo buscaba en Mercado Libre. Un día lo encontré, un señor muy amable lo vendía en su casa, en La Boca. Fui un sábado a la tarde y me esperó con seis libros más, que ahondando en mis intereses previamente, estimó que me gustarían, los compré casi todos.

Ilusionada, emocionada, esperanzada, con la idea del destino, las casualidades, el encuentro del amor, en mi faceta más romántica, me fui a leer el libro a un bar de San Telmo, esperando encontrar, como Delphine, revelaciones decisivas, o imaginando que el hecho de leer ese libro serviría de anzuelo para un encuentro verdadero. El libro lo terminé al otro día en mi casa. Si bien es entretenido y simpático, es un cuento bastante infantil, lleno de lugares comunes, de la época, 1882, pero no tan distintos a los de hoy en día. El rayo no lo ví todavía, pero entiendo que existe, todavía me queda la duda de si hay que salir a buscarlo fervientemente, o si por el contrario, hay que relajarse y dejar de esperarlo y así, como quien no quiere la cosa, un día sorprenderse en el preciso momento en que estando en la compañía adecuada veamos al fin el rayo verde.

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